15.9.06

ORGANIZACIÓN POLÍTICA REVOLUCIONARIA DEL PUEBLO

CUANDO SE PLANTEA LA FORMACIÓN DEL PARTIDO ÚNICO, no se está hablando simplemente de unificar las siglas chavistas bajo una solo apelativo, ni siquiera unificar a los partidos chavistas bajo una sola dirección, mucho menos constituir una federación, o lo que algunos, usando una nomenclatura añosa, llaman “frente”. Tampoco es un capricho del Comandante, estamos frente a un planteamiento de gran profundidad, se trata de la Organización Política del Pueblo. Es el comienzo de la nueva institucionalidad de la Revolución.
Los partidos, como hoy los conocemos, son estructuras políticas adaptadas a la institucionalidad mantuana oligarca. Maquinarias electorales, más o menos especializadas en la búsqueda de votos, en elecciones oligarcas, que reclaman conductas oligarcas, metas y métodos oligarcas para elegir representantes a instituciones oligarcas que, por definición, por su esencia, están separadas del pueblo. Fuentes del clientelismo y de cuotas de poder.
Con el avance de la Revolución, con la declaración de ir hacia el Socialismo, de dar poder al pueblo, la situación ha mudado radicalmente. Ahora es necesario cambiar la organización social, cambiar la manera de elegir a los representantes populares, y cambiar, por supuesto, a las instituciones que agruparán a esos representantes populares. El parlamento, sede del cretinismo oligarca, debe ser sustituido por una institución incrustada en el alma popular. Es necesario construir un tejido social en lo político y en lo administrativo, que restituya la salud social. La sociedad fragmentada por el Capitalismo, debe ser de nuevo integrada por el Socialismo, esa es una de sus principales metas.
Los Concejos Comunales son un paso preliminar en la construcción del poder popular, que debe ser complementado con instancias parroquiales, regionales y nacionales, elegidas de abajo hacia arriba, para conformar una estructura que va desde lo comunal hasta los delegados al nuevo organismo nacional de representación popular. De esta manera se construye un tejido social donde lo nacional y lo local están conectados de forma natural.
Este Poder Popular debe ser apuntalado y complementado por su correspondiente político, que es la Organización Política Revolucionaria que hoy se reclama. Esta será un tejido de organismos políticos que, a semejanza de la organización de los Concejos Comunales, salga desde lo pequeño hasta lo nacional. Una organización formada por los mejores, los que hayan alcanzado mayor conciencia del deber social, mayor espíritu de entrega, los primeros a la hora del deber y últimos a la hora del reparto de beneficios. Una organización que prefigure al hombre nuevo, donde se ejerciten las relaciones fraternas y solidarias que queremos para la nueva sociedad. Una organización que sea paladín de la formación de la conciencia del deber social. Una organización de servicio social y guía política, rectora en la batalla de ideas, trinchera en la lucha contra la corrupción, el burocratismo, la ineficacia. Una organización que sea tejido nervioso y músculo social.
La discusión está abierta, en buena hora.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez, Fidel, el ALBA, son Socialismo!

14.9.06

PARTIDO ÚNICO Y CONCIENCIA REVOLUCIONARIA

CHÁVEZ HABLÓ DEL PARTIDO ÚNICO REVOLUCIONARIO y el ambiente político se movió. En el campo chavista surgieron diversas opiniones. Discutamos hoy la organización de los revolucionarios.
La organización política está condicionada por varios factores. Uno, la sociedad que esa organización proponga. Si es una sociedad capitalista, con un sistema político de democracia hipócrita, tipo pacto de punto fijo, entonces la organización necesariamente será parecida al fenecido MAS, o a los roñosos COPEI y AD, una simple maquinaria electoral, una agrupación clientelar que será reflejo de la sociedad propuesta. Por el contrario, si lo que persigue la organización es una Revolución, construir una nueva sociedad, las características cambian. Veamos.
La organización revolucionaria parte de un principio: La conciencia revolucionaria de la población es desigual, es decir, hay diferencias en los niveles, diferentes ritmos en el desarrollo de la conciencia del deber social. Vale la pena ahondar en este principio, que es básico para entender la necesidad, las características de la Revolución y de la organización revolucionaria. Expliquemos más.
El sistema capitalista se mantiene, domina, a costa de imponer su conciencia egoísta, a costa de una cultura hegemónica que justifica y perpetúa el egoísmo, la competencia, la apropiación del trabajo. De esta manera hace posible que la mayoría de la población, que padece el sistema, no se rebele contra él, al contrario, lo apuntale. Esta situación hizo posible casi medio siglo de dominación del pacto de punto fijo.
En contraste, la Revolución es la superación de la hegemonía de la conciencia egoísta, propia del Capitalismo, por la conciencia del deber social, propia del Socialismo. Al principio esta conciencia anida en un grupo pequeño que la difunde con su ejemplo y con sus ideas, luego, tienen lugar las acciones políticas que cuestionan el sistema capitalista y disputan el poder y, finalmente, se produce la Revolución. En este proceso de sustitución de una conciencia por otra, los niveles de desarrollo son desiguales: unos adquieren la conciencia del deber social más rápido que otros, algunos se parecerán al Che, otros se mantendrán con la hegemonía de la conciencia oligarca.
Es así que la organización revolucionaria congrega en su seno a los que han avanzado más en la conciencia del deber social, y tiene como función principal elevar esa conciencia en el resto de la población. Todas sus acciones, su ejemplo, su prédica, tienen como objetivo la elevación de esa conciencia.
La organización de los más concientes se adapta a las diferentes etapas de la lucha revolucionaria. Al principio es una organización conspirativa, ejemplo, el MBR200. Después, cuando las condiciones lo exigen, es una organización electoral, ejemplo, el MVR. Y, finalmente, cuando la Revolución avanza, se transforma en una organización revolucionaria, que agrupa a los mejores, a los que tienen una elevada conciencia del deber social.
¡La organización revolucionaria es prefiguración de la sociedad revolucionaria!
¡El militante revolucionario es prefiguración del hombre nuevo!¡La función principal de la organización revolucionaria es elevar la conciencia revolucionaria!

MÁS REVOLUCIONES SE HAN PERDIDO POR EL REFORMISMO QUE POR LA FUERZA

LA AFIRMACIÓN DE QUE UNA REVOLUCIÓN es la sustitución de lo viejo por lo nuevo, no da la idea de la complejidad del proceso revolucionario, simplemente sugiere una sustitución mecánica, algo así como cambiar los muebles en diciembre, tirar los viejos al basurero y adquirir los nuevos en una tienda. Veamos.
La epopeya revolucionaria es más compleja, se podría decir que es un gran milagro: se trata de lo viejo vencerse a si mismo y hacerse nuevo. En lo viejo, violando las reglas de la naturaleza, resucita lo nuevo, todo por obra y gracia de la imaginación, de la mente, de las ideas del hombre. El hombre es la única especie que tiene el don de hacer Revolución, es la única especie que tiene la facultad de superarse a sí misma.
En contra del sentido común, la gran barrera se encuentra después que los revolucionarios vencen a sus enemigos externos y se enfrentan al dilema de cómo construir el futuro que ahora les pertenece. Es el reto milagroso de la superación social de construir el futuro con el material del pasado.
Entonces, poderosa fuerzas conspiran para perpetuar lo viejo, quizá con nueva cara, quizá con nuevos modos, pero viejo al fin. La verdadera Revolución, los verdaderos revolucionarios, se definen en este momento crucial lleno de tentaciones.
En 1810 se vio claramente la pugna de los tiempos. Los Marqueses del Toro, lo viejo, no querían ir más allá de una Junta Defensora de los Derechos de Fernando VII. Y los patriotas, lo nuevo, impusieron la independencia total de la metrópoli. Triunfó la Revolución, y la redención continuó su camino.
En esta batalla, el pasado tiene su mejor arma en la ideología reformista. Plantean los reformistas que haciendo mejoras, reformas parciales, yendo poco a poco, sin irritar, sin ir a la raíz, buscando consenso, se arriba a la meta revolucionaria. Miden el éxito revolucionario por las estadísticas y las piruetas verbales. Ellos dicen: avanzamos porque ahora hay menos de esto y más de aquello, afirman que el pueblo no entendería ir más allá de lo cosmético. Lo que consiguen con su mojigatería histórica es abrir camino a la restauración.
A la Revolución no se llega caminando por la tierra firme del pasado, la Revolución es caminar sobre las aguas. Significa una ruptura y sustitución de las bases de la vieja sociedad: la conciencia y las relaciones económicas.
La Revolución debe hacer los cambios fundacionales de una nueva sociedad, cambios que sean relámpagos que rasguen la noche de lo viejo iluminando al pueblo en el amanecer de construir su futuro.
¡Sólo el Socialismo salva al Pueblo!
¡Son diez millones!
¡Cambiar las bases de la vieja sociedad, eso es Socialismo!
¡Chávez, Fidel, el ALBA, son Socialismo!

12.9.06

LAS OPCIONES

PARA LOS BOLIVARIANOS NO EXISTE MÁS OPCIÓN que el Socialismo o, lo que es lo mismo, transformar radicalmente a la sociedad en sus fundamentos espirituales y económicos, hacer verdad la prédica Cristiana de “amaos los unos a los otros”, y darle su base material en la propiedad social de los medios de producción. Ese es el único camino para la redención del pueblo humilde.
La opción Capitalista de los mantuanos oligarcas, atraviesa dificultades. Su expresión política, el pacto de punto fijo, no supo pasar del populismo al neoliberalismo, y perdió la capacidad de hechizar al pueblo, produciendo así una turbulencia que permitió el surgimiento de la Esperanza Chavista.
Los intentos oligarcas de reconstruir una expresión política capitalista con los despojos del pasado, han estado signados por el fracaso: abril, diciembre y últimamente la candidatura patética y rancia de rosalito, así lo demuestran. Es definitivo, las viejas manifestaciones políticas, que durante medio siglo le sirvieron al Capitalismo, están agotadas, son pasado. El Capitalismo necesita procurar nuevas formas de expresión política y tiene que buscarlas en la zona Bolivariana, allí encuentra al Reformismo, último asidero de los capitalistas en época de Revolución.
Hoy, el principal enemigo de la Revolución es el Reformismo que la debilita. En él confluyen capitalistas bolivarianos, y capitalistas oligarcas, los dos tienen intereses comunes, los dos tienden puentes, a los dos les interesa truncar la Revolución que en su avance pone en peligro sus intereses, a los dos les conviene compartir un sistema político que yugule a la Revolución y les permita subsistir.
El Reformismo es atajo para la salida restauradora capitalista. El Reformismo, al plantear cambios superficiales que no son viables, distrae el rumbo revolucionario, tiene la conveniencia de no negar los cambios revolucionarios, no los enfrenta, los distrae, los disfraza. Fomenta la conciencia egoísta, es punta de lanza del Capitalismo.
El Reformismo florece cuando la Revolución titubea, se infiltra en las debilidades, se aprovecha de los vacíos teóricos de los revolucionarios, engaña con retórica tremendista. Cuando fracasa, se repliega, nunca es autocrítico, no le importa el daño, esa es su tarea: más teme un éxito socialista, que un fracaso reformista. Si encuentra fortalezas, se repliega y espera mejores momentos, si encuentra debilidades, avanza e impone sus ideas.
El Reformismo es propio de la ideología de la pequeña burguesía. Es por eso que oscila entre el tremendismo, el desespero, y el escepticismo. Le interesa más convivir con el enemigo que superarlo. Confunde alianza con sumisión, diálogo con entrega, los cambios radicales le aterran.
Al Reformismo, refugio de los capitalistas, los nuevos y los viejos, salvación de los acomodados, sólo se combate yendo hacia el Socialismo a paso acelerado.
¡Sólo el Socialismo salva al Pueblo!
¡Chávez, Fidel, el ALBA, son Socialismo!

11.9.06

MISCELANEA 21

1. UNA REVOLUCIÓN, EN ESTA ÉPOCA, es la lucha por superar al Capitalismo y construir el Socialismo. En esencia, es la lucha del altruismo, la solidaridad, contra el egoísmo. Es la batalla por integrar a la sociedad que el Capitalismo ha fragmentado en átomos egoístas. De allí que el avance de un pueblo hacia el Socialismo se tiene que medir por su avance en la conciencia del deber social. Los otros índices son súbditos de éste. La conciencia del deber social es el conocimiento que un pueblo, y un individuo, tienen de su naturaleza social. Es decir, el convencimiento de que su suerte y la suerte de la sociedad están entrelazadas, que el esfuerzo individual debe contribuir al bienestar social, y la sociedad se debe importar del bienestar de sus miembros. La certidumbre de que no hay salidas individuales.

2. Los pueblos aprenden la conciencia del deber social ejercitándose en acciones altruistas, de beneficio social. El Che lo entendió así, y era gran impulsor del trabajo voluntario, pilar en la formación de esa conciencia, y prefiguración del trabajo socialista, donde el hombre se libera del trabajo compulsivo egoísta, y se adentra en el trabajo liberador, cuyo fruto va a toda la sociedad. Otro pilar es la movilización popular alrededor de objetivos políticos, no necesariamente electorales. Por ejemplo, una movilización de protesta por la injerencia gringa, o la manifestación en Yaracuy contra el sicariato.

3. Debemos suponer que el plan que los oligarcas tienen para diciembre, incluya un elemento de fraude electrónico. Es candidez inmensa no esperar un fraude de gente que estuvo cincuenta años manipulando elecciones como medio para mantenerse en el poder. No podemos olvidar que vienen de la estirpe de alfaro ucero, el rey del fraude y la maña, no es extraño que hayan aprendido electrónica, atrás quedo el “acta mata voto.”

4. Es necesario librarse del opio electoral. Las elecciones deben ser vistas como un componente, no el decisivo, de la gran batalla. No podemos caer en el error de embriagarnos con el álgebra electoral, y pensar que sacando más votos que ellos todo estará resuelto, que derrotados electoralmente, los oligarcas se irán para su casa y todo será apacible. Por supuesto que debemos aplastarlos electoralmente, así le complicaremos la acusación de fraude, pero, simultáneamente, debemos prepáranos espiritual y materialmente, para aplastarlos en los otros escenarios donde nos planteen la batalla.

EL OPIO ELECTORAL

LAS ELECCIONES DURANTE EL PACTO DE PUNTO FIJO fueron perfeccionadas como instrumento de adormecimiento popular. Debemos decirlo con valentía, los oligarcas tuvieron notable éxito en ese cometido, durante medio siglo consiguieron manipular al pueblo, anestesiarlo. De esa manera nos despojaron de riquezas espirituales y materiales.
Fue necesario el relámpago del 4 de febrero, para que el pueblo comenzara a reaccionar y despertara de la narcolepsia. Todavía, en nuestra corta vida revolucionaría, no nos hemos podido desembarazar del sistema electoral adormecedor que heredamos. Corremos el peligro de que las herramientas melladas oligarcas continúen su maléfica acción. Veamos.
El avance revolucionario se puede medir por la conciencia revolucionaria que los pueblos van adquiriendo: la conciencia de la naturaleza social del individuo, la conciencia del internacionalismo, la conciencia de la relación amorosa con sus semejantes y con el entorno natural, etc.
A su vez, la conciencia revolucionaria de un pueblo se mide por las razones que lo movilizan. La calidad de las razones de las movilizaciones nos indica la calidad de la conciencia de ese pueblo. Si se moviliza, principalmente, por cosas pequeñas, inmediatas, egoístas, ese pueblo tendrá una conciencia pequeña, inmediata, egoísta. En este caso será un pueblo débil, manipulable, engañable.
Por el contrario, si se moviliza, principalmente, por objetivos elevados, altruistas, solidarios, amorosos, tendrá una conciencia elevada, altruista, amorosa. Será en este caso un pueblo unido, poderoso, alerta, difícil de engatusar.
De aquí que uno de los objetivos principales de la oligarquía, para poder manipular y engañar a los humildes, fue darle un contenido cretino a las movilizaciones populares, fragmentar la participación social. Y en esta tarea las elecciones oligarcas eran instrumento principal. Las elecciones se convirtieron en la única forma de manifestar la voluntad popular, las transformaron en una suerte de espectáculo bufo, lleno de necedades y de consignas embrutecedoras, en una campaña comercial, como si de la venta de un celular o un de carro se tratara. El objetivo era claro: fragmentar a la sociedad en electores cretinos, sin ningún sentido social.
Los revolucionarios, obligados por la etapa histórica a continuar las elecciones que heredamos de la oligarquía, tenemos la necesidad de darle otro carácter, que comienza por dotar de otro contenido a las movilizaciones. Si movilizamos al pueblo con consignas comerciales electoreras, egoístas, estamos perpetuando la espiritualidad oligarca y el opio electoral. Este error nos llevará a la derrota. La movilización del pueblo bolivariano debe tener contenidos sociales, amorosos, altruistas, socialistas. De esa manera romperemos con el opio electoral y estaremos sentando las bases de una nueva relación social, de una nueva manera, creativa y solidaria, de expresión de la voluntad popular. Un pueblo movilizado por esas razones, es un pueblo invencible.
¡Sólo el Socialismo salva al Pueblo!
¡La calidad de la movilización electoral, las razones que la motoricen, nos indicarán la calidad de la Revolución!¡Chávez, Fidel, el ALBA, son Socialismo!

LOS FILOS DE LA GUADAÑA

SI LA ESTRATEGIA DESESTABILIZADORA la dirigiera rosalito, o teo, o julio, no habría que preocuparse, sería chata, inofensiva, previsible. El enfrentamiento es más complejo, la estrategia la dirigen los tanques pensantes gringos. Quien crea que sólo enfrenta a la papita de rosalito, está cometiendo un error.
Es necesario tensar nuestras fuerzas, debemos analizar todos los días y cada momento la marcha de la confrontación, la situación cambia en horas. El enemigo gringo actúa en varios frentes y con variadas armas. Veamos.
La candidatura de rosalito no alzó vuelo, eso es una verdad inocultable, el derrumbe del candidato cambia el panorama. La salida ucraniana pierde fuerza, y las opciones más cruentas toman la batuta de la pugna, la abstención resurge. Expliquemos más.
Ellos pensaban movilizar con la candidatura de rosalito, y en diciembre cantar fraude detonando un proceso desestabilizador. Ahora, al fracasar la movilización, se deslizan hacia opciones más cruentas, tipo Nicaragua. Para eso necesitan ir a eventos terroristas, crear miedos que les permitan engañar con una falsa opción conciliadora y pacificadora.
Las técnicas de manipulación son viejísimas. Las aplicó Nerón cuando quemó Roma y acusó a los cristianos. La aplicó Hitler cuando quemó el Reichstag y acusó a los judíos y comunistas. La usaron el 11 de abril cuando masacraron a los manifestantes y acusaron en falso a los de Puente Llaguno. El efecto Madrid es otro ejemplo de la perversidad y la artimaña oligarca. Los gringos han llevado la técnica de manipulación del miedo a niveles nunca imaginados ni por las mentes más torcidas. Es un hecho que el atentado a las torres gemelas fue un montaje del gobierno americano. Cualquiera con un poco de información, inteligencia y sanidad mental, percibe como burdas tretas las amenazas de nuevos atentados que hacen cada vez que le baja a Bush la popularidad o vienen elecciones. Estos son los que dirigen la agresión contra nosotros, de ellos nada debe sorprendernos.
El imperio está actuando. Como ven la candidatura de rosalito en el suelo, sale un vocero y denuncia la presencia de terroristas árabes en Margarita. Desarrollan una escalada de dos filos: uno, asustan con un inminente enfrentamiento, así apuntalan las ansias conciliadoras de bando y bando, como en Nicaragua, y dos, simultáneamente, preparan a la opinión pública mundial para cualquier zarpazo. La agresión gringa tiene como ingrediente fundamental la conciliación.
Al imperio, ya lo sabemos, no se le disuade con blandenguerías, es necesario mostrarle fuerza. Por eso debemos movilizar al pueblo alrededor de objetivos políticos altruistas, concientizadores, organizadores, moralizadores. Frente a la agresión del imperio en cualquiera de sus modalidades no hay otra respuesta que la movilización. ¡A cada ataque gringo, movilización! ¡Frente al contrabando de la “valija”, movilización! ¡Frente a las declaraciones de que hay terroristas en Margarita, movilización!
¡Sólo el Socialismo salva al Pueblo!
¡Chávez, Fidel, el ALBA, son Socialismo!