1. El fin central de una Revolución Socialista es integrar el organismo social que el Capitalismo ha fragmentado. Es devolver al hombre su condición de ser social y rescatarlo “de las heladas aguas del cálculo egoísta”.
2. Los Concejos Comunales, aisladamente, sin correspondientes organizativos nacionales, regionales y municipales, sin instancias organizativas políticas, son unidades desintegradoras sociales, que fomentan la cultura del egoísmo, ya que reducen las miras y las preocupaciones de la población sólo a su entorno y, dentro del entorno, a lo económico. No estamos diciendo que son malos, decimos que sin otros complementos de organización social, actúan como agentes disociadores de la conciencia.
3. Es urgente construir los complementos de esos Concejos Comunales: primero, instancias de coordinación municipal, estadal y nacional, electos desde la comunidades, escalonadamente hasta la instancia nacional.
4. El gran aporte de esta Revolución Bolivariana y del comandante Chávez, es, sin duda, haber puesto en la primera línea de la batalla política la posibilidad y la necesidad del Socialismo. Hoy, por primera vez en la historia nuestra, la batalla se plantea, verdaderamente, entre Socialismo y restauración capitalista.
5. Una Revolución es un milagro, más que un milagro, quizá deberíamos decir que una Revolución es convertir lo milagroso en cotidiano. Al ser humano pertenece la tentación de permanecer, y la desazón por el cambio, esa es su naturaleza histórica. Ahora bien, si una Revolución es el cambio más completo y profundo que se puede dar en una sociedad, ya podremos imaginar los obstáculos con los que tienen que lidiar los revolucionarios.
6. El más importante de los obstáculos se sitúa en el interior de nuestra propia alma. Entender, más que entender, sentir que hay que cambiar los cimientos de lo que hasta ese momento había sido nuestro universo, cambiar la forma de pensar, obrar, vivir, con la que nos hicimos adultos, significa romper radicalmente con nosotros mismos, fundar un nuevo mundo, profundamente, revolucionariamente opuesto a todo lo que hemos aprendido desde niños. Es un salto desde la seguridad de permanecer, al hermoso pero muy angustiante cielo de lo desconocido, de lo inédito.
7. La situación política nacional e internacional indica conflicto: la oposición encallejonada, debatiéndose en la ciénaga de sus mezquindades, no es opción para el imperio. Sin embargo, la situación internacional les exige tener control sobre las fuentes de energía venezolanas. Todo indica conflicto internacional.
2. Los Concejos Comunales, aisladamente, sin correspondientes organizativos nacionales, regionales y municipales, sin instancias organizativas políticas, son unidades desintegradoras sociales, que fomentan la cultura del egoísmo, ya que reducen las miras y las preocupaciones de la población sólo a su entorno y, dentro del entorno, a lo económico. No estamos diciendo que son malos, decimos que sin otros complementos de organización social, actúan como agentes disociadores de la conciencia.
3. Es urgente construir los complementos de esos Concejos Comunales: primero, instancias de coordinación municipal, estadal y nacional, electos desde la comunidades, escalonadamente hasta la instancia nacional.
4. El gran aporte de esta Revolución Bolivariana y del comandante Chávez, es, sin duda, haber puesto en la primera línea de la batalla política la posibilidad y la necesidad del Socialismo. Hoy, por primera vez en la historia nuestra, la batalla se plantea, verdaderamente, entre Socialismo y restauración capitalista.
5. Una Revolución es un milagro, más que un milagro, quizá deberíamos decir que una Revolución es convertir lo milagroso en cotidiano. Al ser humano pertenece la tentación de permanecer, y la desazón por el cambio, esa es su naturaleza histórica. Ahora bien, si una Revolución es el cambio más completo y profundo que se puede dar en una sociedad, ya podremos imaginar los obstáculos con los que tienen que lidiar los revolucionarios.
6. El más importante de los obstáculos se sitúa en el interior de nuestra propia alma. Entender, más que entender, sentir que hay que cambiar los cimientos de lo que hasta ese momento había sido nuestro universo, cambiar la forma de pensar, obrar, vivir, con la que nos hicimos adultos, significa romper radicalmente con nosotros mismos, fundar un nuevo mundo, profundamente, revolucionariamente opuesto a todo lo que hemos aprendido desde niños. Es un salto desde la seguridad de permanecer, al hermoso pero muy angustiante cielo de lo desconocido, de lo inédito.
7. La situación política nacional e internacional indica conflicto: la oposición encallejonada, debatiéndose en la ciénaga de sus mezquindades, no es opción para el imperio. Sin embargo, la situación internacional les exige tener control sobre las fuentes de energía venezolanas. Todo indica conflicto internacional.
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