12.6.10

¡LUIS PULIDO ES INOCENTE!

El linchamiento que los medios y opinadores enemigos, y asombrosamente también algunos nuestros, hacen de Luis Pulido, llama a reflexión. No se puede entender lo que eso significa sin ubicarlo en un paisaje ideológico. Veamos
La Revolución Bolivariana llega a una fase de definición, la lucha de clases se agudiza y alcanza niveles definitivos, la batalla por la hegemonía de la sociedad se torna muy cruenta, se agrupan los bandos, se desentierran las hachas de la guerra infame.
Ahora las fuerzas tienden a agruparse en dos bandos principales: El capitalismo, enfrentado a la posibilidad Socialista. Ya no hay lugar para "terceras vías", el choque se ha profundizado de tal manera que determina todas las acciones, no hay forma de escaparse de este dilema, es el principal signo de la crisis.
Es en esta situación donde ocurre el episodio de los contenedores con alimentos vencidos (que no es lo mismo que podridos). Es en esas circunstancias que se detiene a Luis Pulido para averiguaciones. Inmediatamente la gavilla mediática enfila sus ponzoñas en contra de PDVSA, PDVAL, y sus cuadros. La manipulación mediática intenta instalar en la opinión pública tres aberraciones. Veamos.
Una, Pulido es condenado, es culpable de antemano: se le califica de forajido, sobre él se vierte el odio de la canalla. Se comete una violación de sus derechos más elementales.
Dos, en estas condiciones, quien defienda a Pulido, quien pida siquiera el beneficio de la duda, será acusado de encubrir la corrupción. De esta manera privan a Pulido del derecho a la defensa.
Tres, todo lo que tocó, todo lo que tuvo contacto con él, también es "culpable". Así, aparecen en la prensa listas que son sentencias irresponsables, la lepra de la sospecha infundada se riega como excremento. Afinan así la agresión por mampuesto hacia objetivos superiores: el linchamiento de cuadros, debilitar a la Revolución.
Pero, surge una pregunta ¿Cuál debe ser la actitud de los Revolucionarios, de los Socialistas?
Existe un hecho que debe ser investigado, esas investigaciones deben ir al fondo, y dictaminar a los culpables, sólo después se les debe condenar. Esto no es otra cosa que el principio de justicia que señala: "todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario".
No hacerlo así, violar este fundamento jurídico, abre camino a una conducta que haría mucho daño a la Revolución, se instalaría la peligrosa "cacería de brujas", sentaríamos el precedente del "dispara primero y averigua después", minaríamos el humanismo revolucionario. Y no olvidemos que el Socialismo es, en esencia, humanismo.
La Revolución Bolivariana ha dado muestras de una alta magnanimidad, de un alto humanismo, esta es su principal fortaleza. Siempre en sus actuaciones ha preservado el respeto al humano. La mayor enseñanza que una Revolución puede dar a su pueblo, es la de resolver sus asuntos, sus diferencias con rigor, pero siempre preservando el respeto por el ser humano. Esa es la única garantía de su permanencia.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!
¡Luis Pulido es inocente hasta que se demuestre lo contrario!

11.6.10

¿POR QUÉ PASA LO QUE PASA?

El análisis político es la ciencia ¿o el arte? de identificar lo que hay tras las apariencias, los móviles de los móviles o, dicho más directamente, averiguar ¿por qué pasa lo que pasa?
La primera consideración del análisis es que no hay pieza suelta, nada sucede aislado, todo tiene relación con todo.
Así, la basura en un barrio, aunque parezca lejano, tiene relación con las decisiones que se tomen en Wall Street. Las disposiciones del gobierno japonés tienen relación con la gestión del alcalde de Achaguas. Las noticias de primera plana de los periódicos escuálidos tienen relación con las futuras agresiones de los gringos.
La segunda consideración, es que en el comportamiento oligarca un alto porcentaje de lo que parece ser…no es. Por ejemplo, fedecámaras nos dice que no conspira, esa es la imagen que ellos quieren que tengamos, lo que parezca. Entonces podemos deducir que detrás de esa imagen, fedecamaras está conspirando.
La tercera consideración, es que la historia es un valioso elemento de análisis. Cuando los gringos dicen que un gobierno es terrorista, tiene armas escondidas, es narco, no respeta los derechos humanos, etc., entonces por la historia de los gringos podemos deducir que detrás de esas acusaciones hay la intención de invasión.
Si Fidel dice algo, por su historia, es necesario creerle.
Pensar que los escuálidos si pierden unas elecciones respetarán los resultados, no cantarán fraude, eso no es compatible con su historia, siempre están preparados para desconocer los resultados, transitar otras vías.
La cuarta consideración es la coherencia de los hechos. Si Santos, el de Colombia, dice que buscará diálogo con Chávez, y que se portará bien con sus vecinos, eso es lo que aparenta, pero no es coherente con las bases militares gringas, las declaraciones de los voceros del comando sur gringo, su comportamiento anterior, entonces estamos obligados a ir más allá de esa apariencia falsa.
Quinta consideración, y más importante: la base ideológica de los actores. Estudiando esta base ideológica, ubicando a los protagonistas en su corriente ideológica, podremos deducir su comportamiento.
Podemos afirmar que “primero Justicia”, por su ideología capitalista, siempre, y más allá de las apariencias, estará a favor de los poseedores y contra el pueblo humilde.
Se puede esperar del ppt, de henri falcon, por su política pequeño burguesa oportunista, a pesar de todo el disimulo, cualquier brinco, siempre a la derecha, siempre pragmático, siempre buscando indulgencia de los amos del valle.
El paisaje político venezolano está muy enrarecido, es necesario echar mano de toda nuestra capacidad de análisis. Las apariencias pueden confundirnos, es necesario ahondar, hacer ejercicio de buceo, ir más allá de la superficie.
Todos los analistas de fino olfato lo dicen, estamos en medio de la preparación de una embestida del imperio, de un golpe, hay una conspiración en marcha. En estas condiciones es necesario afinar el arte del análisis, desentrañar los engaños enemigos. No hay lugar para respuestas apresuradas, para reaccionar a las apariencias.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!

10.6.10

LA ESTRATEGIA ENEMIGA

El objetivo del capitalismo internacional es conocido: terminar con Chávez, aplastar la Esperanza Socialista.

¿Cuáles son las estrategias que utilizan?

El estudio del asunto es de vital importancia, conociendo sus mañas podremos derrotarlos.

El centro de su estrategia es arrancar a Chávez del corazón popular
, usan todos sus instrumentos de manipulación con este fin, se cuelan por las grietas que dejan nuestros errores. Veamos.

El periódico “El Universal“ le obsequia la primera pagina del día lunes 7 de junio a una “entrevista“ que muestra gran parte de su estrategia. Recordemos que este periódico es vocero oficial oligarca, lo que allí se publique, y más en primera página, es instrucción para sus conmilitones.

La entrevista es a una líder de Petare. Estudiemos el mensaje.

Lo primero es que la líder se presenta como Chavista, pero también es partidaria, trabaja con Ocaríz, de éste opina:

…“tiene disposición a trabajar, vamos a dejarlo, independientemente del color o del partido al que pertenece”.


El mensaje es peligrosísimo: aísla a la comunidad del resto de la sociedad, de esta manera puede ser simpatizante de Chávez y simultáneamente de sus enemigos. Puede querer favorecer al barrio, pero ayuda al sistema capitalista que lo condena a la miseria. En resumen, es una posición que se confina al mezquino entorno.

Más adelante suelta otro misil, dice: …“yo me he mantenido alejada de la parte política; he trabajado en beneficio de las comunidades”.

Promueven la idea de que la política es algo separado de la suerte de la comunidad, del barrio, que lo parcial es separado de lo nacional. Siendo así, se podría votar por un candidato a diputado oligarca, antiChávez, y seguir siendo revolucionario, chavista.

Los explotadores siempre convocan a los expoliados para que libren las batallas por sus intereses. Los oligarcas manipulan a los humildes para que se conviertan en sus propios verdugos.

Ahora desarrollan esta fina estrategia: manipular a los humildes para que sean ellos mismos los que entierren sus esperanzas de redención. La maniobra no es nueva, ya la usaron contra el Libertador.

¿Cómo enfrentarla?

Debemos detectar los errores nuestros que contribuyen a la fragmentación, a que los humildes se conviertan en sus propios verdugos.


Es necesario impulsar la Conciencia del Deber Social, la idea de que lo nacional, lo general, se entrelaza con lo particular, el barrio, la comuna, el consejo comunal. Que no puede haber solución en el barrio sin solución en lo nacional, que sin Revolución no habrá redención de los humildes, que los enemigos de los humildes en lo nacional, los que saquean las riquezas sociales, son sus enemigos en el barrio.

Sembrar hondo en el alma popular que el apoyo a Chávez no es un asunto ligero, que se puede dar una vez sí y otra no, de acuerdo a como amanezcamos… ¡No! Se trata de aferrarse con pasión a la última y única oportunidad de construir un mundo viable y feliz. Que sin Chávez todo se va por el barranco del desamparo.

¡Sin Chávez no hay Esperanza!

9.6.10

LA CONCIENCIA NO ES ESPONTÁNEA

La relación entre la conciencia y la existencia es objeto de discusión entre los revolucionarios. El asunto es muy importante, de la respuesta depende el éxito de una Revolución. Estudiemos.

Lo primero que encontramos es que la relación entre existencia y conciencia no es directa, significa que una existencia miserable no determina una conciencia revolucionaria de manera automática.

Lo segundo, observamos que la conciencia, la ideología de las clases dominantes, migra hacia las clases explotadas. Es así que las conseguimos colonizadas por la ética, la moral de la dominación. Dentro de la clase social explotada, las relaciones entre los individuos son regidas por los patrones de conducta de la dominación.

Esta capacidad de impregnar con su ideología, con su conciencia al resto de la sociedad, es lo que la hace dominante. Una clase social es hegemónica cuando sus valores, sus creencias, impregnan y conducen a toda la sociedad. En el caso del capitalismo lo dominante es el egoísmo, la fragmentación, el individualismo, la visión confinada al mezquino entorno, el beneficio inmediato, la falta de sentido de sociedad.

Esa es la principal fuerza de la clase dominante, del sistema capitalista, sobre esa fuerza se sostiene. Sucede así la paradoja de víctimas defendiendo a sus verdugos, sosteniendo el sistema que llena de miseria a la Humanidad.

Entonces, la Revolución es el cambio radical de esa conciencia, de esa ética, de esa ideología, en resumen, el cambio de la cultura de sumisión-dominación, por la conciencia, la cultura de la liberación. No es posible una Revolución, no es pensable la liberación del humano sin ese cambio de conciencia, de ética, de ideología, de cultura.

Podemos medir el avance, el éxito de una Revolución, midiendo el avance en esta sustitución cultural, todas las acciones de los revolucionarios deben tener como objetivo central esa sustitución cultural.

Esta sustitución no es espontánea, así como no es espontánea la dominación.
Los capitalistas mantienen un costosísimo aparato de manipulación para sostener su dominio sobre el alma social. La televisión, radio, prensa, las universidades, la escuela, la iglesia, la cultura, todo al servicio de la colonización de la conciencia, de instalarla, perpetuarla, reproducir la cultura de la dominación-sumisión.

Saben que es en el espíritu donde se sostiene la dominación, y que es allí donde ocurre la principal batalla por la hegemonía social.

La Revolución debe construir mecanismos de desintoxicación espiritual que hagan frente a la manipulación capitalista.

El ejemplo de la vanguardia es uno fundamental. La épica de la vanguardia abre caminos hacia lo profundo del alma social. La austeridad, la fraternidad, la disciplina, la lealtad, la entrega a la causa social, tienen su principal cátedra en la conducta de la vanguardia. Estos valores son fundamento de la batalla contra el imperio.

Los próceres pudieron dirigir a la sociedad en la Revolución de la Independencia, porque se hicieron leyenda soportada en sus valores, conducta, entrega a la hora del combate contra el imperio.

¡Sin Chávez no hay Socialismo!

8.6.10

ROMPER EL ASEDIO FORTALECIENDO LA MORAL

La Revolución Bolivariana es víctima de un inteligente asedio imperial. No es convencional, se fundamenta más en nuestras debilidades que en la fortaleza del enemigo oligarca.
Ellos tienen mucho tiempo aprovechando y estimulando nuestros errores: minan nuestras bases espirituales, impiden su consolidación. Veamos.
La fragmentación social es la base cultural del capitalismo, allí se asienta una moral, una ética que lo defiende, impide el avance del Socialismo.
El capitalismo se caracteriza por altos grados de agresividad individual, es lo que los clásicos llaman la “guerra de todos contra todos” o “el hombre lobo del hombre”.
Esta violencia intrasocial está en todas partes, y hace que el signo de los tiempos sea la división, la falta de fraternidad, el egoísmo, el individualismo en todas las manifestaciones de la vida social.
Todas las relaciones humanas, en mayor o menor grado, están signadas por esta violencia. Se manifiesta en el tráfico de las ciudades, en el metro, en los barrios, en la clase obrera, en la vida de los partidos políticos y en la familia.
En resumen, la agresividad, la violencia, la autodestrucción de las instituciones sociales, surgen con asombrosa facilidad. Ante algún problema, una adversidad, una incomodidad, la reacción inmediata, inconciente, es la agresión, destruir la fuente del obstáculo, sea este un humano o una cosa. Este comportamiento es cotidiano.
La cultura hegemónica está al servicio de la desunión: estimula, soporta al egoísmo que ya tiene su base económica en la propiedad nosocial. La desunión es la más importante línea de defensa del capitalismo, se sitúa en los pilares del alma colectiva, actúa de manera espontánea, automática.
Basta recordar que la superación del capitalismo será, tiene que ser, una tarea colectiva de UNIÓN de los humanos, y que la construcción del Socialismo, esencialmente, es la creación de esa fraternidad para darnos cuenta de las barreras formidables que son la ética y la cultura egoísta del capitalismo.
Es labor de la vanguardia, de los dirigentes revolucionarios, educar al pueblo humilde en la nueva Cultura de la Fraternidad Socialista. Sin ella no será posible la UNIÓN , y sin unión no puede haber Revolución.
Si frente a una adversidad, una falla, una equivocación, ejercemos la lógica capitalista, si inmediatamente empuñamos la espada del verdugo e invocamos cortes de cabeza, nos comportamos como el destripador, estaremos inevitablemente estableciendo relaciones de canibalismo entre nosotros, cacerías de brujas, debilitando la fraternidad que es debilitar el hecho revolucionario en sus raíces.
Una de las más importantes características de esta Revolución es su magnanimidad: aquí no se ha perseguido a nadie, no hay guillotinas, ni físicas ni morales, al contrario, quizá se ha perdonado en exceso. Esa es una de las fortalezas de la Revolución: ha cuidado de sus hijos, a todos, hasta los malos hijos.
Así debe ser, firmes con el enemigo, con los saboteos, con la corrupción, pero evitar los linchamientos ligeros, el canibalismo alimentado por la lógica y la moral capitalistas.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!

7.6.10

¿SON NECESARIOS LOS RICOS?

Cuando una Revolución llega a etapas de definición, de lo profundo de la sociedad afloran las cadenas psíquicas más fuertes. En época de ruptura se desvelan los mecanismos más sutiles de la dominación.
Los mecanismos de dominación más importantes son los espirituales, los psíquicos. Estos se expresan en prejuicios, convicciones, creencias, refranes, frases hechas, dichos de la abuela, tradiciones, chistes, rumores, símbolos de poder. Todos desencadenan conductas sumisas.
Es así como se ancla en el alma de una sociedad la diferencia entre los estamentos sociales, la necesidad de ella, lo natural de su existencia. Se instala así en el alma de la sociedad la convicción de la necesidad de la clase dominante, de que sin ella no es posible que funcione la sociedad y, simultáneamente, se inocula en el espíritu social la incapacidad de los dominados para dirigir. Este dogma es el pilar maestro de la dominación.
Una de las tareas principalísimas de una Revolución es sustituir los mecanismos espirituales de dominación por los mecanismos liberadores, en otras palabras, una Revolución Cultural, un cambio de fe.
Una tarea fundamental consiste en instalar en el espíritu social, la idea de la capacidad de los desposeídos dominados para aprender a dirigir el Estado, la tolerancia con los errores que ese aprendizaje supone, y la valorización en este empeño de la capacidad de estudio, de la disciplina.
Todo el aparato del Estado Revolucionario debe estar al servicio de esta meta, las masas deben estar informadas de los pasos que se dan, involucrarse en ellos. Y deben entender que siempre serán mejores las soluciones socialistas, que las soluciones capitalistas, aunque en lo inmediato parezca lo contrario. Más valen los errores de los desposeídos en el camino a su redención, que los aciertos capitalistas en el empeño de esclavizarlos.
Hoy la Revolución Bolivariana está sometida a una ofensiva de la oligarquía: desabastecimiento, especulación, encarecimiento artificial del dólar. Son las manifestaciones materiales del ataque. Pero lo más importante de la batalla es la utilización de esta situación para reactivar la idea de que la Revolución, el pueblo humilde, son incapaces de dirigir, que es necesario llamar a los ricos, oligarcas, y llamarlos rápido, antes de que se acabe el país.
De allí que a la par de las respuestas económicas del gobierno, es necesario respuestas dirigidas al espíritu social. Demostrar que obtenemos triunfos que sólo una Revolución puede conseguir, porque sólo una Revolución rescata el amor del pueblo, su autoestima.
Que este Estado nuestro es mejor que cualquier otro Estado que hayamos conocido, porque es el único que está guiado por sentimientos de amor hacia el pueblo que es su origen, y no protege a los oligarcas en su intención de explotación y saqueo de la nación.
¡Los ricos no son necesarios! Ellos tienen capacidades y conocimientos para explotar, saquear, nunca para construir a favor de los humildes. La tarea del Socialismo es tarea de los humildes encontrados con el conocimiento universal y la teoría revolucionaria.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!

6.6.10

¡SIN ESTADO NO HAY SOCIALISMO!

Las corrientes anarcoides dentro de la revolución coinciden con los capitalistas en la negación del Estado. Los primeros, por una visión pequeño burguesa de la Revolución. Los otros, por una necesidad de violar todo control.
Para los capitalistas el Estado debe proteger sus intereses y dejar libres sus manos para las tropelías necesarias a la acumulación del capital, razón central de su existencia. Lo requieren represivo contra los expoliados, y permisivo con el capital.
El caso de los anarcoides pequeños burgueses es distinto. Esa ideología, que es la de una clase que oscila entre los desposeídos y los poseedores, es estridente en la retórica contra el capitalismo, pero mojigata en la construcción del Socialismo. Se avergüenza de saberse incapaz del salto revolucionario, y esconde su ineptitud con proposiciones que aparentan radicalismo, cuando en realidad son medidas capitalistas en estuche de revolucionarismo destemplado.
En esta Revolución actúan los dos bandos antiEstado:
Los capitalistas quieren retomar la conducción del Estado para ponerlo a su servicio, reducirlo a su función policial, privatizarlo todo, desatender la función social.
Los anarcoides pequeños burgueses, so pretexto de destruir el Estado burgués, impulsan la fragmentación de la sociedad en partículas aisladas que sólo se importan por su entorno. Egoístas, impiden la integración, empañan la visión de sociedad, obstaculizan así la construcción del Estado Revolucionario, en definitiva, favorecen al capitalismo.
Al sabotear la consolidación del verdadero Estado Socialista, dejan a la Revolución inerme frente a los Estados oligarcas internacionales, frente a la oposición interna. Además, y muy importante, dejan a la sociedad sin conducción integradora. Contribuyen así a una gran debilidad de la Revolución que conduce a su defenestración.
El Socialismo es en esencia la integración de la sociedad, y esa nueva totalidad, esa integración de la Nueva Sociedad, no es posible sin un Estado Nacional que la administre, que la coordine, la planifique, la defienda.
Las dos tendencias antiEstado son contrarrevolucionarias, pero la anarcoide es muchísimo más peligrosa: se mimetiza, confunde, engaña, es más difícil de identificar y por tanto de combatir.
El combate a este taimado enemigo anarcoide hace necesario la elevación del nivel de formación teórica de la dirigencia y de la masa, la construcción de una poderosa Conciencia del Deber Social, del sentido de sociedad. Es necesario que abordemos los problemas desde la visión de la sociedad, que nos organicemos formando tejidos sociales que vayan desde lo capilar hasta lo nacional, y no en fragmentos disociantes.
Los obreros, antes de todo, deben rescatar su sentido de clase rectora de la sociedad, luchar por encima de todo por la liberación de la sociedad, que es la única manera de liberar a la clase obrera.
Sólo de esta manera podremos derrotar las posiciones que desde el interior de la Revolución únicamente buscan el beneficio individual, grupal, o de segmentos de la sociedad, quitándole así el contenido social a la batalla, y necesariamente se enfrentan al Estado Revolucionario, se apartan del proceso socialista, lesionan el liderazgo de Chávez.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!