Una diferencia fundamental entre los políticos mediocres y los Estadistas, es que los primeros son todo oído para la oportunidad táctica, pero sordos como una tapia para los grandes requerimientos estratégicos.
Los mediocres se mueven llevados por el viento de las circunstancias, son oportunistas, no tienen más estrategia que ser siempre simpáticos, escabullen las dificultades, hasta que llega un "Viernes Negro".
Los Estadistas dicen la verdad al pueblo, y lo guían hacia soluciones de fondo.
Cuando Churchil toma el mando de una Inglaterra asediada por el nazismo, no ocultó nada al pueblo, no les prometió comodidad, les dijo: "sangre, sudor y lágrimas nos costará salir de estas dificultades"… Resistió, y venció. Se portó como un estadista, rindió tributo a la estrategia, dijo la verdad, dura, irritante, pero la verdad que triunfa.
Fidel, al llegar a La Habana el 7 de Enero, explica:
"Creo que es este un momento decisivo de nuestra historia: la tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil."
Recientemente el Ministro de Economía inglés declara:
"Los británicos son más pobres como consecuencia de la crisis financiera y deberían esperar un periodo de lento crecimiento. Instó a los políticos del país a preparar mejor al público para épocas difíciles.
La opinión pública debe comprender "lo doloroso" que va a ser el futuro próximo.
Señaló que "la clase política en su totalidad no está preparando al público para que entienda el alcance masivo del problema."
Valientes palabras que llaman a los dirigentes mundiales a la sensatez. Son muchas las verdades que hay que decir al mundo, por ejemplo, que el desajuste climático acabará con la vida en el planeta, pero no en un día, sino gradualmente, que ese fin vaticinado ya comenzó, y se agota el tiempo para revertirlo.
Que los alimentos escasean, y la tendencia es a profundizar las carencias, que el agua potable también desaparece, en resumen, decir al mundo la insostenibilidad de estos niveles de derroche y mal uso de los recursos. Por ese camino la vida desaparecerá en pocos años, y en poquísimos años ya no será posible mantener la civilización tal como la conocemos. O hacemos los cambios, o la naturaleza los hará por nosotros, y de forma cruenta.
La situación es gravísima, los tiempos requieren de Estadistas capaces de enfrentarse a los ataques del imperio que se retuerce en las carencias de la crisis que él mismo creó. No son tiempos para politicuchos cobardones, que giran con el viento, que regatean su apoyo a la Patria, lo hacen a cuentagotas, no se restean, siempre con el puñal y el pasaporte gringo encaletao.
Aquí en Venezuela hay líder, pueblo y obreros capaces de la proeza de cambiar, hay reservas morales para intentar ser ejemplo para el mundo, hay la grandeza de espíritu para ser optimistas.
¡Con Chávez resteaos!