10.1.09

¿QUIÉN ES BOLIVARIANO?

Los oligarcas de siempre, los de la Cosiata Valenciana y la emboscada a Zamora, los mismos que atacaron durante diez años a esta Revolución y a su Bolivarianismo, que activaron a sus tinterillos y cagatintas para denigrar de Bolívar, ahora de la noche a la mañana se disfrazan de Bolivarianos.
Ahora Caballero tendrá que tragarse sus denuestos antibolivarianos, Pino Iturrieta meterse la lengua, otro tanto tendrá que hacer Morón, el alabador de la Cosiata y la disolución de la Gran Colombia. Todos tendrán que cambiar el guión, el Imperio ordenó a sus lacayos ponerse la careta de bolivarianos.
Se disfrazan de Bolivarianos para intentar engañar al pueblo desposeído, son caraduras, asímismo hicieron con la Constitución , la derogaron en Abril y ahora son más constitucionalistas que Escarrá.
Que deslucido le queda a Capriles las poses de Bolivariano, se le ve el rabo, le crece la nariz, cómo creerle a goicochea, o a ledezma, o a oscaris, o a julio su trasnochado Bolivarianismo.
Si su Bolivarianismo fuese sincero, entonces irían más allá de las frases de Bolívar. El Bolivarianismo no es un cúmulo de frases, es una actitud, una posición política, una posición frente a la vida. Veamos.
No se puede ser Bolivariano sin ser internacionalista, sin estar de acuerdo con ayudar a los países hermanos. Recuerden que Bolívar siempre luchó por los pueblos del continente, no concebía la libertad de una sola nación.
¿Cómo ser Bolivariano, y no ayudar a Evo en Bolivia, o a los hermanos del Caribe? Que diría Bolívar si supiera que los "Bolivarianos" de Primero Justicia, le regatean la ayuda a los Jamaiquinos que lo cobijaron en su infortunio.
Que diría Bolívar de los "Bolivarianos" de Primero Justicia si supiera que están en desacuerdo en la solidaridad con Cuba, la que él siempre quiso liberar, o la ayuda a Haití, la de Petion.
Cómo ser Bolivariano y no estar de acuerdo con la liberación de los esclavos de hoy que son los trabajadores explotados, es decir, cómo ser Bolivariano y no ser socialista.
Cómo ser Bolivariano y al mismo tiempo ser aliado del Imperio que Bolívar presintió "destinado a llenar a la América de oprobio."
¡Que falsos estos "Bolivarianos"!, que son lacayos del imperio, que practican un nacionalismo soporte del nazismo, que son capitalistas, que son enemigos del pueblo desposeído.
Fácil se les cae la careta: estos son los mismos oligarcas que atentaron contra Bolívar, que abusaron de la credulidad del pueblo y llevaron al Libertador a San Pedro Alejandrino.
El sueño Bolivariano de dar al pueblo la mayor suma de felicidad, la tarea que el Libertador dejó inconclusa, ha sido retomada y ahora nada detendrá el camino Bolivariano, los pueblos se integrarán, la obra será concluida.
La Revolución, el Comandante, el sueño Bolivariano será defendido por el pueblo humilde. Esta vez no habrá credulidad, Bolívar no volverá a ser una fría estatua en una plaza, seguirá cabalgando por la América con las alas de su pueblo que despertó.
¡Con Chávez, es con lo que Chávez decida!

9.1.09

NO HAY EXCUSA

El espíritu de las revoluciones siempre está bajo el ataque de sus enemigos, ellos saben que es allí donde en definitiva se decide la feroz lucha entre Revolución y contrarrevolución.
Bolívar triunfador en mil batallas, vencedor de un imperio, Libertador de un continente, sucumbió frente a los ataques al espíritu revolucionario del pueblo: en San Pedro Alejandrino nos dejó una alerta:
"Colombianos mis enemigos han abusado de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad".
Lo que no pudieron las batallas lo pudo el enemigo artero que manipula las almas de los pueblos.
De la historia debemos aprender. Hoy en Venezuela cuando revive el sueño del Libertador, hemos logrado superar las batallas frontales, así vencimos el golpe de Abril, y el sabotaje de Diciembre, sin embargo, sano es reconocerlo, hemos dado muestra de debilidad frente a los ataques al espíritu.
En la disputa por el alma popular hemos abandonado flancos, y por eso no obtenemos los resultados que la Revolución Bolivariana merece. Es necesario, urgente, corregir y vencer en la gran batalla.
Ahora cuando estamos en pleno combate por la Enmienda, que es lo mismo que decir, en la ofensiva por la permanencia del Comandante, la continuidad de la Revolución, el avance hacia el Socialismo, es necesario profundizar la lucha por el espíritu popular, por el corazón de los desposeídos.
Los desposeídos que son la base de apoyo natural de la Revolución deben sentir que sólo la Revolución les garantiza felicidad, que la suerte del Comandante es la suerte del pueblo, que con la enmienda nos va la vida.
Que estamos frente a una batalla importantísima en la que decidimos si vamos a vivir como un pueblo digno, merecedor de la libertad y la felicidad, o vamos a retroceder a épocas de miseria espiritual y material.
Si vamos a dejar que abusen de nuevo de nuestra credulidad, si vamos a entregar de nuevo el sueño de Bolívar, o vamos a persistir en el camino de redención que hoy la historia nos ofrece de nuevo.
Si vamos a reeditar a Carabobo, o vamos a volver a la Santa Marta de 1830.
Entonces, además de la campaña publicitaria tradicional, afiches, cuñas, llenar al país de SÍ, debemos activar la campaña por el corazón de los humildes. Todos debemos entender que no hay excusas para dejar perder la oportunidad de redención.
Un relámpago debe recorrer al pueblo de Bolívar, una conmoción debe inundar el alma de los humildes. La pasión debe convocarnos a la batalla, a ella debemos ir con la alegría del que sabe que está participando de un hecho histórico.
Ya no hay lugar para la pequeñez, para la mezquindad, ya no hay evento sin importancia, la historia nos está convocando para lo grande, para lo hermoso.
Los aires luminosos de la independencia han regresado, los tiempos de Bolívar están aquí.
¡Una Revolución no entrega a su líder!
¡Con Chávez es con lo que Chávez decida!

8.1.09

LA ORGANIZACIÓN NACIONAL

En una sociedad la lucha de clases es infinita, se escenifica a distintos niveles, pero cuando adquiere características políticas es cuando las clases en su lucha disputan la dirección de la sociedad, la hegemonía.
Ahora bien esta disputa de la conducción de la sociedad no se puede hacer sin una clase organizada políticamente. O dicho en forma más directa, sólo una clase organizada políticamente puede hacer política, es decir, puede disputar el poder, la conducción de la sociedad.
Cuando una Revolución triunfa se le presentan requerimientos diferentes a los de la etapa precedente. En el poder la Revolución tiene que ampliar sus metas, su programa, y encarnarlo en toda la sociedad, incorporarla a la tarea de su propio cambio, a la tarea de la Revolución.
¿Cómo hacerlo, cómo conducir a la sociedad hacia su propio cambio?
Exploremos la respuesta.
Así como una clase no puede hacer política sin organización política, una sociedad no puede emprender los inmensos cambios sociales que significa una Revolución, sin organización de vanguardia nacional revolucionaria.
Esto que es una ley universal, toma más importancia en Venezuela, distorsionada por el opio petrolero, con una gran masa de excluidos, sin tradición de organización nacional revolucionaria. Aquí la tarea de construir el cambio cultural que es el Socialismo, requiere la construcción de organización de vanguardia nacional revolucionaria que le dé dirección a la sociedad, que rectifique las fallas, que supla las carencias de un desarrollo deformado, que conduzca a la sociedad, que la eduque, que la exprese.
Es urgente que sobre lo ya construido se edifique la organización social nacional revolucionaria y la organización política nacional revolucionaria.
Los Consejos Comunales son una buena base, un buen comienzo, pero es necesario darles contenido revolucionario, para eso deben tener visión local y también universal, de esta manera serán instrumentos revolucionarios. Capaces de entender cuando lo nacional está por encima de lo local, serán capaces de poner la estrategia por sobre la táctica, de combatir al egoísmo, sabrán diferenciar las acciones que favorecen al enemigo de los desposeídos, nunca se dejarán manipular, ni cambiaran su esperanza por unos espejitos.
En resumen serán instrumentos revolucionarios, territorios de construcción de las nuevas relaciones amorosas.
La Organización Política Revolucionaria Nacional, ha transitado caminos inéditos, su gran virtud ha sido la capacidad de transformación, de adaptación. El MBR200, dio paso al MVR, los dos cumplieron su papel con brillo. El MVR parió al PSUV, ensayo de organización revolucionaria que está en proceso de construcción, ha obtenido grandes éxitos.
Ahora debe evolucionar hacia una formación con la vertebración organizativa y teórica que le permita ser puntal de la conducción política de la sociedad. Es necesario que pase de la etapa de organización electoral, a la etapa de organización de vanguardia.
El proceso revolucionario ha llegado a su madurez, la confrontación entre los oligarcas y el pueblo desposeído es inevitable y definitiva, de la organización del pueblo depende el éxito en la contienda.
¡Chávez es Esperanza Socialista!

7.1.09

EN LA ENMIENDA VA LA VIDA

La batalla por la enmienda es vital, de ella depende la posibilidad de redención, el destino de este pueblo desposeído, de este continente. Si la Revolución Bolivariana fracasa la Esperanza mundial muere.
Todas las revoluciones (las hasta ahora conocidas) se sustentan en la conexión amorosa de un líder con el pueblo desposeído. Así fue la Revolución de independencia: Bolívar emocionó, enamoró a la nación y la llevó a la liberación. Así fue con Zamora, levantó multitudes y la condujo a la guerra patria. Fabricio, Américo, se yerguen en lo profundo del sentimiento cimarrón de la sociedad.
Fidel y los barbudos establecieron puentes imperecederos con el espíritu de aquel pueblo y con la América toda, antes lo habían conseguido Martí, Máximo y Maceo.
Aquí con el Comandante Chávez la conexión amorosa se estableció y tomó caminos inéditos.
Parece que los pueblos despiertan cada cien años para intentar un sueño, y en ese momento todas las infamias se conjuran contra el sostén de la Esperanza. Muchas veces la maldad triunfa, pero el triunfo de la ignominia es siempre pasajero, aunque doloroso, retarda siglos la oportunidad de redención.
Hoy en Venezuela vivimos uno de estos momentos estelares, volvió la conexión luminosa y ha resistido a la traición y al artero ataque. Ahora vamos a una batalla vital para la continuidad del proceso: La Enmienda.
Es errado pensar que es sólo un asunto de “ampliar la democracia”, de “modificar la constitución un poquito”, de algo de poca trascendencia cuyo resultado no tendrá graves consecuencias sobre la vida.
Si planteamos el asunto así, como algo sin importancia vital, donde vale lo mismo ganar que perder, entonces estamos convocando al pueblo para una batalla fútil, una elección más, y su participación será cónsona con la calidad de la pequeña escaramuza que proponemos.
Ahora bien, al pueblo desposeído hay que decirle la verdad, sin miedo, sin miriñaques, plantearle que estamos decidiendo el destino de la Revolución, del Socialismo, porque estamos decidiendo la suerte de la conexión amorosa que sustenta a la Revolución.
Esta conexión Chávez-Pueblo es vital para la Revolución, sin ella no es pensable el Socialismo en este país. Y sin Socialismo aquí, del bueno, del verdadero, no habrá felicidad posible. La humanidad se priva de un faro necesarísimo en estos momentos de crisis por la que atraviesa.
Debemos convocar al pueblo para el Paso de Los Andes, para la Batalla de Carabobo, para la invasión de Los Cayos, esa es la magnitud exacta de la contienda.
Sólo convocando al pueblo para la grandeza obtendremos del pueblo conductas grandes, capaz de dar grandes batallas. Llamándolo a batallas insignificantes, obtendremos comportamientos mezquinos, insignificantes, sin trascendencia.
Este pueblo merece ser convocado para grandes batallas, y la Enmienda es una de ellas. Vamos a la enmienda con el orgullo de quien tiene la oportunidad de participar en una gran batalla patria. Los días de la independencia han regresado.
¡Chávez!

6.1.09

LA CLASE MEDIA

La ideología, pero también el destino de la Revolución, se resume en su actitud hacia la clase media. Veamos.
Si la Revolución está provista de una ideología revolucionaria, clara, definida, es decir, si entiende que no es posible una Revolución sin la hegemonía de la Conciencia del Deber Social, y que esta sólo es posible sostenida en la Propiedad Social de los medios de producción administrados por el Estado, entonces, comprenderá el problema de su relación con la clase media, y con el resto de las clases sociales.
Entenderá que una clase social no es la suma de sus individuos, sino las relaciones que ese grupo establezca con la sociedad, fundamentalmente con la economía: vende o compra trabajo.
Comprenderá que los individuos miembros de una clase son diferentes de la clase, que pueden tener comportamientos diferentes: La conducta del individuo es influida por su clase, pero también es modulada por la imprevisible y poderosa relación entre el individuo y la vida, la realidad que lo envuelve.
Siendo así, en la Revolución las clases sociales y los individuos cambiarán su condición, porque cambiarán las relaciones de propiedad sobre los medios de producción, que ahora serán de Propiedad Social: la clase obrera dejará de ser explotada, de vender su trabajo, la clase media dejará de ser una clase con ínfulas de convertirse en explotadora o al servicio de las clases explotadoras que ya dejarán de existir.
En el esfuerzo de esa construcción las clases dejarán de ser tal como las conocemos hoy, contrincantes de una guerra de todos contra todos, y se disolverán sus miembros en la conformación de una gran entidad nueva, luminosa, fraterna: la sociedad integrada.
La sustitución de una clase no significará la eliminación de los individuos que la componen, significará la eliminación de sus relaciones sociales y económicas.
En la construcción del Socialismo cada uno aportará a la sociedad según su capacidad y recibirá según su necesidad.
Los miembros de la clase media que entiendan este proceso revolucionario deben tener las puertas abiertas, deben ser estimulados a venir a las filas revolucionarias, son necesarios.
Los miembros de la clase media que no entiendan que la hora del egoísmo ha llegado a su fin, los que se pongan al servicio del pasado inviable que queremos superar, esos, lamentablemente, no tienen cabida en la Revolución.
Siendo así ¿cuál debe ser la actitud, la política de la Revolución frente a la clase media?
La Revolución ha sido errática en esta relación, porque ha confundido la clase, con los miembros de la clase. La clase media es una relación social, económica, una cultura, una ideología, una psiquis, que son insostenibles e incompatibles con la construcción del Socialismo.
Entonces, la política con la clase media debe ser ganar a sus individuos componentes para la construcción del Socialismo, para establecer nuevas relaciones humanas. Pero ¡nunca! debe ser el fortalecimiento de las relaciones de esa clase, que significan el fortalecimiento del capitalismo.
¡Chávez Sí Va!

5.1.09

LA PASIÓN

La pasión es indispensable e insustituible en la Revolución. Cuando un Pueblo adquiere la pasión revolucionaria, es decir, cuando la Revolución se transforma en un asunto vital, entonces se pueden superar todas las carencias.
Por el contrario, cuando un Pueblo pierde la pasión revolucionaria, cuando el fervor popular es ahogado por otros sentimientos, valores y pasiones, entonces, la Revolución se pierde, se extingue.
La pasión de la gente tiene que ver con la actividad de los dirigentes revolucionarios, o mejor, la actividad de los dirigentes revolucionarios, su responsabilidad, es estimular la pasión revolucionaria en la población. Y de allí depende el éxito de la Revolución.
¿Cómo saber por donde anda la pasión del Pueblo?
Una buena medida de la pasión popular es oír de qué habla el Pueblo, qué lo preocupa, qué lo llena. Y sobre todo qué lo moviliza. Veamos.
Nosotros no vamos a decir lo que hemos oído en la conversación del Pueblo, siempre sería parcial. Nos limitaremos a plantear lo que creemos sería la pasión revolucionaria, de lo que debería hablar el Pueblo revolucionario, de las cosas por las que estuviera dispuesto a dar su esfuerzo diario y hasta su vida si fuese necesario. Por lo tanto, es deber del gobierno revolucionario, de sus motores y de todos los revolucionarios, estimular esa pasión.
Recomponer la sociedad como una sociedad del amor.
Sustentar esa sociedad del amor en una economía de Propiedad Social.
Luchar contra el capitalismo como el mayor obstáculo a las dos pasiones primeras.
Luchar por la construcción del Socialismo como única manera de conquistar las dos pasiones primeras.
El internacionalismo: entender que si no ayudamos a la humanidad donde quiera que esté, no podremos construir una sociedad amorosa, por el contrario, seremos una sociedad comida por el egoísmo.
El antiimperialismo: la pasión de la lucha antiimperialista como la lucha internacional contra el capitalismo.
Defender la Patria como el territorio grande que Bolívar nos enseñó a amar, con su ejemplo de guerrero mundial, territorio que alcanza cualquier territorio donde el hombre aún sea lobo del hombre. Repetir con Bolívar, Martí y el Che: La Patria es América, Patria es Humanidad, Patria es Revolución, y repetir junto al Comandante Chávez: ¡Patria Socialismo o Muerte!
Defender al Comandante Chávez como el símbolo de las mejores luchas de este Pueblo, y de las posibilidades reales de ir hacia el Socialismo.
Si el Pueblo es capaz de vibrar por estas pasiones la Revolución está garantizada, pero en la medida que estas pasiones son sustituidas por valores egoístas, capitalistas, la Revolución se nos escapará de las manos.
¡Chávez es Socialismo!
¡ La Enmienda es defensa de la Revolución !

4.1.09

RESISTENCIA SOCIAL

El capitalismo ha conseguido aplastar el espíritu social, convertir a la sociedad en una suma de egoísmos, una guerra de todos contra todos, una acumulación de soledades, y hacer de los individuos náufragos en medio de la muchedumbre. Ha convertido a la sociedad en una ironía, en una debilidad incapaz de empresas trascendentales.
Con el capitalismo el hombre ha perdido la noción, el sentimiento de sociedad, y sólo consigue agruparse para ejercer el egoísmo colectivo.
La humanidad del capitalismo se transforma en un virus disociador del equilibrio ecológico, intolerable para la continuidad de la vida planetaria.
En contraste, la sociedad cuando es colmada del espíritu y de la conciencia social, fundamento del Socialismo, es invencible, capaz de ir más allá de lo que ha imaginado y sorprenderse a sí misma con su fuerza constructora.
Sólo el espíritu social, hace viable a la especie humana.
La historia de la humanidad esta poblada de hechos esperanzadores que nos muestran las reservas morales capaces de construir el espíritu social. Recordemos, la marcha del Ejército Libertador hacia el Sur, la resistencia de Leningrado a la ofensiva de la Alemania Nazi , el paso de los Andes, la batalla contra la agresión de las oligarquías internacionales en el sabotaje petrolero de diciembre, todos hechos gloriosos, donde el egoísmo cedió lugar al altruismo.
Por sobre todos ellos, resalta la resistencia de Cuba a entregar la bandera de la Esperanza Socialista, actitud heroica que debe ser inscrita en los libros de historia como la hazaña social que salvó a la humanidad del despeñadero capitalista.
Durante el derrumbe súbito del experimento socialista de la Unión Soviética , los centros de manipulación ideológica capitalista se encargaron de regar sobre el mundo la especie de que todo había acabado, ya no era posible ir más allá del capitalismo, la humanidad estaba condenada a una carrera demencial hacia el infierno.
Cundió el desencanto: los líderes revolucionarios se plegaron a la conseja pesimista, ya no había futuro, lo único existente era el capitalismo “que sería eterno”, se abrió paso al escepticismo y al oportunismo grosero, el universo revolucionario fue paralizado por el viento helado del cálculo egoísta.
Pero no todo era oscuridad, un Pueblo heroico, una isla solitaria en medio de un mar de unanimidades humilladas, acudió al llamado de sus líderes y con la resistencia social, mantuvo la llama del Socialismo en alto, la esperanza en pié, señalando el camino, mostrando de lo que es capaz el espíritu social.
Cuba, con su ejemplo increíble, manifestó a la humanidad que el Socialismo es viable, que está fundamentado en lo espiritual sobre lo material. Le dio la razón al Che: por sobre los estímulos materiales está la conciencia, el Socialismo en última instancia es un cambio en la conciencia.
La principal tarea de la Revolución Bolivariana es construir la conciencia social que hace posible el milagro de avanzar por sobre todos los obstáculos.
¡Chávez es Socialismo!
¡ La Enmienda es defensa de la Revolución !