31.7.06

VENEZUELA ES PALESTINA

La agresión de Estados Unidos en el Líbano, es brutal. Como siempre sucede en una agresión imperial, las razones que se dan son excusas que no aguantan el paso de los días. Así, la búsqueda del soldadito israelí cedió el paso a lo que Condolezza, con descaro de diplomático gringo, llama: “establecer un nuevo orden en el Medio Oriente”.
Ya, a un poco más de quince día de comenzar la agresión imperial en el Medio Oriente, se ve claro que el “nuevo orden” prevé agresiones a Siria y a Irán, se trata de aliviar a las fuerzas de ocupación de Irak, atacando las vías rebeldes de suministro. Sin embargo, la gran mirada estratégica del imperio son las reservas de petróleo mundial.
La disputa por el combustible mundial obliga al imperio a desplegarse militarmente en el globo. Saben que para mantener su hegemonía necesitan asegurar sus fuentes de energía, por eso toman a Irak con un pretexto que sólo cree la opinión pública gringa, tan boba y tan manipulada. Y por eso nosotros estamos en la mira de sus ambiciones.
Lo que pasa en el Líbano tiene que ver con lo que pasará en Venezuela, de allí que la lucha Palestina es la misma lucha venezolana. La agresión gringa, hoy con máscara israelí, forma parte de una agresión mayor que involucra a Venezuela.
José Vicente y Roberto Hernández, miembros del ejecutivo y del legislativo, declaran que la agresión gringa contra el país parece haber entrado en su fase cruenta. De allí la importancia del viaje del Comandante intentando poner al sentimiento mundial como barrera de contención a la voracidad yanqui. La pregunta que surge es:
¿Cómo enfrentar al imperio en esta fase de la agresión?
El imperio sólo entiende un lenguaje, la disuasión. No se atreve donde sabe que la resistencia será tal que su opinión pública no podrá soportar el daño que sufrirían sus tropas a la hora de una escalada en la agresión, que puede ser la consabida invasión, pero también, y más probable, otro tipo de desestabilización. No obstante, frente a cualquier forma que tome la agresión, las medidas que debemos tomar son las mismas. Es urgente informar al pueblo, concientizarlo de que la lucha principal tiene dos frentes: uno, el enfrentamiento con el imperio, que se vale de sus lacayos locales para distraernos y desestabilizar, el otro, profundizar en la construcción del Socialismo, que no es otra cosa que recomponer, en la economía y la espiritualidad, la idea de sociedad, la convicción intensa de que el futuro de los individuos está ligado al futuro de la sociedad toda, y la certeza de que es necesario construir una sociedad que vele por la suerte de cada uno de sus hijos. Sólo con este sentimiento de pertenencia, de unión, podremos hacer frente a la agresión que se acerca.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!

¡Chávez es socialismo!

SI MARTÍ TIENE RAZÓN…

Si Martí tiene razón cuando dice que “Trincheras de ideas son más importantes que trincheras de piedras”, y que “una idea justa desde el fondo de una cueva puede derrotar a un ejército”, entonces es posible analizar el paisaje político de una sociedad estudiando las ideas que allí bullen. Veamos.
La oligarquía tiene un proyecto claro y definido, El Neoliberalismo, ya lo expusieron en la Asamblea anual de Fedecamaras y lo siguen haciendo en declaraciones de sus más conspicuos voceros. Tienen clara su relación con la propiedad de los medios de producción, proponen propiedad no social. No tienen duda de sus preferencias políticas, ofrecen una democracia carnavalesca como la que vivimos en el nefasto pacto de punto fijo. En lo social, abogan por una organización del pueblo sólo en el nivel local, nada de organización nacional. El Estado confinado a sus funciones de gendarme de los intereses oligarcas. PDVSA privatizada, junto a la educación, salud, agua, hasta los parques, y quizá el aire, todo lo que de lucro debe ser privatizado, hasta los sentimientos. La conciencia del egoísmo es el motor del mundo oligarca. Desprecio a los humildes, creación de ghetos en donde los excluidos rumien su miseria y no afeen el paisaje de los lares oligarcas. No hay dudas, las ideas que los oligarcas tienen del mundo están claras y perfeccionadas en años de depredación.
Por el lado de la Revolución proponemos el Socialismo como único camino para hacer frente al plan oligarca. La tarea no ha sido fácil, el Comandante habló de Socialismo y se abrió una rica discusión, que debe ser sintetizada en un cuerpo de ideas claras y definidas que hagan frente a la trinchera oligarca. Es necesario construir, entonces, la trinchera de ideas revolucionarias.
La construcción es imprescindible, ya no es hora de darle largas y escamotear la faena, el enemigo está atrincherado, démosle al pueblo su trinchera para que pelee con posibilidades de éxito. Saquemos del fondo de la cueva la idea y llevémosla al campo de batalla. Así la victoria será nuestra, del pueblo, de los humildes, del futuro, de la vida.
La idea socialista propone: hegemonía de la propiedad social de los medios de producción. En lo político, una Democracia Popular basada en la organización administrativa y política del pueblo, desde la comunidad hasta lo nacional. El Estado Revolucionario gran administrador y custodio de la sociedad. PDVSA, propiedad de la sociedad, administrada por el Estado, tal como ahora. La conciencia del deber social, la que entiende que no hay salida egoísta, que el hombre sólo puede desarrollar todas sus potencialidades, satisfacer sus necesidades materiales y espirituales, en sociedad. Y la verdadera sociedad, la que posee los medios de producción y la distribución de la riqueza. Desde esta trinchera, junto a Chávez, ¡Venceremos!
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es socialismo!

MISCELANEAS 16

1. Después de establecida la Gran Colombia El Libertador enfrenta una decisión, ir al Sur para expulsar definitivamente a los españoles del continente, o permanecer en territorio grancolombiano consolidando la nueva nación. Sabía Bolívar, que la libertad de la naciente patria dependía de la construcción de un polo de naciones que participara en el equilibrio geopolítico mundial, que no era posible la existencia de naciones aisladas sin que fueran subyugadas por los imperios existentes. Pero dudaba, sabía también que la patria nueva reclamaba sus esfuerzos, había tareas inconclusas, los espectros infames rondaban su criatura.

2. Ellos saben que el Comandante Chávez es invencible, no hay forma de que ningún candidato de la oposición lo derrote, pero saben también que la Revolución sí es derrotable, y hacia ella enfilan sus baterías. Más fácil es derrotar a la Revolución que derrotar a Chávez. Si ellos inventan una campaña contra Chávez, sin duda, se estrellará contra la barrera formidable que es el amor del pueblo. Sin embargo, una campaña contra la Revolución puede pasar desapercibida y, de esa manera, debilitando a la Revolución, debilitan a Chávez, le quitan su fuerza. En resumen, el imperio tiene como estrategia debilitar a la Revolución para debilitar a Chávez.

3. El misil más potente que nos lanza el imperio, está dirigido a las bases mismas de la Revolución: los valores morales y éticos. Una Revolución es una transformación radical de los valores morales y éticos. Es una sustitución del egoísmo, fundamento del Capitalismo, por el amor, fundamento del Socialismo. Es ir de una sociedad que se rige por el principio aceptado de “guerra de todos contra todos”, hacia una sociedad que se rige por el principio de “solidaridad de todos, el amor de todos”. Este es centro de la Revolución, es allí donde se decide el destino de los procesos, por eso el primer misil es dirigido contra los valores revolucionarios.

4. En los últimos días algunos oportunistas han comenzado la migración de bando. En los periódicos aparecen los sutiles puentes hacia el Este, y algunos más osados hacia el Norte. A Dios gracias, esos oportunistas son patarucos y han salido en falso. ¡La Revolución goza de buena salud!

5. Queremos recordar con amor al Camarada Gustavo Machado, y decirle que aquí estamos, guiados por su ejemplo, sus enseñanzas, su valentía, y luchando siempre por ser fieles a su legado.

28.7.06

¿QUÉ OPONER AL PROYECTO OLIGARCA?

En la reciente reunión de Fedecamaras se desplegó el proyecto oligarca: impulso al Capitalismo neoliberal, debilitar al Estado reduciéndolo a una función de policía de los intereses oligarcas, privatizar al máximo la educación, la salud, privatización de PDVSA, disolver a la nación en fragmentos egoístas que sucumbirán en las fauces del Capitalismo trasnacional.
A nosotros no nos sorprende este planteamiento de los empresarios de Fedecamaras, no abrigamos ilusiones de una oligarquía con intereses nacionales, es que los capitalistas de estos países periféricos tienen dos opciones: o evolucionan rápidamente hacía el Capitalismo más desarrollado, se transforman en trasnacionales, o desaparecen.
Fedecamaras puso en la discusión un proyecto de país, el país neoliberal, tras ese proyecto se colocan todos los candidatos del imperio, esa es la opción que nos ofrecen. Ya sabemos para dónde nos lleva el neoliberalismo, ya sabemos que trae miseria material y espiritual, represión brutal a los humildes.
Frente a esa propuesta, la Revolución Bolivariana debe presentar una opción socialista clara, sin titubeos. No es posible frente a un Capitalismo feroz como el que propone Fedecamaras, oponer formas atemperadas de Capitalismo. Frente al Capitalismo en cualquiera de sus modalidades, no hay otra opción que el Socialismo. Pedir a los capitalistas que dejen de ser competitivos, que dejen de comerse unos a los otros, que tengan sensibilidad social, es una candidez. Pensar que la democratización del capital nos lleva al Socialismo, es una candidez mayor aún. Pensar que otras formas de propiedad como la cogestión, las empresas recuperadas, etc., nos llevarán al Socialismo, es el camino más corto para el desengaño y la pérdida del valioso tiempo revolucionario.
El único proyecto que tiene capacidad de triunfar frente al proyecto oligarca es el proyecto socialista. Por eso estamos con el Comandante Chávez cuando dice “Socialismo o muerte”, “Venezuela se hace socialista o cae en la voracidad del Capitalismo mundial”.
El proyecto socialista tiene fundamentos que no pueden ser eludidos: primero, propiedad social de los medios de producción. ¡Ojo! Es propiedad social, la sociedad propietaria, y esa propiedad administrada a través del Estado, tal como hoy ocurre con PDVSA, forma de propiedad que está dando resultados para el pueblo y que debe ampliarse a grandes sectores de la vida económica, como el sector financiero, el sector alimentos, las comunicaciones, etc., que deben ser socializados. Segundo, poder social, es decir, el pueblo organizado administrativa y políticamente, desde las instancias más elementales hasta el nivel nacional, pasando por el parroquial y el regional. Tercero, conciencia del deber social, que no es otra cosa que entender que no hay solución individual, que sin sociedad no hay futuro.
En resumen, Socialismo es propiedad social, distribución social, y pueblo organizado en un poder social político y administrativo.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es socialismo!

27.7.06

FEDECAMARAS MUESTRA LOS COLMILLOS DEL NEOLIBERALISMO FASCISTA

Fedecámaras, la asociación de empresarios venezolanos, se reunió en Mérida. En esta asamblea discutieron su filosofía y su proyecto de país, nada nuevo. Lo resaltante de la asamblea de Fedecámaras, es la reafirmación que hacen de sus planteamientos neoliberales, lo que nos indica por cuál camino van, y cuál debe ser nuestra relación con ellos.
El centro del planteamiento de Fedecámaras no es inesperado: el Capitalismo criollo evoluciona, no hacia un Capitalismo maduro, sino hacia un Capitalismo dependiente de PDVSA, y terminan siempre queriendo comerse a la petrolera. Aquí no hay Capitalismo productor, sino Capitalismo depredador de la renta petrolera. Por eso mantienen el plan privatizador de PDVSA y el impulso al neoliberalismo, sólo que ahora su objetivo viene envuelto en una suerte de populismo. Intentan varios engaños. Veamos.
El primer engaño, manipular la discusión sobre la propiedad de los medios de producción, usando la astucia de extender la discusión a toda propiedad. Expliquemos. Uno de los principios esenciales del Socialismo es la hegemonía de la propiedad social sobre los medios de producción. Fedecamaras en su documento habla de propiedad de manera genérica, equiparando la propiedad, por ejemplo, de un Aveo, con la propiedad de un medio de producción como serían las empresas. Los dos son propiedad, pero una determina confort para su dueño, mientras la otra, la forma de propiedad de esos medios de producción, determina la esencia de la relación entre los hombres de esa sociedad. Si la forma hegemónica de propiedad de los medios de producción (las empresas) es nosocial, entonces, la sociedad será capitalista, con todas sus perversidades: exclusión, desempleo, hambre, deterioro del medio ambiente, en resumen, miseria espiritual y material. Si por el contrario, la forma de propiedad hegemónica de los medios de producción es social ¡repetimos! la propiedad de los medios de producción es social (no nos referimos a la propiedad de las cosas), entonces, tendremos las bases materiales para una sociedad socialista. Fedecámaras enturbia la discusión, trata así de engañar para imponer el concepto de propiedad que les permita apoderarse de PDVSA.
El segundo engaño, separar el Estado Revolucionario de la sociedad que le da origen. Dicen que el Estado es el dueño de PDVSA, y que ésta debe volver al pueblo. Ocultan que el Estado Revolucionario es entraña de la sociedad, su administrador y custodio. Los oligarcas pretenden con este juego de palabras y conceptos disolver a la nación. Con la promesa de darle a cada venezolano un fragmento de la petrolera, lo que en realidad harán es disolver a la nación en el más intenso egoísmo, fragmentar a la sociedad venezolana en tantos trozos como venezolanos existan, y quedarse con la parte del León, condenando a las grandes mayorías a la más profunda pobreza, sin la mínima esperanza de redención.
Con estos engaños, plantean la privatización de PDVSA ¡que descaro! Lo que no consiguieron con el sabotaje petrolero, lo pretenden conseguir con el viejo método de “ofrecer espejitos a los indios”.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

26.7.06

MADRUGADA

26 de julio de 1953, Santiago, madrugada…
4 de Febrero de 1992, Caracas, madrugada…
Un grupo de jóvenes, como un rayo de luz, rasgan el firmamento gris de entrega, anexión, conciliación.
Se desata tempestad que dura siglos, destruye y construye, inventa y copia, camina y corre, van tras el sueño milenario, los acompañan Bolívar y Martí. Reviven el juramento del Monte Sacro y el saludo a la estatua de la plaza Bolívar caraqueña.
El Che refuerza el intento de tomar el cielo por asalto. Fabricio llega junto a Carlos y Antonio, Aponte y Guiteras, son brisa fresca que impulsa ideales.
26 de julio de 1953, Santiago, madrugada…
4 de Febrero de 1992, Caracas, madrugada…
Petión vuelve los ojos hacía ellos, y renace la fe de quien batalla contra la oligarquía y los dogmas.
Valientes salieron a la muerte, sin más ambición que la gloria de servir a la causa de la redención de los humildes.
26 de julio de 1953, Santiago, madrugada…
Es posible la Construcción de la sociedad socialista, y existen sus constructores. Hay jóvenes, hay esperanzas…
4 de febrero de 1992, Caracas, madrugada…
Cuarenta años después.
Es posible la construcción del Socialismo, y existen sus constructores. Hay jóvenes, hay esperanzas…
26 de julio 1953, Santiago, madrugada…
4 de Febrero 1992, Caracas, madrugada…
Dos pueblos se hermanan para construir y salvar.
Dos sentimientos se hacen uno para avanzar por sobre la amenaza del monstruo.
26 de julio 1953, Santiago, madrugada…
4 de Febrero 1992, Caracas, madrugada…
Pueblos y comandantes invencibles, en la unión de corazones y brazos,
Trincheras de ideas, moral y luces, ciudadanos, compañeros, unidos.
Haciendo añicos al pasado, parteros de la historia, guardianes de la vida.
Dioses humanos capaces de milagros, de transformar olmos en peras, sueños en ríos caudalosos, vientos en lluvias prodigiosas, rocíos en escuelas, miradas en conocimiento. Manos en casas, casas en templos, tierra en alimento, garra y voluntad en defensa.
26 de julio 1953, Santiago de Cuba, madrugada…
4 de Febrero 1992, Caracas Venezuela, madrugada…
Trinchera de ejemplo.

25.7.06

LAS ELECCIONES TIENEN DOS COMPONENTES

Las elecciones tienen dos componentes: uno, la matemática electoral, y el otro, el espíritu electoral. Es en éste último, a despecho de lo que un distraído podría pensar, donde reside la posibilidad de hacer de las elecciones un instrumento de adormecimiento de los pueblos. De esta comprensión surge la consigna revolucionaria ¡Diez millones de votos, Diez millones de conciencias! Expliquemos.
El espíritu electoral oligarca, es en esencia hacer creer al pueblo la mentira de que son las elecciones el terreno donde se resuelve el gran conflicto social, cuando en realidad son evidencia de que los conflictos existen, y que las elecciones sólo son una batalla más en el desarrollo de esos conflictos. En definitiva, el gran conflicto social se resuelve en la calle, como se resolvió en Abril y Diciembre de 2002.
Si el pueblo se impregna del espíritu de que las elecciones resuelven el gran conflicto social, estará condenado a sólo pelear en el terreno donde no hay victorias reales, sólo ficciones. Las victorias que el pueblo consigue en las elecciones, siempre se originan en otras luchas y se certifican en luchas posteriores, por eso los pueblos que sólo se preparan para las elecciones, son pueblos condenados a vivir adormecidos, no están preparados para pelear en terrenos de definición.
En Venezuela, la Revolución Bolivariana tiene la experiencia de que los conflictos se resuelven fuera de las elecciones, por eso ha lanzado la consigna ¡Diez millones de votos!, que es la consigna de la matemática electoral, la de los números para ganar, pero también ha lanzado la consigna ¡Diez millones de conciencias!, que es la consigna que nos prepara para pelear en terrenos definitorios, los de la calle.
Entonces, estas elecciones tienen dos frentes de batalla: uno, la matemática electoral, conseguir los diez millones de votos por el buche, el otro, elevar la conciencia revolucionaria del pueblo, conseguir los diez millones de conciencias.
Es necesario, para fortalecer la Revolución, que las elecciones se transformen en una gran campaña para la elevación de la conciencia revolucionaria. Independientemente de los aspectos que tienen que ver con la matemática, con la participación de los lacayos del imperio, de la división del campo enemigo, de las astucias que nos presente Súmate, nosotros debemos tener como meta en la elecciones elevar la conciencia revolucionaria, de esta manera conseguimos votos y conseguimos revolucionarios listos para las batallas que se avecinan.
Podemos resumir la conciencia revolucionaria, como el convencimiento de que sólo en sociedad podemos resolver los problemas esenciales del individuo, de que no hay solución individual a los grandes problemas de la existencia. El convencimiento de que, como lo dice el Comandante Chávez, dentro del Capitalismo sólo espera a la humanidad el infierno, sólo el Socialismo salva a la humanidad. La comprensión de que el enemigo de la redención de los pueblos es el imperio capitalista. La certeza de que “al imperio y a sus lacayos no hay que creerle ni tantico así… nada”.
¡Sólo el Socialismo salva al Pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

MURO DE AMOR

El imperio, sabio en sus infamias, prepara las agresiones con antelación. En la etapa previa manipula el alma de los pueblos, acomoda la psiquis colectiva, arregla las condiciones políticas y, cuando todo está maduro, da el zarpazo final. En esas jugadas son expertos, su prontuario de agresiones demuestra la experticia. Pero el imperio tiene una gran debilidad, ya los pueblos conocen su manera de actuar, con un poquito de atención es posible detectar sus malévolas intenciones y enfrentarlas. Ahora, sin duda, preparan una nueva y más fina agresión contra Venezuela. Veamos.
Ellos saben que el Comandante Chávez es invencible, no hay forma de que ningún candidato de la oposición lo derrote, pero saben también que la Revolución sí es derrotable, y hacia ella enfilan sus baterías. Más fácil es derrotar a la Revolución que derrotar a Chávez. Expliquemos.
Si ellos inventan una campaña contra Chávez, se estrellará contra la barrera formidable que es el amor del pueblo. Sin embargo, una campaña contra la Revolución puede pasar desapercibida y, de esa manera, debilitando a la Revolución, debilitan a Chávez, le quitan su fuerza. En resumen, el imperio tiene como estrategia debilitar a la Revolución para debilitar a Chávez. Varios son los misiles que nos lanzan. Estudiemos sólo uno.
Es el misil más potente, está dirigido a las bases mismas de la Revolución, a los valores morales y éticos. Una Revolución es una transformación radical de los valores morales y éticos. Es una sustitución del egoísmo, fundamento del Capitalismo, por el amor, fundamento del Socialismo. Es ir de una sociedad que se rige por el principio aceptado de “guerra de todos contra todos”, hacia una sociedad que se rige por el principio de “solidaridad de todos, el amor de todos”. Este es el centro de la Revolución, es allí donde se decide el destino de los procesos, por eso el primer misil es dirigido contra esos valores.
El imperio tiene una campaña permanente y muy elaborada para sembrar los valores del egoísmo. Si estudiamos con detenimiento las campañas de los candidatos del imperio, y de todos los medios y compañías capitalistas, nos daremos cuenta que el centro de su mensaje es estimular las salidas individuales, la solución individual a los problemas sociales. Su objetivo es estimular la fragmentación de la sociedad, y ya sabemos que sociedad dividida en millones de afanes aislados, es una sociedad fácil presa de los capitalistas.
La Revolución debe ante esta agresión levantar un muro de amor, arreciar la campaña de siembra de valores sociales, los que pregonan que las salidas de los pueblos no son individuales, que sólo en sociedad podemos resolver los problemas fundamentales de la existencia.
La lucha ideológica en contra de los valores egoístas del Capitalismo, es una de las batallas más importantes en la guerra asimétrica que el imperio nos plantea.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es socialismo!

CAMARADA GUSTAVO

Hace pocos días se celebró el natalicio del Camarada Gustavo Machado, fundador del Partido Comunista de Venezuela y destacadísimo luchador revolucionario, ejemplo para todo el que participe en las luchas sociales. Estudiando la vida de Gustavo, estudiamos la vida de un revolucionario cabal. Veamos.
Dejó las comodidades de una vida burguesa que le proponía muchos placeres y comodidades, para adoptar la hermosa aventura del revolucionario internacional. Temprano conoció las cárceles de Gómez y, huyendo de la represión, viajó por el continente llevando el espíritu solidario e internacionalista que los venezolanos heredamos del Libertador. Donde quiera que se encontrara, siempre participó en las luchas antiimperialistas: fue oficial del Estado Mayor de Sandino, allí estuvo junto a Carlos Aponte, viajó a Cuba y, hombro a hombro con Julio Antonio Mella, participa en la construcción del glorioso Partido Comunista de la isla. Sin embargo, su corazón no se apartó de la lucha por la Revolución venezolana, participó en la preparación de varias invasiones contra el General Gómez y, en ese ánimo, toma la isla de Curazao como paso previo para venir a luchar contra la dictadura que azotaba al país.
Siempre fue un luchador revolucionario, el pacto de punto fijo no le perdonó su consecuencia al lado del pueblo, no podía tolerar su ejemplo de rectitud, de consecuencia revolucionaria, y lo persigue, le allana la inmunidad parlamentaria (fue electo diputado con los votos y el amor de Caracas) y nuevamente va a la carcel, ahora el cuartel San Carlos es el que conoce de la dignidad de este luchador.
En esta Revolución hace falta Gustavo Machado, cuando su sueño de toda la vida tiene posibilidades de concretarse, cuando el pueblo que tanto amó ha tomado conciencia de que es el Socialismo la vía de redención. Gustavo estaría en la primera fila de combate contra el imperio, estaría, con su experiencia y su ejemplo colaborando para desentrañar las incógnitas de la agresión imperialista. Hace mucha falta Gustavo, un hombre generoso, altruista, para que contribuya a la construcción de un verdadero partido revolucionario. Hace falta su llamado a la unidad de los revolucionarios, y su grito de lucha contra las desviaciones reformistas. Hace falta, su ejemplo de fidelidad con sus principios y sus creencias, y al mismo tiempo su vocación rebelde frente a los dogmas.
Hoy nosotros queremos recordar con amor al Camarada Gustavo Machado, y decirle que aquí estamos, guiados por su ejemplo, sus enseñanzas, su valentía, y luchando siempre por ser fieles a su legado.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez y Gustavo son socialismo!

MISCELANEA 15

1. Es que una Revolución no es un hecho menor, se trata de construir sobre los escombros del pasado la luminosidad del futuro, se trata de romper con todo y producir el parto de la historia.

2. Los oportunistas son de gran utilidad política, nos referimos a los oportunistas expertos, a los que olfatean la oportunidad y se deslizan prestos a ubicarse donde les es más provechoso, y donde menos riesgos corren. De oportunistas está llena la historia venezolana, recordemos aquel político que servía de termómetro para saber quién ganaría las elecciones: él siempre se anotaba a ganador, no tenía principios. El oportunista no tiene principios, esta es una de sus características más resaltantes, lo adornan otras. Veamos.

3. La Revolución, es en esencia devolver al hombre-mercancía del capitalismo su condición de humano integral, devolverle su vida, encontrarlo con su mundo espiritual, rescatarlo del reino de la mercancía y elevarlo al cielo de su condición humana, en un ser capaz de transcender lo inmediato y desarrollar tareas sublimes. Es hora de revisar si estamos cayendo en la tentación de poner el énfasis en lo material, deformando el afecto popular en una mercancía susceptible de ser trocada en el mercado; porque de ser así, debemos rectificar so pena de convertirnos en sepultureros de la Revolución.

4. Estamos en una fase de la guerra asimétrica en la que las armas son las ideas, el teatro de operaciones el alma del pueblo, y el objetivo la conciencia de los humildes.

5. Es una fase difícil y riesgosa, un movimiento en falso puede convertirse en una derrota, un error de diseño de estrategia en una debacle, una omisión en un fracaso. En esta fase no hay paso sin importancia, todo debe ser medido y estudiado hasta minucia. El estudio y el análisis, son de vital importancia.

6. Durante la cuarta republica se nos acostumbró a ver las elecciones como un carnaval, y al voto como un acto efímero, sin más consecuencias que las inmediatas que se desprendían de una propaganda falsificadora. La intención de voto se manipulaba a la conveniencia de los sectores que saqueaban material y espiritualmente al país.

7. Con la llegada de la Revolución, el voto fue alcanzando su dimensión de responsabilidad social y política, ahora sabemos que la elección es momento de decisiones importantísimas, del voto depende el destino de la patria, y el rumbo de continentes enteros por los próximos cien años. El pueblo conciente no vota guiado por supersticiones, vota en apoyo a un proyecto de país que sabe el único camino para su redención.

21.7.06

EL ENEMIGO PRINCIPAL

La habilidad para determinar el enemigo principal es una virtud de los grandes líderes. Sólo acertando en escoger el enemigo principal, podemos diseñar una estrategia exitosa. Si erramos, si no tenemos tino en este menester, entonces estamos destinados a disipar fuerzas y nos acompañará la derrota. Es el estudio, la reflexión, la visión estratégica, y la vocación revolucionaria, lo que nos permite focalizar al enemigo principal.
El enemigo principal es aquel donde se originan las dificultades principales o, lo que es lo mismo, es aquel cuya derrota abre caminos expeditos para el avance de la Revolución.
El Comandante Chávez ha hecho una correcta determinación de nuestro enemigo principal cuando en el mitin del Jardín Botánico declaró el carácter antiimperialista de la Revolución Bolivariana y, a partir de allí, ha explicado las razones de esa determinación. Veamos algunas.
Histórica, la confrontación que hoy ocurre tiene sus raíces en el inicio mismo de la nacionalidad, cuando Bolívar se enfrenta a la intención expansionista de los gringos, ellos con la doctrina Monroe, y los revolucionarios independentistas con el Congreso Anfictiónico de Panamá. Las luchas sociales en Latinoamérica siempre tienen como obstáculos tenebrosos, la acción de Estados Unidos: Sandino, Martí, Torrijos, Jacobo Arbens, Camaño, Allende, Haití, Santo Domingo, Grenada, Panamá, componen la larga lista de pueblos y de héroes enfrentados a las agresiones del imperio contra la soberanía y las luchas libertarias de los pueblos del continente. La historia nos autoriza a concluir que una Revolución si es verdadera, tarde o temprano, se enfrenta a la voracidad imperial.
Geopolítica, hoy en el mundo la disputa principal es por las fuentes de energía, el petróleo se acaba, ya lo dijo Chávez y los grandes países desarrollados se mueven desesperados en pos de fuentes de energía. Venezuela tiene grandes reservas de gas y petróleo, que la hacen un objetivo ineludible para el imperio. Se comprende, entonces, que estamos en el centro de la estrategia imperial.
De allí que es imprescindible una campaña de información y concietización del pueblo, revelando al imperio como el enemigo principal. La Revolución debe prepararse para enfrentar la impostergable arremetida del imperio. Cada acción de los revolucionarios debe llevar este signo. No es posible olvidar al enemigo principal. Todo enemigo subalterno debe ser engarzado con el enemigo principal. De allí que Súmate debe ser develada como una pieza de la agresión imperial, los candidatos que ella agrupa son soldaditos de plomo de esa agresión. Nadie debe engañarse pensando que las elecciones de diciembre son un torneo democrático, lo que alrededor de ellas se construye son las condiciones para una embestida, que puede ocurrir antes o después de diciembre. El imperio se mueve en el Oriente Medio, y necesariamente moverá sus infamias por aquí. Terminamos parafraseando al Che: “Al imperio y a sus lacayos no hay que creerle ni tantico así… nada”.
¡Sólo el Socialismo salva al Pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

20.7.06

EL VACÍO

En las sociedades no existe el vacío ideológico, sólo existen fuerzas cuyas tensiones producen el devenir histórico. En política, por ser el reflejo sublime de la sociedad, tampoco existen vacíos ideológicos, sólo existen sustituciones. Veamos.
Las ideologías luchan por ser hegemónicas en la conducción de la sociedad. Esta lucha es perenne, siempre sucede. Cuando una ideología es desplazada no deja un vacío, su lugar lo ocupa una ideología emergente, se dice entonces que ha ocurrido una Revolución. Esta sustitución de ideologías viene siempre precedida por un período de profunda turbulencia, es cuando la hegemonía no está definida y se abre una fase donde tienen cabida ideologías subalternas que empañan la verdadera confrontación, por eso impiden adquirir conciencia revolucionaria y en última instancia favorecen la permanencia de las ideologías reaccionarias.
En Venezuela vivimos un proceso de turbulencia ideológica que exige ahondar la Revolución para no dejar un peligroso vacío. La Revolución Bolivariana llevó al país a niveles nunca vistos de evolución social, el pueblo está en la calle, la Revolución despertó un gigante y debe conducir esa energía social hacia caminos de redención, hacia la construcción del Socialismo. Hoy en el país hay condiciones como nunca para avanzar con éxito en ese camino, el Comandante Chávez, los logros espirituales y materiales alcanzados, nos confirman esa posibilidad.
Sin embargo, si la Revolución se descuida, si no mostramos claramente y en todos los campos la nueva cultura, la nueva ética, si no nos diferenciamos del pasado, en ese caso estaremos corriendo peligro de dejar vacíos que serán llenados por ideologías subalternas incubadoras de fascismo.
Las señales del vacío están aquí: en la prensa notician de unos grupos de encapuchados armados, con más metal que ideas, que toman sectores de la ciudad y allí establecen ley. Esa ya es una señal de peligroso vacío. Pero, y más peligroso aún que ese absurdo, es que esa desviación intolerable no tenga respuesta del lado nuestro, del lado de la Revolución, es indicio inequívoco de que no entendemos la magnitud del peligro de la ausencia ideológica.
La Revolución no puede desgastarse sólo dando respuestas a Sumate y a los candidatos flojitos, eso sería llevar al país a un peligroso “cretinismo electoral”. La Revolución tiene que fortalecerse en la lucha ideológica, en la batalla contra las ideas y las acciones que empañan el camino hacia el Socialismo, y que, sin duda, al desvirtuar la ética y la moral de los revolucionarios, nos debilitan frente a las grandes batallas que nos plantea el imperio. Es deber de los revolucionarios denunciar los gérmenes fascistas que se incuban a la sombra de una retórica pseudorevolucionaria.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es socialista!

19.7.06

PARÍS EN CARACAS

Hace poco se celebró la fiesta nacional de Francia, el día cuando el pueblo de París tomó La Bastilla y dio al traste con la monarquía de Luís XVI. Eso es lo que superficialmente se piensa, pero si aguzamos el análisis veremos que la realidad fue otra. Veamos.
La toma de La Bastilla derrumbó la monarquía de Luís XVI, eso fue verdad, pero también fue verdad que, a pesar de la "Libertad, Igualdad, Fraternidad", el rey fue restituido y se implantó una suerte de monarquía constitucional bajo la regencia del mismo monarca. La Revolución dio sus primeras vacilaciones.
Sucedió un fenómeno en el que los mecanismos de defensa más profundos de un sistema, los que se encuentran en la psiquis, en las costumbres, en la cultura, se manifestaron.
El pueblo francés no pudo desprenderse de la costumbre de una monarquía y, después de derrocarla y avanzar en la Revolución, vinieron las cadenas instaladas en lo más íntimo del alma colectiva en su auxilio, para restituirla. De ese fenómeno no se daban cuenta sus actores, era difícil para ellos brincar por sobre siglos de costumbres, de cultura tallada para justificar la monarquía, de religión al servicio de ese sistema, de filosofía que lo apuntalaba, de política atrapada en el metabolismo monárquico.
Es que una Revolución no es un hecho menor, se trata de construir sobre los escombros del pasado la luminosidad del futuro, se trata de romper con todo, y producir el parto de la historia. Se comprende que los franceses tomaron La Bastilla, y la hazaña no fue suficiente para hacer Revolución.
Ese peligro, el de la restitución, al igual que en todas las revoluciones conocidas, lo vivimos en nuestra Revolución Bolivariana.
Con la victoria del Comandante se derrumban las instituciones oligarcas, el pacto de punto fijo se desmorona, y entramos en un nuevo período, esto equivale a la caída de La Bastilla (recordemos que tomar La Bastilla no es suficiente). Ahora vivimos en un periodo de turbulencia, tal como lo define el Comandante junto a Gramsci, de pugna de lo viejo que no termina de morir y de lo nuevo que no termina de nacer.
Las experiencias de las revoluciones vienen del pasado para ayudarnos a no cometer errores, a superar peligros. Es de revolucionarios oír, aprender de la sangre y la angustia del pasado.
Es hora de profundizar la Revolución, luchar contra las fuerzas restauradoras que nos acompañaron en las primeras etapas, en la toma de nuestra Bastilla, pero, ahora quieren restituir con algún maquillaje lo viejo. Es el momento de romper las cadenas que desde el fondo de nosotros mismos nos mantienen atados al pasado, dar el gran salto hacia la construcción del Socialismo. Ya no caben fórmulas intermedias, atenuadas, que sólo consiguen abrir camino al terror del fascismo.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

18.7.06

LOS OPORTUNISTAS

Los oportunistas son de gran utilidad política, nos referimos a los oportunistas expertos, a los que olfatean la oportunidad y se deslizan prestos a ubicarse donde les es más provechoso, y donde menos riesgos corren. De oportunistas está llena la historia venezolana, recordemos aquel político que servía de termómetro para saber quién ganaría las elecciones: él siempre se anotaba a ganador, no tenía principios. El oportunista no tiene principios, esta es una de sus características más resaltantes, lo adornan otras. Veamos.
Está muy bien informado,
es la información lo que le garantiza tomar la decisión correcta en el momento correcto, por eso sabe de todo, desde las estadísticas de producción y consumo del país, economía y política mundial, hasta los chismes más pequeños de los gobernantes.
Es amigo de todos, por qué no serlo, sino tiene principios. Sus peleas no son profundas, a lo más escaramuzas, malos entendidos, nada que lleve la sangre al río, nada que no se arregle alrededor de un doce años.
Es partidario de la conciliación y la convivencia. Claro, así su campo de maniobra es amplísimo, y esa es una de sus claves, no puede permitirse reducir su teatro de operaciones, la armonía es su naturaleza, él sabe que donde uno menos espera salta un buen candidato, una oportunidad de negocios, o un buen puesto.
Nunca se define. Es así, el principal enemigo del oportunista es la definición: oportunista definido es hombre muerto. Tiene variedad de chaquetas, es socialista y también capitalista. Le gusta la chicha, pero no le desagrada la limonada. Es chavista, pero no es enemigo de Bush. Se mete con el santo, pero no con la limosna. Le gusta la Guabina, y también el Carite.
Es un experto de la adulación, por favor no confundir con los jala bolas, el oportunista es sutil, adula pero no se nota, el jala bola es procaz, y al jalar se define, se marca, se quema, no podrá vivir de eso sino mientras el objeto de su alabanza esté en la cúspide.
Olfato, es el olfato, sin duda, el principal instrumento del oportunista, un oportunista sin olfato no tiene vida, perdió el radar, no puede tomar decisiones.
Cuando el oportunista migra, es una alerta de que algo anda mal, esa es su utilidad política.
El oportunista no es traidor vulgar, el traidor es un salta talanquera torpe, el oportunista se muda de bando con elegancia: traidor Rosendo. Después hablaremos del ambicioso, que es otro espécimen que se puede confundir con el oportunista.
En los últimos días algunos oportunistas han comenzado la migración de bando, en los periódicos aparecen los sutiles puentes hacia el Este, y algunos más osados hacia el Norte. A Dios gracias, esos oportunistas son patarucos y han salido en falso. ¡La Revolución goza de buena salud!
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

17.7.06

AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS

Si se pudiera precisar la fecha cuando la propiedad sobre la tierra dejó de ser social para pasar a ser de una fracción de la sociedad, ese sería el día del pecado original económico, cuando el egoísmo empezó su ofensiva y el amor se vino a menos. Veamos.
Al principio la tierra pertenecía a toda la sociedad, la cosecha era distribuida entre todos de acuerdo a sus necesidades. En aquellas sociedades prevalecía una relación fraterna, amorosa: la faena en común, era complementada por la vida en común, por las preocupaciones en común, la suerte de un individuo era la suerte de todos, y la suerte de todos representaba la suerte de cada individuo. En resumen, era una sociedad orgánica, con una relación sana entre sus miembros y de estos con la naturaleza.
Cuando la propiedad de la tierra deja de ser social, para ser sólo de una fracción, la cosecha (que es trabajo acumulado) pasa a ser propiedad de esa fracción de la sociedad, es decir, un fragmento se hace propietario del trabajo de la sociedad. Comienza así una nueva era para la humanidad, la era en la que es posible que unos hombres se apropien del trabajo de otros hombres, se desarrolla una ética y una moral que justifica el absurdo. Siendo así, el lucro individual se coloca en el centro de todos los afanes, el lucro es la norma moral. Aparece el dinero como forma de intercambiar los diferentes trabajos acumulados, las diferentes mercancías, el dinero se transforma en Dios, y en sus altares se incineran todos los excelsos valores morales. El hombre comienza a ser lobo del hombre, y la sociedad se transforma en una lucha de todos contra todos.
La lucha de la humanidad desde esos días ha sido la lucha por acabar con este crimen y recomponer a la sociedad fragmentada. Cristo nos dice “amaos los unos a los otros”, que no es otra cosa que el anhelo de volver a la sociedad donde el hombre era el centro de todas las preocupaciones.
Hoy en Venezuela tenemos oportunidad de darle base material a ese llamado al amor. Mucho tardó la humanidad en comprender que el amor depende de las relaciones económicas que se establezcan entre los hombres: una sociedad de propietarios y desposeídos necesariamente será egoísta, por el contrario, una sociedad propietaria, la propiedad en manos de toda la sociedad, necesariamente será amorosa. Están dadas las condiciones para construir esa sociedad donde el amor deje de ser una ilusión, y sea un sentimiento apoyado en su base material, que no es otra que la propiedad social de los medios de producción, una sociedad donde la compra-venta del trabajo de los hombres sea un absurdo.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

¿SON LAS ELECCIONES LA MEDIDA?

Se comete un error en el análisis político del continente cuando se mide el avance revolucionario de los pueblos, por el avance numérico de candidatos con un discurso más o menos izquierdista. El indicador es superficial e induce a equívocos. Veamos.
Las elecciones en el mundo capitalista han sido desprovistas de todo contenido político y convertidas en ejercicio de mercadotecnia. En Estados Unidos la mercadotecnia política es una profesión, hay compañías especializadas en diseñar las campañas de los candidatos presidenciales, como si de un producto comercial se tratara, es decir, se encargan de manipular la voluntad del electorado. La esencia de este tipo de torneo es ofrecer dos contendientes que se presentan como adversarios, cuando en esencia tienen la misma condición: no cuestionan el sistema, no harán cambios profundos. En este tipo de elecciones está permitido que algún candidato prometa remedos de Revolución, entendiendo de antemano que promesa electoral no es de obligatorio cumplimiento.
En el norte este sistema manipulador funciona casi a la perfección, en los países del Sur funciona bastante bien, sin embargo, y dada las inmensas tensiones sociales, a veces esta forma de dominación, de manipulación de lo popular, les falla. De allí la elección del Comandante Chávez, o la elección de Evo. Pero no todo lo parecido es igual, no todo lo que parece Chávez es Chávez. Siendo así, es necesario estudiar las elecciones del continente con más detenimiento, y no caer en la trampa que las oligarquías usan para engañar a sus pueblos, es decir, no ilusionarse con izquierdistas de pacotilla.
Debemos educarnos políticamente, no nos ayudan ilusiones tontas de que vamos avanzando. La geopolítica nos exige que tengamos una comprensión más acabada de la situación en los países del continente, no es suficiente que un candidato esté en la “oposición” para gritar a los cuatro vientos que el continente se mueve hacía el Socialismo. Estas ficciones, que por lo demás no son duraderas, no ayudan a salir de la superstición política.
Así pasó con la Bachellet, llegamos a presentarla como un avance del Socialismo y lo primero que hizo fue ponerse a disposición de los planes de Bush. Lo mismo pasó con Lula, este último es un amigo, lo creemos, pero tiene que bailar la samba que le toquen los grandes empresarios de su país y, por supuesto, el imperio capitalista mundial. Recordemos al bochornoso Lucio, ¿se acuerdan? Aquel presidente que en la misma toma de posesión saltó la talanquera.
Un correcto análisis de las elecciones continentales nos hará más concientes de nuestra Revolución, de las responsabilidades que enfrentamos al intentar romper el cerco capitalista, y nos evitará los errores propios de las ilusiones vacías.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

MISCELÁNEAS 14

1. El fin central de una Revolución Socialista es integrar el organismo social que el Capitalismo ha fragmentado. Es devolver al hombre su condición de ser social y rescatarlo “de las heladas aguas del cálculo egoísta”.

2. Los Concejos Comunales, aisladamente, sin correspondientes organizativos nacionales, regionales y municipales, sin instancias organizativas políticas, son unidades desintegradoras sociales, que fomentan la cultura del egoísmo, ya que reducen las miras y las preocupaciones de la población sólo a su entorno y, dentro del entorno, a lo económico. No estamos diciendo que son malos, decimos que sin otros complementos de organización social, actúan como agentes disociadores de la conciencia.

3. Es urgente construir los complementos de esos Concejos Comunales: primero, instancias de coordinación municipal, estadal y nacional, electos desde la comunidades, escalonadamente hasta la instancia nacional.

4. El gran aporte de esta Revolución Bolivariana y del comandante Chávez, es, sin duda, haber puesto en la primera línea de la batalla política la posibilidad y la necesidad del Socialismo. Hoy, por primera vez en la historia nuestra, la batalla se plantea, verdaderamente, entre Socialismo y restauración capitalista.

5. Una Revolución es un milagro, más que un milagro, quizá deberíamos decir que una Revolución es convertir lo milagroso en cotidiano. Al ser humano pertenece la tentación de permanecer, y la desazón por el cambio, esa es su naturaleza histórica. Ahora bien, si una Revolución es el cambio más completo y profundo que se puede dar en una sociedad, ya podremos imaginar los obstáculos con los que tienen que lidiar los revolucionarios.

6. El más importante de los obstáculos se sitúa en el interior de nuestra propia alma. Entender, más que entender, sentir que hay que cambiar los cimientos de lo que hasta ese momento había sido nuestro universo, cambiar la forma de pensar, obrar, vivir, con la que nos hicimos adultos, significa romper radicalmente con nosotros mismos, fundar un nuevo mundo, profundamente, revolucionariamente opuesto a todo lo que hemos aprendido desde niños. Es un salto desde la seguridad de permanecer, al hermoso pero muy angustiante cielo de lo desconocido, de lo inédito.

7. La situación política nacional e internacional indica conflicto: la oposición encallejonada, debatiéndose en la ciénaga de sus mezquindades, no es opción para el imperio. Sin embargo, la situación internacional les exige tener control sobre las fuentes de energía venezolanas. Todo indica conflicto internacional.

INTEGRACIÓN Y REVOLUCIÓN

Luís Brito, en su artículo del domingo en Últimas Noticias, plantea un tema importantísimo para la Revolución Bolivariana: el tema de la Integración y la Revolución. Este artículo, junto a la columna “Anfictiónica” que aparece en Vea, abren un debate muy necesario en la Revolución Bolivariana, se trata de cómo debe ser la integración económica, social, política y hasta militar de países con sistemas políticos y sociales diversos. Los artículos nos llaman a la reflexión. Veamos.
Luís Brito nos dice claramente que nos estamos integrando (y resalta el caso del Brasil) con países cuyas economías están en manos del Capitalismo nacional y trasnacional.
Por su parte, la extraordinaria columna Anfictiónica, especializada en análisis internacional, nos ofrece algunas ideas para la reflexión: “la batalla es esencialmente política e ideológica, por momentos adquiere ribetes electorales (…) Es vital y universal a toda Revolución la necesidad de un pueblo consciente de su rol histórico (…) Revolución y Bolivarianismo hoy, son el pueblo organizado, consciente y movilizado en pos de sus objetivos estratégicos de justicia social, integración y solidaridad.”
Nosotros coincidimos con los planteamientos de los dos columnistas, y añadimos que el punto central del asunto está en diferenciar muy bien la integración estratégica de la integración táctica. Y su diferenciación va a depender del sistema que estemos desarrollando en lo nacional. Expliquemos.
Si el sistema que desarrollamos es socialista, entonces nuestras alianzas estratégicas son las del ALBA. En este caso, Bolivia y Cuba forman, junto a nosotros, los cimientos estratégicos del bloque integrador. Si por el contrario, desarrollamos Capitalismo, empresarios privados, entonces las alianzas con los capitalistas del resto del continente tendrán carácter estratégico, serán, tal cómo lo dijo Lula en el Teresa Carreño, “territorios para que nuestros empresarios hagan negocios”. Y las dinámicas integracionistas tendrán otras características, las de las pugnas propias de las relaciones capitalistas.
Ahora bien, si escogemos el camino del Capitalismo, si nos olvidamos del ALBA, si pensamos que la calidad de las alianzas depende de la buena voluntad de los aliados, y no de los intereses que estos aliados defiendan, nos despertaremos un día rodeados de ALCA por todos lados, y no tendremos más camino que pasar el camello por el ojo de esa aguja. Nos convenceremos de que en el mundo capitalista no hay opciones intermedias, el ritmo, las condiciones, las impone el Capitalismo más desarrollado, es decir, el destino de los países capitalistas del continente será ir hacia el ALCA, uno a uno irán cayendo en ese saco.
Nosotros debemos tener cuidado para que en el forcejeo de los oligarcas, no se nos use sólo como una suerte de chantaje a los gringos: “si no me das mejores condiciones, allí está Hugo Chávez, entonces coqueteo con él.
Solo un Socialismo robusto nos permitirá movernos con éxito en el proceloso mar de la integración.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

LOS CICLOS ESTABILIZADORES DEL CAPITALISMO

La historia tiende a repetirse monótona. El hombre, con su efímera existencia, sólo puede captar la repetición histórica estudiando las experiencias de la humanidad. Es así, estudiando, que conocemos que hace doscientos años el sueño del Libertador fue saboteado por los mismos próceres bolivarianos convertidos en neoligarcas. Es así, estudiando, que podemos impedir que el ciclo, la repetición histórica, vuelva a enterrar la esperanza. Revolucionario que no estudie sólo podrá darle otra vuelta a la rueda dominadora, nunca romperá los ciclos, jamás hará Revolución. Quien improvise está destinado a repetir como en una noria demoníaca, los descalabros anteriores. Es en el pasado donde está el conocimiento para entender el presente y ser exitoso en el futuro.
La historia nos presenta ciclos estabilizadores del capitalismo que se repiten con insistencia. Veamos: siempre que los pueblos despiertan con posibilidades de hacer Revolución, aparecen los reformistas pretendiendo neutralizar el esfuerzo. Lo intentaron hacer en Cuba cuando derrocaron a Batista horas antes del triunfo de los rebeldes de la Sierra Maestra, y gracias a la claridad de esos revolucionarios, fracasaron. Lo intentaron también en Rusia con Kerensky, y gracias a la astucia y el olfato de Lenín, fracasaron. Lo hicieron aquí el 23 de Enero, y todos padecimos, y aún padecemos, el pacto de punto fijo. Cuando la independencia lo intentaron hacer y provocaron el grito de Bolívar: ¡es que trescientos años de calma no bastan!
Los reformistas, no podía ser de otra forma, están aquí en la revolución bolivariana, intentan repetir el ciclo estabilizador, pretenden que la rueda capitalista gire sin salirse de su eje, su meta es evitar el avance de la Revolución, sabotear la marcha al Socialismo, lo hacen con la astucia adquirida en años, minando los intentos de redención de los pueblos. Saben que lo fundamental del Socialismo está en que la sociedad recupere su integridad, que vuelva a ser un organismo armónico, en reconstituir al hombre fragmentado, recuperar las relaciones amorosas entre los humanos, y de estos con la naturaleza. Por eso estimulan el fraccionamiento social a través de formas organizativas aisladoras, y de formas económicas estimuladoras de lo individual y de colectivos egoístas. Los reformistas saben que allí está la clave para degollar al Socialismo, hacia lo fundamental dirigen sus más venenosos dardos. Saben disfrazar su labor con retórica tremendista, hacen concesiones en lo superficial, mientras socavan lo fundamental del Socialismo.
Hoy, con la Revolución Bolivariana, tenemos la oportunidad cierta de romper el ciclo reformista estabilizador. Hemos llegado a una etapa definitoria, los reformistas fracasan en sus planes de torcer el rumbo hacia remedos de capitalismo. Cada vez más el país entiende el mensaje del Comandante Chávez. Cada vez es más conciente que de no avanzar hacia el Socialismo auténtico caeremos irremediablemente en territorios de tragedia.
¡Sólo el Socialismo salva el pueblo!
¡Chávez es Socialismo
!

¿QUÉ HACE QUE UNA REVOLUCIÓN SEA REVOLUCIÓN?

La pregunta es importantísima, debería ocupar lugar privilegiado en las reflexiones de todos. Es por eso que, en el cielo de los revolucionarios, de cuya existencia algunos dudan, pero de que existe, existe (otro día hablaremos de eso, ahora nos interesa continuar la historia), en ese cielo, se nombró un comité para buscar una respuesta a esta pregunta y mandar algunos consejos al Comandante Chávez. El comité, del que formaban parte Simón, Marx, Lenín, Trosky, Don Quijote, el Che, Fabricio, y muchos más que ustedes imaginarán, se declaró en sesión, recomendando brevedad.
Primero habló Lenín, quien terminó resumiendo: una Revolución son soviets más electrificación. Quiero decir con esto: organización social (que no debemos confundir con organización popular) y producción económica, para conseguir dar a cada uno según su necesidad.
Simón Bolívar, melancólico, propuso con voz cavernosa: digámosle a vuecencia Hugo, que gane las Batallas importantes. Una Revolución son Batallas, Carabobo, Junín, Ayacucho… y también Ocaña y San Pedro Alejandrino…Una Revolución está llena de Batallas, hay que ganar las importantes.
Don Quijote, desde lo alto de un molino de viento que confundía con un gigante enemigo, gritó: ¡Locura! ¡Locura! La Revolución está llena de ¡locura! La cordura es un cepo, los cuerdos, los calculadores, nunca harán nada que no sea permitido.
El Che, que estaba apurado preparando un viaje para resolver una injusticia que se cometía en alguna parte del universo, dijo a la carrera: ¡emoción! Sin emoción no hay Revolución. Y cuando se pierde la emoción se pierde todo.
Cristo, desde su magnificencia, predicó: la Revolución debe ser necesaria. Los pueblos deben necesitarla como se necesita respirar. Una Revolución sólo se puede hacer si es necesaria.
Marx, aconsejó: que lea, todo está escrito y nada está escrito. Sólo leyendo se evita descubrir el agua tibia.
Sucre, aportó: aprovechen la oportunidad y le dicen que se cuide. Sino existe no puede hacer nada. Díganle: ¡Que se cuide!
Cipriano Castro, que jugaba cartas con Torrijos y Allende, asintió: Sí, que se cuide. A lo lejos se oyó un ¡Shitoo!
El presidente del tribunal gruñó: ¡están fuera de orden! Dio por terminada la reunión. Y pasaron a recopilar las opiniones:
Organización social (que no debemos confundir con organización popular) y producción económica, para conseguir dar a cada uno según su necesidad. Que gane las batallas importantes. Leer. Una Revolución es ganar Batallas, ¡locura! ¡emoción!. Necesitarla como se necesita respirar. Que se cuide.
Después mandaron sus consejos para Venezuela, pero a pesar de haberlo hecho en veinticuatro oportunidades, todavía no ha llegado a las manos de Hugo, la escritoriocracia se encarga de extraviarlo.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

11.7.06

SEMBRAR EL PETRÓLEO, SEMBRANDO EL SOCIALISMO

Cuando se cumplen setenta años del editorial de Uslar Pietri donde nos habla de la necesidad de sembrar el petróleo, es casi unánime la opinión de que la siembra no se ha conseguido todavía, que van cien años de explotación petrolera y el país aún espera por la siembra del petróleo. ¿Qué pasó? ¿Por qué el país ha fracasado en esta empresa donde le va la vida? Busquemos una respuesta.
Nosotros pensamos que hay dos maneras de sembrar el petróleo: una, que fue exitosa, es la de los proyectos que hegemonizaron la renta petrolera, desde su aparición. Todos estos proyectos, desde el adeco del cuarenta y cinco, el de Pérez Jiménez, el del Pacto de Punto Fijo, todos, tenían dos características comunes: intentaban desarrollar Capitalismo interno, y no rompían la dependencia con Estados Unidos. Es decir, sembraban el petróleo en el territorio capitalista. Y para el Capitalismo imperial, que necesariamente arrastra a los capitalismos periféricos, la siembra del petróleo significaba energía barata, la creación de una elite sumisa que les garantizara el suministro y la tranquilidad del país, y una pequeña burguesía transculturizada que sirviera de colchón ideológico a cualquier intento de cambio. Por supuesto que esta siembra fue exitosa, cumplió su papel: favoreció al imperio, aunque plagó de miseria espiritual y material al país.
Está pendiente el otro proyecto, el de sembrar el petróleo al servicio de los humildes, de hacer un país donde el desarrollo de las potencialidades del hombre no tenga más limitaciones que las cualidades individuales, donde la riqueza de algunos no signifique la miseria de muchos. En resumen, construir el Socialismo.
Estamos viviendo a cien años de la era petrolera venezolana, una época estelar. Tenemos la oportunidad de concretar la siembra del petróleo en beneficio de los humildes, tenemos la oportunidad de emprender la construcción del Socialismo. Muchísimo hemos avanzado en ese camino, y grandes son los obstáculos para seguir transitándolo.
El gran aporte de esta Revolución bolivariana y del comandante Chávez, es, sin duda, haber puesto en la primera línea de la batalla política la posibilidad y la necesidad del Socialismo. Hoy, por primera vez en la historia nuestra, la batalla se plantea, verdaderamente, entre Socialismo y restauración capitalista.
Es deber de los revolucionarios apoyar al Comandante Chávez en el empeño de avanzar hacia el Socialismo. Todo nuestro esfuerzo, nuestra capacidad de crítica, de vigilancia revolucionaria, debe estar al servicio de la construcción socialista. El estudio debe ser permanente para poder discernir: qué nos ayuda, y qué nos perjudica en el avance. La Patria, la Revolución, el Comandante, necesitan de nuestro aporte, no hay cabida para revolucionarios pasivos, todos debemos ser críticos, activos y disciplinados.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es socialismo!

PROBLEMAS DEL PERÍODO DE TRANSICIÓN

La historia nos ha develado un período en la marcha revolucionaria que no fue previsto y, por tanto, poco estudiado por los clásicos. Es el período de transición del Capitalismo al Socialismo en los países con un Capitalismo inmaduro, tal es el caso de Venezuela. Es un período que reclama un gran esfuerzo teórico, porque si no entendemos las leyes que guían esa transición, no podremos resolver los problemas que ésta nos plantea. Un error de concepto en esta etapa, una desviación teórica, una concesión a las ideas del pasado, puede significar la pérdida de la oportunidad revolucionaria. La importancia aumenta porque este período es común a los procesos revolucionarios de los pueblos del Sur. Ya en la historia aparecen enseñanzas sobre el período de transición. Veamos.
Una primera enseñanza: se trata de un período de fortísima lucha de clases, es lo que el Comandante, recordando a Gramsci, llama: lo viejo que no termina de morir y lo nuevo que no termina de nacer.
Una segunda enseñanza,
y la decimos corriendo el riesgo de que se ofendan algunos marxistas, es: en este periodo de transición la conciencia determina la existencia, esto como complemento al axioma clásico de que la existencia determina la conciencia. Por tanto, se necesita una poderosa organización de vanguardia que prefigure las relaciones socialistas, que lleve con el ejemplo al resto de la sociedad la conciencia del deber social, que sea garante de la marcha, y también reservorio moral para las horas aciagas.
Tercera enseñanza: Es una enseñanza de nuestra realidad. En Venezuela, país rentista, captador de plusvalía internacional, la acumulación de capital se hace con la transferencia de la renta petrolera. Muchas son las vías de transferencia, una es la corrupción, de ella brotaron grandes fortunas. Otra vía, importantísima, es el Sistema Financiero, este funciona como un prestidigitador que toma el dinero del petróleo, le da una vuelta y, “nada por aquí, nada por allá”, lo desaparece como el mago del circo desaparece las barajas. El Capitalismo de un país rentista se tiñe de capital financiero. Por eso, en este período de transición, es impostergable la nacionalización del sistema financiero como vía para poner la renta al servicio del rumbo al Socialismo.
Cuarta enseñanza
, esta viene de la Chile de Allende: si el período de transición se resuelve a favor de la restauración, existen inmensas posibilidades de que adopte como forma política al fascismo más cruento. Es decir, el dilema de esta etapa que vivimos es: Socialismo o fascismo.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

MISCELÁNEAS 13

1. La Revolución Bolivariana, con su bandera de ocho estrellas, es ruedo de enfrentamiento entre dos genéticas: Sancho Panza estuvo en el Central Azucarero de Sabaneta, mientras el Quijote se pasea por el camino de Barrio Adentro sintiendo el costillar de rocinante, con su adarga al brazo. El 11 de abril salió Sancho a la faena. El 13 bajó el Quijote de los cerros.

2. Ahora vamos a una elección, ¡diez millones! dijo el Quijote, Sancho sentenció muy serio que no era posible, la matemática no daba. El Quijote ayuda a los países hermanos, Sancho grita que eso no es práctico. El Quijote es hermano de los Quijotes de Cuba, Sancho dice que eso no conviene. El Quijote la emprende contra los molinos del norte, Sancho se asusta y convoca al avestruz.

3. Los Sanchos tienen tres mil años siendo prácticos, y los pueblos otro tanto siendo miserables.

4. El fin central de una Revolución socialista es integrar el organismo social que el Capitalismo ha fragmentado, es devolver al hombre su condición de ser social, y rescatarlo “de las heladas aguas del cálculo egoísta”. En esta tarea uno de los pasos fundamentales es la organización social, de ella depende el éxito del empeño integrador. De allí que es importante discutir lo que se hace hoy con el Poder Popular, y evaluar si de verdad integra a la sociedad, si derrota la fragmentación.

5. Los Concejos Comunales, aisladamente, sin correspondientes organizativos nacionales, regionales y municipales, sin instancias organizativas políticas, son unidades desintegradoras sociales, que fomentan la cultura del egoísmo, ya que reducen las miras y las preocupaciones de la población sólo a su entorno y, dentro del entorno, a lo económico. No estamos diciendo que son malos, decimos que sin otros complementos de organización social, actúan como agentes disociadores de la conciencia.

6. Cuando los fascistas del Este van contra la embajada, cuando allí vomitan todo su odio, no lo hacen contra el Embajador Germán, lo hacen contra un sistema, contra el Socialismo, contra las causas justas, contra la redención de los humildes. El golpe de Abril a la Revolución Bolivariana, no estaría completo sin la agresión a la Embajada de Cuba. La Embajada y Miraflores representaban lo mismo: la esperanza de redención para estos pueblos de América, la dignidad de los pueblos del mundo, la esperanza, la certeza de que es posible construir un mundo que supere al capitalismo creador de miseria material y espiritual. Y eso no lo pueden tolerar los privilegiados.

7.7.06

FUSILES, LIBROS Y ROSAS

La situación política nacional e internacional indica conflicto: la oposición, encallejonada, debatiéndose en la ciénaga de sus mezquindades, no es opción para el imperio, sin embargo, la situación internacional les exige tener control sobre las fuentes de energía Venezolanas. Todo indica conflicto internacional.
Sobre la actitud que tomará el imperio se hacen muchas especulaciones, todas coinciden en que la Revolución es un problema que ellos deben resolver antes de que el ejemplo cunda, ya no sólo por América sino por todo el Sur.
Frente a esta amenaza, preparamos la guerra asimétrica. La Fuerza Armada Nacional, como columna vertebral, más la Reserva, la Guardia Territorial, son los contingentes que tenemos para hacer frente a la amenaza cierta. Todo eso está muy bien, además nos reconforta el nuevo armamento, pero debemos decirlo a manera de alerta: estamos descuidando los componentes más importantes de la confrontación asimétrica. Veamos.
Los componentes más importantes de la confrontación con el Imperio, son la ideología y la conciencia, ya que las batallas en la guerra asimétrica se deciden en el campo de la información, la organización, la psicología. Hablemos de la batalla psicológica, la de “corazones y mentes”.
Los pueblos deben estar preparados para la manipulación psicológica que el enemigo realiza sobre el alma colectiva: levantan miedos, construyen fantasmas, erigen señores de la guerra donde sólo hay Ángeles de la Paz. Debemos hacer que el pueblo comprenda que los revolucionarios no somos amantes de la guerra, que a ella vamos cuando es la única forma de defender lo que nos es más sagrado, la Patria, el futuro de nuestros hijos, las conquistas sociales, la defensa del derecho a dirigir nuestro destino, la esperanza, el derecho a llamarnos patriotas, el saber que en el mundo se nos respetará como un pueblo capaz de defender su honor. Debemos, en resumen, combatir las intenciones del imperio de convertirnos en diablos. Cada acción nuestra debe ir cargada de humanismo.
Debemos tener fusiles y también rosas y libros. Los contingentes que hoy disponemos deben ir a la población a dar asistencia humanitaria, a hacer trabajo voluntario, a hacerse querer, a demostrar que vamos a la guerra a defender la vida, que no somos falange siniestra, sino que somos guerreros por la vida. Hay que demostrar todos los días que somos diferentes al enemigo imperial, ellos son la muerte, nosotros la vida, ellos el odio, el racismo, nosotros el amor, unión de los diferentes. Para ellos primero es el capital, para nosotros lo primero es el humano, esa es la lucha y por ella vamos a donde haya que ir, y hacemos lo que haya que hacer.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!

¡Chávez es Socialismo!

6.7.06

CONVERTIR LO MILAGROSO EN COTIDIANO

Una Revolución es un milagro, más que un milagro quizá deberíamos decir que una Revolución es convertir lo milagroso en cotidiano. Al ser humano le es propia la tentación de permanecer, y la desazón por el cambio. Esa es su naturaleza histórica. Ahora bien, si una Revolución es el cambio más completo y profundo que se puede dar en una sociedad, ya podremos imaginar los obstáculos con los que tienen que lidiar los revolucionarios.
El más importante de los obstáculos se sitúa en el interior de nuestra propia alma. Entender, más que entender, sentir que hay que cambiar los cimientos de lo que hasta ese momento había sido nuestro universo, cambiar la forma de pensar, obrar, vivir, con la que nos hicimos adultos, significa romper radicalmente con nosotros mismos. Fundar un nuevo mundo, profundamente, revolucionariamente opuesto a todo lo que hemos aprendido desde niño, es un salto desde la seguridad de permanecer, al hermoso, pero muy angustiante cielo de lo desconocido, de lo inédito.
Ya lo anterior es difícil, y se complica más con la circunstancia de que no siempre tenemos la sabiduría para entender, para saber qué es lo viejo, lo que debe ser sustituido, o mejor, cuáles son los pilares psíquicos más profundos que sostienen a lo viejo. Esa angustia la tuvo la Revolución Francesa y, torpedeando a lo viejo, cambió hasta los nombres de los meses. Sin embargo, dejó intacta la psicología de la sumisión que sustentaba a la monarquía y fue así, cimentada en esa psiquis, que se dio la restauración. Lo viejo regresa cabalgando las conductas sembradas en lo profundo de la psiquis de los hombres que hacen Revolución.
Cuando nos comportamos con las mismas conductas de lo viejo, las mismas jerarquías, los mismos saludos, los mismos halagos, lisonjas, rechazos, en resumen el mismo sistema de valores y antivalores, es el pasado que permanece, y así se manifiesta. Cuando nos resistimos a cambiar lo importante y buscamos excusas similares a las de los adictos para no hacer los cambios profundos, es también el pasado que desde el fondo del alma dirige nuestra conducta.
Cuando nos conformamos con hacer solamente un buen gobierno, cuando detenemos la marcha del huracán revolucionario en nombre de una rara normalización de la vida, evidentemente estamos siendo gobernados por lo antiguo, y el pavor a los cambios nos paraliza como se paraliza el neurótico frente al motivo de sus fobias.
Los revolucionarios, sobre todo los dirigentes, deben cambiar por dentro y por fuera. La Revolución se fundamenta en romper con las cadenas que nos instaló la dominación durante toda nuestra vida. Sólo así podemos tomar las medidas correctas para hacer de la Revolución una realidad para todos.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

QUÉ HACE QUE UNA REVOLUCIÓN SEA REVOLUCIÓN?

La pregunta es importantísima, debería ocupar lugar privilegiado en las reflexiones de todos. Es por eso que, en el cielo de los revolucionarios, de cuya existencia algunos dudan, pero de que existe, existe (otro día hablaremos de eso, ahora nos interesa continuar la historia), en ese cielo, se nombró un comité para buscar una respuesta a esta pregunta y mandar algunos consejos al Comandante Chávez. El comité, del que formaban parte Simón, Marx, Lenín, Trosky, Don Quijote, el Che, Fabricio, y muchos más que ustedes imaginarán, se declaró en sesión, recomendando brevedad.
Primero habló Lenín, quien terminó resumiendo: una Revolución son soviets más electrificación. Quiero decir con esto: organización social (que no debemos confundir con organización popular) y producción económica, para conseguir dar a cada uno según su necesidad.
Simón Bolívar, melancólico, propuso con voz cavernosa: digámosle a vuecencia Hugo, que gane las Batallas importantes. Una Revolución son Batallas, Carabobo, Junín, Ayacucho… y también Ocaña y San Pedro Alejandrino…Una Revolución está llena de Batallas, hay que ganar las importantes.
Don Quijote, desde lo alto de un molino de viento que confundía con un gigante enemigo, gritó: ¡Locura! ¡Locura! La Revolución está llena de ¡locura! La cordura es un cepo, los cuerdos, los calculadores, nunca harán nada que no sea permitido.
El Che, que estaba apurado preparando un viaje para resolver una injusticia que se cometía en alguna parte del universo, dijo a la carrera: ¡emoción! Sin emoción no hay Revolución. Y cuando se pierde la emoción se pierde todo.
Cristo, desde su magnificencia, predicó: la Revolución debe ser necesaria. Los pueblos deben necesitarla como se necesita respirar. Una Revolución sólo se puede hacer si es necesaria.
Marx, aconsejó: que lea, todo está escrito y nada está escrito. Sólo leyendo se evita descubrir el agua tibia.
Sucre, aportó: aprovechen la oportunidad y le dicen que se cuide. Sino existe no puede hacer nada. Díganle: ¡Que se cuide!
Cipriano Castro, que jugaba cartas con Torrijos y Allende, asintió: Sí, que se cuide. A lo lejos se oyó un ¡Shitoo!
El presidente del tribunal gruñó: ¡están fuera de orden! Dio por terminada la reunión. Y pasaron a recopilar las opiniones:
Organización social (que no debemos confundir con organización popular) y producción económica, para conseguir dar a cada uno según su necesidad. Que gane las batallas importantes. Leer. Una Revolución es ganar Batallas, ¡locura! ¡emoción!. Necesitarla como se necesita respirar. Que se cuide.
Después mandaron sus consejos para Venezuela, pero a pesar de haberlo hecho en veinticuatro oportunidades, todavía no ha llegado a las manos de Hugo, la escritoriocracia se encarga de extraviarlo.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

4.7.06

PODER POPULAR Y PODER SOCIAL

El fin central de una Revolución socialista es integrar el organismo social que el Capitalismo ha fragmentado, es devolver al hombre su condición de ser social y rescatarlo “de las heladas aguas del cálculo egoísta”. En esta tarea uno de los pasos fundamentales es la organización social, de ella depende el éxito del empeño integrador. De allí que es importante discutir lo que se hace hoy con el Poder Popular y evaluar si de verdad integra a la sociedad, si derrota la fragmentación. Veamos.
Según está establecido en la reciente Ley de los Concejos Comunales, éstos son organismos que tienen como universo a la comunidad. Allí se encargan de planificar, administrar, etc., los proyectos producidos por la comunidad en su propio beneficio. Aparentemente son instancias de Poder Popular, eso se piensa y eso se dice. Nosotros, contracorriente, sostenemos que: tal como están planificados, son lo contrario, son instancias que reafirman la fragmentación de la sociedad producida por el Capitalismo. Explicamos.
Los Concejos Comunales, aisladamente, sin correspondientes organizativos nacionales, regionales y municipales, sin instancias organizativas políticas
, son unidades desintegradoras sociales, que fomentan la cultura del egoísmo, ya que reducen las miras y las preocupaciones de la población sólo a su entorno y, dentro del entorno, a lo económico. No estamos diciendo que son malos, decimos que sin otros complementos de organización social, actúan como agentes disociadores de la conciencia. ¿Entonces, qué hacer?
Es urgente construir los complementos de esos Concejos Comunales: primero, instancias de coordinación municipal, estadal y nacional, electos desde las comunidades, escalonadamente hasta la instancia nacional.
Segundo, y no menos importante, es necesario hacer la organización política de la sociedad, que debe tener la misma estructura que proponemos para los Concejos Comunales, pero diferentes objetivos y diferentes funciones. Serán funciones de formación política, de referencia moral, de reunir a los mejores. Los miembros de esta organización política revolucionaria, serán los últimos a la hora de los privilegios, y los primeros a la hora del deber y del sacrificio. Dicho en pocas palabras, la organización política revolucionaria será territorio para la formación del hombre nuevo. Esta organización es imprescindible para que los Concejos Comunales no se transformen en reproductores de la conciencia capitalista. Es bueno recordar que la república oligarca no temía a la organización aislada de las comunidades, allí están las Asociaciones de Vecinos. La cuarta temía a la integración de la sociedad.
Sólo así, sociedad organizada, política y administrativamente, de forma vertical, de abajo hacia arriba, hasta llegar a lo nacional, y de forma horizontal en todos los núcleos sociales, no sólo comunidades, sino también fábricas, colegios, universidades, centros de trabajo, etc., sólo así, estaremos dando un paso definitivo para la integración de la sociedad, y yendo decididamente rumbo al Socialismo.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es socialismo!

3.7.06

MISCELÁNEAS 12

1. Si quisiéramos buscar un nombre sustituto al capitalismo, este sería privadismo, es un sinónimo perfecto. Nos da una idea de la esencia del capitalismo.
2. El capitalismo es la ilusión de que los problemas fundamentales de la sociedad se pueden resolver de manera individual, desde lo privado. Siendo así, la sociedad es fragmentada en una serie de tensiones individuales, cada uno de la manera más egoísta posible busca resolver sus problemas, y la suma de esos intereses individuales produce un remedo de sociedad, cuando en realidad es una guerra de todos contra todos.
3. Entonces, la buena marcha hacia el Socialismo tiene que ser aquella que resuelva los problemas de manera social. Y unos pasos errados serían aquellos que pretendan resolver los problemas dentro del privadismo.
4. En el país se enfrentan varios proyectos sociales, las elecciones son un escenario más para esta confrontación. Puede ser que el imperio decida que alguno de sus lacayos participe en la consulta, sin embargo, nunca abandonará otras vías y continuará la planificación de infamias contra la Revolución Bolivariana. En cualquier caso la confrontación seguirá siendo la misma, el pueblo humilde luchando por su redención, y el imperio insistente en su objetivo, derrocar al Comandante Chávez, sólo cambiara el escenario y su decorado. De allí que más allá de la apariencia electoral debemos estudiar la esencia de los proyectos que se enfrentan, de está manera tendremos capacidad de entender los vaivenes de la lucha, y comprenderemos los diferentes escenarios.
5. Simón Bolívar, con su genialidad, construyó una propuesta unitaria correcta. Supo el Libertador con el decreto de Trujillo 1813, delimitar los campos en pugnas: o se está con la independencia, o se está contra ella, así quedaron definidos los bandos. De esta manera la independencia marca los perfiles de la unidad bolivariana: con independentista todo, con monárquicos nada. Por tanto, la unidad es determinada por objetivos transcendentes, y definitorios. La unidad no se hace sacrificando objetivos estratégicos.
6. Estamos, sin duda, en la última etapa del proceso: o tomamos el rumbo definitivo hacia la Revolución socialista, o nos despeñamos por el abismo de la restauración fascista. La Revolución, bajo la certera conducción del Comandante Chávez, ha dado muestras de tino para sortear con éxito todas las etapas que la historia difícil nos ha planteado. Estamos seguros que hoy sabremos poner en el escenario la cierta ideología revolucionaria, y tomar definitivamente el rumbo socialista.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es Socialismo!

Al contrario de lo que muchos políticos piensan, es en el mundo de las ideas donde se decide la suerte de los pueblos. Esto es importante, porque de no ser así, si el destino estuviera en lo material, los imperios serían invencibles. Es verdad que las ideas provienen, en última instancia, del mundo material, pero, ellas forman su mundo, tienen vida propia, se convierten en fuerza motriz, hasta ser lo que caracteriza a la sociedad humana.
Una sociedad está determinada por las ideas que en ella sean hegemónicas. Es por eso que lo importante en una Revolución son las ideas que ella genere. Cuando una Revolución descuida las ideas, cuando la realidad y las ideas que la interpretan están desligadas, entonces, hay confusión en el pueblo, se siente sin rumbo, las palabras pierden sentido, los actos, las acciones, se transforman en sarcasmos.
Cuando la soberbia se apodera de la dirigencia, si estos creen que la ficción que han creado es el verdadero mundo, que es allí donde se deciden los destinos, es indicio de que la conexión con el pueblo se ha perdido, que la Revolución corre grave peligro. Cuando se descuida la necesaria coherencia entre ideas y acciones, entre conciencia y realidad, cuando la mentira se hace norma y la soberbia suplanta la realidad, no hay dudas, son síntomas de que se yerra el camino y se sumerge en una fantasía de la que sólo se despierta cuando el pueblo enardecido da una cachetada a los ilusos. El fenómeno no es nuevo, ha precedido muchos derrumbamientos.
Es por eso que la Revolución basa su fortaleza en la crítica, es la crítica la única arma contra el peligroso divorcio de las ideas con la realidad, de la dirigencia con su pueblo.
El pueblo en situaciones de falta de comunicación, como la que vivimos en nuestra Revolución, habla con la dirigencia distante de la única manera que le es dado: protestando, tomando calles, avenidas, ministerios. Es necesario oír estos mensajes de la realidad e interpretarlos, lo que se manifiesta es el divorcio de la dirigencia con el pueblo, el desamparo, no material, sino en las ideas. Eso es muy peligroso, puede desembocar en acciones que lesionen a la Revolución. Aquí cabe parafrasear al Libertador, “pueblo sin ideas claras es instrumento ciego de su propia destrucción”
No podemos hablar de Socialismo, que es lo mismo que hablar de solidaridad, de hermandad, de amor, y al mismo tiempo hacer una economía capitalista, estimuladora del más cruel egoísmo. No vamos por buen camino si pretendemos resolver los problemas sociales usando las herramientas capitalistas creadoras de egoísmo; de esa manera lo que hacemos es ahondar la brecha que separa a la realidad y a las ideas, y así transitamos el camino al acantilado.
¡Sólo el Socialismo salva a la humanidad!

¡Chávez es Socialismo!

SOCIALISMO O FASCISMO

La Revolución Bolivariana ha pasado por profundas crisis, de ellas ha salido fortalecida, depurada. La primera crisis, que tiene su desenlace con el golpe del 11 de abril de 2002, produce la derrota y el deslinde con la derecha militar y política que proponía un proyecto francamente capitalista y globalizador. Como consecuencia, el ejército es depurado de sus estamentos dirigentes derechistas y, gobierno y partido de gobierno, se desprenden de un importante sector de derecha. Desde ese momento la hegemonía del proceso pasa a la pequeña burguesía reformista y la Revolución entra en una fase de conciliación. Las propuestas conciliadoras son rechazadas por una derecha oligarca recalcitrante, que no acepta otra cosa que decapitar a la Revolución. Es así que las mesas de diálogo fracasan. Tal como era previsible, la oligarquía tradicional, ahogada su embestida militar, prepara el paro petrolero. Es derrotada nuevamente con la unidad civil-militar.
Entramos en un período en el que la Revolución por primera vez en la historia tiene control sobre la renta petrolera. Aparecen las Misiones como territorio espiritual socialista. Continúa el enfrentamiento con la derecha, que ahora se juega su carta política con ayuda internacional. Y vamos al revocatorio de Agosto del 2004, donde obtenemos un aplastante triunfo apoyados en las Misiones Socialistas. Es de notar, que en febrero del 2004 el Comandante radicaliza la Revolución al declarar su carácter antiimperialista. Después de este triunfo, derrotada la oligarquía externa, la disputa por la renta petrolera se traslada al interior de la Revolución.
Se inicia así una pugna de diversos proyectos que se pelean la colocación de esa renta. Aparece por un lado la postergada tendencia revolucionaria y, por el otro, la pequeña burguesía, que comparte la hegemonía del proyecto con las tendencias capitalistas. La ideología de la pequeña burguesía no va más allá, es imposible que vaya más allá, de una mezcla de anarcopopulismo inoperante que se manifiesta en las propuestas de cogestión, núcleos endógenos, empresas recuperadas y estímulo a las cooperativas y a la pequeña y mediana industria. Por su parte, las tendencias capitalistas mantienen la estructura financiera (sistema Bancario) e institucional que sustentan al capitalismo, amén de otras formas de transferencia de la renta a sectores privados capitalistas. En resumen, la disputa principal, en esta etapa, es entre la tendencia restauradora capitalista y el anarcopopulismo pequeño burgués inoperante.
Estamos, sin duda, en la última etapa del proceso: o tomamos el rumbo definitivo hacia la Revolución Socialista, o nos despeñamos por el abismo de la restauración fascista. La Revolución, bajo la certera conducción del Comandante Chávez, ha dado muestras de tino para sortear con éxito todas las etapas que la historia difícil nos ha planteado. Estamos seguros que hoy sabremos poner en el escenario la cierta ideología revolucionaria, y tomar definitivamente el rumbo socialista.
¡Sólo el socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es socialismo!

SIN CONCIENCIA NADA ES DURADERO

Hay dos maneras de enfrentar un evento electoral:
La primera, abordarlo como una competencia de marketing, lo que los expertos en publicidad llaman posicionamiento propagandístico. En este caso, se trata al candidato como un producto, como una mercancía: se contrata un buen experto electoral preferiblemente extranjero y de acento raro, recordemos a Napolitan. Al candidato se le cambia la imagen de acuerdo a las encuestas. Se elabora un discurso especial donde se evitan algunos términos y se incorporan otros. Se asocia a un jingle y a un lema, como cualquier mercancía. Esta vía dio resultado en el pasado, así se eligieron los presidentes de la cuarta, que nos sumieron en cincuenta años de miseria espiritual y material. Es un método propio del mundo capitalista, no construye pueblo, ni avanza país, al contrario está diseñado para deslavar conciencias y facilitar las dominaciones.
La segunda es la vía socialista. Tiene como fundamento el axioma revolucionario: toda acción debe tener como objetivo principal elevar en el pueblo el nivel de conciencia del deber social. Siendo así, se consideran las elecciones una ocasión para elevar la conciencia, la información y la organización del pueblo; una oportunidad apropiada para analizar a la Revolución, determinar la etapa en que nos encontramos, fijar las nuevas metas, reconocer errores y cantar triunfos.
En resumen, las elecciones se consideran valioso momento para continuar afirmando la cultura socialista y dejar atrás la cultura de la Venezuela capitalista.
La escogencia de la postura electoral, no es una decisión superficial. Se trata de marcar el rumbo de la Revolución y de la sociedad. La vía tradicional, la del marketing, nos coloca en una peligrosa contradicción. Se enfrentan los nuevos valores impulsados por la zona espiritual socialista que hemos construido con tanto esfuerzo, zona de solidaridad, de amor, de estímulo a lo más hermoso del humano, contra los valores que el Che llamó “las armas melladas del capitalismo” y en los que se sustenta la manera mercachifle de enfrentar las elecciones. Esta contradicción de estímulos, por un lado a los valores egoístas propios del capitalismo, y por el otro a los valores altruistas revolucionarios, confundiría al pueblo, lo regresaría al escepticismo egoísta de pasado, y nos alejaría del alma revolucionaria que combatió el 11 de abril y en el saboteo petrolero. ¡Nos debilita!
Por su fruto será reconocida la Revolución, y el principal fruto de la Revolución es la conciencia revolucionaria. Este logro debe marcar y dar importancia a todas las otras realizaciones de la Revolución.
¡Sin conciencia nada es duradero!