30.1.07

MARTA HARNECKER, REACCIONARIA IMPENITENTE

La señora Harnecker ha bautizado un libro, como si de hijo de familia real se tratase, con bombos y platillos. La criatura se llama “Reconstruyendo la Izquierda”. Comentemos.

Con este libro la señora Harnecker no consigue ubicarse en la Revolución Bolivariana, sigue instalada cómodamente en los trabajos conformistas que elaboró para analizar y justificar el “presupuesto participativo de Porto Alegre”, que ahora los presenta adecuados a sus intereses de hoy.

En el libro encontramos huellas abundantes de que fue escrito con la técnica del “corta y pega”, muy utilizado en los trabajos escolares. Nos presenta un collage de aquellos escritos y aquellos libros, que pasó por un filtro para eliminar algunos párrafos que evidentemente le iban a traer problemas para desarrollar su oportunismo. Veamos.

En un libro anterior, “Haciendo Posible lo Imposible”, nuestra señora sostenía:

“A esto debe unirse también la necesidad de poner limitación a los mandatos otorgados por el propio pueblo, para evitar lo que ha ocurrido en la mayor parte de los países socialistas –mandatos casi de por vida- algo absolutamente extraño al pensamiento de los clásicos del Marxismo, que veían la función burocrática como algo transitorio debido a su carácter rotativo”…

Por supuesto, este párrafo, por razones obvias, lo eliminó.

Pero también decía:

¡Qué distante de esto han estado muchas de las organizaciones de izquierda de América Latina! ¿Qué simboliza para nuestros pueblos la hoz que figura en la bandera roja de muchos partidos comunistas? ¿Qué significa para los indígenas guatemaltecos el nombre de Ho Chi Min y aún el del Che Guevara, nombres que han adoptado algunos frentes guerrilleros?”

Por supuesto, este párrafo, por razones obvias, también lo eliminó.

Pero, además de estos trucos ¿Por qué decimos que el libro “Reconstruyendo la Izquierda”, amén de ser un collage, es un libro donde persisten las tesis contrarrevolucionarias y oportunistas de la señora Harnecker? Examinemos.

En la página 155 encontramos esta confesión de fe contrarrevolucionaria:

“Estos sectores piensan que puede abrirse una situación insurreccional y que de lo que se trata es de demoler al Estado burgués, es decir, que existe una posibilidad de ruptura revolucionaria en el horizonte inmediato. Quienes pensamos por el contrario, que vivimos un periodo ultra conservador y que estamos en grandes desventajas en cuanto a correlación de fuerzas a nivel mundial y local, pensamos que de lo que se trata es de comenzar a actuar dentro de las estructuras existentes con el objetivo de irlas transformando y, por lo tanto, valoramos positivamente el acceso a la administración de un gobierno local por parte de la izquierda….”

Evidente, este párrafo, que trasladó desde sus días de Porto Alegre, ilustra el carácter reaccionario de Harnecker. Y es desde este pensamiento (que postula claramente que no hay posibilidad para una Revolución) que ella, con desfachatez, pontifica sobre la Revolución Bolivariana.

¡Derrotemos a los falsificadores y a los oportunistas!

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!

¡LA COGESTIÓN FRACASÓ!

Rápidamente, como son las cosas en el trópico, la cogestión fracasó. Ya todos lo reconocen.

Es necesario que saquemos enseñanzas de esta experiencia y ajustemos el rumbo.

¿Por qué fracasó la cogestión? ¿Era un camino hacia el Socialismo, o meramente un atajo pequeño burgués?

Para buscar las respuestas vayamos al centro del problema, a la propiedad. Revisemos.

Hay dos formas de propiedad sobre los medios de producción:

Una, la propiedad nosocial, pertenece al capitalismo, consiste en que la propiedad de los medios de producción es de sólo una fracción de la sociedad, que puede ser desde un individuo, hasta miles, como es el caso de los accionistas de las grandes empresas, pasando por cooperativas, cogestión y Empresas de Producción Social.

Todas estas formas son variantes de la propiedad nosocial, que necesariamente son contrarias a la construcción del Socialismo. La propiedad nosocial, inexorablemente, controlada o no, monitoreada o no, siempre, inevitablemente, genera conciencia capitalista, genera intereses grupales que terminan enfrentándose a los intereses de la sociedad toda.

Y esta conciencia capitalista, egoísta, reclamará tarde o temprano una forma política que le sea propicia. En otras palabras, se enfrentará a un gobierno que quiera ir hacia el Socialismo.

La otra forma posible de propiedad es la Propiedad Social, que tiene que ser administrada por el Estado. El ejemplo claro de este tipo de propiedad es PDVSA: es propiedad de toda la sociedad administrada por el Estado, y funciona muy bien.

Esta forma de propiedad se corresponde, es base material, para la conciencia del deber social, es materialidad propicia para la formación de la sociedad del amor, de la sociedad socialista.

La propiedad social es la base del Socialismo, la que permite la planificación social de la economía, significa que la sociedad, el hombre, toma control de su futuro, que se libera de la incertidumbre, del azar de la mano invisible que surge de la anarquía del mercado.

Entonces, queda claro que lo que falló en INVEPAL, y fallará en las otras variantes de propiedad nosocial, no fue que los obreros transformados en capitalistas eran malucos y, por tanto, si aplicamos ese esquema cogestionario donde los obreros sean hermanitas de la caridad, funcionará. ¡NO! lo que falla es el sistema de propiedad, no funciona el concepto. Hay que cambiar, no puede haber Socialismo sin hegemonía de la propiedad social, acompañada de una gran campaña de concientización socialista que sería el Motor Moral y Luces. Pero este motor no se puede activar en medio de una economía donde la hegemonía sea de la propiedad nosocial, en este caso la prédica se perderá en esa materialidad egoísta.

Nos contenta participar en una Revolución que tiene el coraje de detectar los errores y corregirlos. Vamos por buen camino.

¡Corregir es de revolucionarios!

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!

LA BATALLA VITAL

La historia es categórica cuando nos dice que la necesidad de expansión y de lucro, inherente al capitalismo, lo hacen un sistema altamente virulento y letal.

Al capitalismo no se le puede confinar a los límites de la voluntad del hombre. Es un ente que se mueve independiente de los deseos humanos. Al capitalismo sólo se le puede combatir con el Socialismo Auténtico. Las medias tintas no funcionan, los intentos por hacer sistemas híbridos, o capitalismos atenuados, han terminado siempre en fracasos estruendosos y más auge capitalista.

Lo anterior es comprensible si recordamos que la superación del capitalismo es una tarea cultural, se trata de superar la cultura del capitalismo, fuertemente arraigada en el alma de los hombres. Por tanto, la tarea por superarlo es una tarea revolucionaria, no reformista.

El Comandante Chávez nos alerta con claridad y angustia, que el capitalismo llegó a sus límites de crecimiento: o es superado, o acaba con la vida del planeta. En su irremediable camino catastrófico, el capitalismo llevará a la humanidad y a la vida planetaria a su extinción. Repetimos, el Socialismo es la única salida para la humanidad.

En Venezuela existen las posibilidades de ir rumbo al Socialismo, tenemos condiciones que, sin pecar de pedantes, son únicas en el mundo para emprender este camino.

Sin embargo, así como existen las condiciones para avanzar, tenemos también la más formidable barrera que una Revolución puede enfrentar: la ideología pequeño burguesa.

Ya un clásico afirmó categóricamente, que si no existiera la pequeña burguesía ya se habría realizado la Revolución Socialista en el mundo. Todos los clásicos, desde Rosa Luxemburgo hasta el Che, nos alertan sobre el obstáculo pequeño burgués.

Después de la victoria de diciembre, luego de haber aplastado a la oligarquía, el foco de las tensiones se movió al campo bolivariano. Aquí se escenifica hoy la batalla más importante de la Revolución Bolivariana:

La lucha es feroz. La ideología pequeña burguesa intenta atenuar a la Revolución: busca mil fórmulas para hacer “Revolución” sin salir del capitalismo, coquetea con el capitalismo, es bestial contra los revolucionarios y sus ideas, y acepta más a un empresario que a un bolchevique.

Se disfraza de Revolución para diluir la esencia de los cambios y dejarlos sólo en lo cosmético. Falsifica a los clásicos, calumnia a los procesos revolucionarios pasados, los desacredita, borra la historia revolucionaria, nos enceguece con un presente sin pasado, y nos hace vulnerables.

En los últimos días esta corriente pasó a la ofensiva, abundan sus declaraciones, entrevistas y libros divulgadores de estas ideas falsificadoras del Socialismo. Se trata de una campaña envolvente bien dirigida que por supuesto, ha tenido buena acogida en los medios de difusión oligarcas.

Es necesario que los revolucionarios redoblemos esfuerzos para impulsar las ideas del Socialismo Auténtico, esa es la batalla vital de la Revolución en esta etapa.

No podemos distraernos con asuntos subalternos.

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!

AYUDA PARA ENTENDER MÁS ALLÁ DE LA ANÉCDOTA

Después del receso de navidad el cuadro político comenzó a moverse, ya en los finales de Enero han pasado tantas cosas que es necesario que nos sentemos a reflexionar sobre los hechos y el porvenir.

No es posible entender el momento sin antes repasar los proyectos que se disputan la conducción de la nación. Veamos.

Existen tres proyectos en franca pugna:

Uno, el proyecto capitalista franco, que en lo económico ha tenido éxito para drenar buena parte de la renta petrolera hacia sus arcas. Es así que un alto porcentaje del crecimiento del producto interno se debe al sector privado, es decir, se debe al capitalismo. El sector financiero, la banca, también ha tenido buenos dividendos, y si estos datos no bastaran, altos funcionarios del gobierno, al mejor estilo Lula, proclaman que a “los ricos les ha ido bien con este gobierno”.

En lo político este proyecto capitalista impulsará lo que convenga a sus intereses, desde la democracia oligarca, hasta el fascismo, y también un Socialismo deformado, despojado de su esencia.

Otro, el proyecto de la pequeña burguesía, cargado de ambigüedad, cuestiona al capitalismo, pero esquiva superarlo. Propone una serie de medidas que procuran su gran anhelo, esto es, hacer humano al capitalismo, controlarlo. Por supuesto que fracasan en su intento, y quedan atrapados en un mar de buenas intenciones, llamados a una ética que no tiene base en la realidad. En sus planes ilusorios obtienen pocos resultados y dilapidan dinero. Este proyecto, al fracasar, al ceder posiciones de gobierno, abre posibilidades a los capitalistas francos, es decir, funciona como lubricante para el camino hacia el capitalismo.

En lo político, proponen formas anarcoides adornadas de populismo. En el fondo, temen a la verdadera organización del Pueblo y la confinan a lo local.

El tercer proyecto es el proyecto del Socialismo Auténtico, este aún se debate en concretar la idea socialista, y encarnarla en el Pueblo. Por razones históricas el movimiento revolucionario venezolano presenta debilidad teórica, y esa debilidad los hace ausentes, asustadizos, inertes frente al debate y la acción política.

Sus aportes son pequeños, se diluyen en la confusión creada por las teorías pequeño burguesas, ampliamente acogidas por los medios de difusión al servicio de la oligarquía, y esto es un indicio de a cuál molino llevan agua.

En Venezuela nunca hubo condiciones tan favorables para que el proyecto revolucionario tome la hegemonía de la Revolución Bolivariana, derrote la restauración capitalista y los desvaríos pequeños burgueses, para avanzar hacia el Socialismo Auténtico.

Es en este paisaje que debemos analizar los últimos movimientos políticos:

Los cambios de ministros. Quiénes salieron y quiénes entraron. A cuál proyecto benefician.

La formación del Partido Único, la forma como se está dando ese proceso, hacia dónde va, a cuál proyecto va a servir.

Las propuestas en torno a Radio Caracas, o el proceso de nacionalización de la CANTV.

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!

EL PUEBLO Y LA IDEA

Cuando un Pueblo se encuentra con la idea revolucionaria, se yergue, deja su infancia y se hace dueño de su destino.

Cuando la idea revolucionaria se encuentra con un Pueblo, deja de ser patrimonio de algunas mentes lúcidas, para convertirse en huracán transformador capaz de conmover a continentes enteros.

En Venezuela hemos tenido varias oportunidades de esta fusión entre idea revolucionaria y Pueblo. Veamos.

El 23 de Enero, fecha de reciente recordación, fue una de estas oportunidades. La muchedumbre se hizo Pueblo, y reclamó la idea.

La idea existía, estaba encarnada en santos como Fabricio, capaces de soñar, porque sólo los soñadores pueden fundar mundos.

Por el contrario, los pragmáticos, los que hacen de la política un cálculo y una astucia, podrán obtener de ella provecho material, es verdad, podrán sortear los obstáculos de los vientos mezquinos, pero nunca podrán vencer la tempestad y conducir Pueblos hacia su redención.

Siempre estarán condenados al basurero de lo mediocre.

Existía la idea revolucionaria, pero también existían sus falsificaciones, estaban presentes los heraldos negros, los buitres que se alimentan de la miseria de los Pueblos. Así como existía la idea revolucionaria, y existían los hombres que la portaban, presentes estaban los engañadores de Pueblos, disfrazados con mil caras y mil ropajes de cambio.

Y el Pueblo que reclamaba la idea fue engañado, así, la oportunidad de elevarse se perdió en una sombra que duró medio siglo.

Los engañadores de Pueblos cumplieron de nuevo su nefasto papel, y Fabricio terminó también en San Pedro Alejandrino.

Pero la idea de la mezquindad y la idea del amor, que se afrontan desde aquel Viernes Santo, o desde Espartaco, desde Caín y Abel, o quizá deberíamos decir, desde siempre, siguieron combatiéndose.

Nuevamente despertó el Pueblo que había estado dormido durante medio siglo, y nuevamente la muchedumbre se hizo esperanza y reclamó la idea.

Y la Revolución Bolivariana, ahora testigo del enfrentamiento milenario, superó las lisonjas, saltó por sobre abril, venció a diciembre, creció en mil elecciones, para llegar a la orilla del abismo, a la hora hermosa de la encrucijada, donde es necesario el vuelo alto, vencer la mediocridad del cálculo egoísta, hacer de la política un himno de amor, no sucumbir frente a las tentaciones de lo mezquino, fundar nuevos mundos que son viejos en los anhelos de la humanidad.

Hacerse dignos herederos de Abel, el Quijote, Cristo, Bolívar, el Che, Fabricio.

Dejar atrás a los mercaderes del templo infiltrados bajo piel de ovejas.

Desechar los cuarenta denarios.

Ir a San Pedro Alejandrino a decirle al Padre que hemos luchado, que hemos arado en el mar y cosechado Pueblos.

O, por el contrario, reptar, escoger el atajo de lo pequeño, el salto de la pulga, de la política práctica, de lo mezquino, conformarse con el paso corto, la mirada al suelo, y el corazón en la cartera.

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!

EL AUMENTO DE LA GASOLINA, OPORTUNIDAD PARA AVANZAR

El aumento de la gasolina tiene varios significados y muchas justificaciones. Uno, valedero sin dudas, es que prácticamente el precio de hoy no cubre ni siquiera el costo de las gandolas que la transportan, ya esa sería una buena justificación, sin embargo, se queda en el ámbito capitalista, se limita sólo al aspecto mercantil del asunto, no tiene la necesaria carga socialista que hoy requerimos. Veamos.

Afirma el Comandante Chávez, y junto a él las mentes más lúcidas del planeta, desde el vicepresidente Gore, hasta José Saramago, que el crecimiento capitalista pone en peligro la vida sobre el planeta.

Es así, el crecimiento capitalista llegó a límites tales que no puede garantizar la satisfacción de las falsas necesidades por él mismo creadas, para eso necesitaría consumir todos los recursos no renovables del planeta, y contaminar a niveles no potables, la tierra, el mar y el aire.

De allí lo inaplazable del Socialismo, es necesario un sistema que sea capaz de sustituir las falsas necesidades del capitalismo, por la sensatez natural de las necesidades humanas. Es necesario que el hombre supere la esquizofrenia de un consumismo demoníaco, y regrese a la relación armoniosa con la naturaleza.

No es posible que la sociedad satisfaga las necesidades artificiales que el capitalismo crea. En el capitalismo el planeta es vampirizado por una mínima fracción de la humanidad, condenando al resto a la miseria, conduciendo irremediablemente a la extinción de la vida sobre el planeta.

Estamos en tiempos de un gran reto para la especie humana: o somos capaces de asumirnos como sociedad y superar el egoísmo suicida, o la humanidad perece. Dicho en otras palabras, o la humanidad demuestra que puede organizarse como sociedad, construir el Socialismo, o la humanidad perece.

En este horizonte urgente, se inscribe la necesidad de emprender el camino de rescatar la sensatez natural de las necesidades humanas de la sociedad venezolana.

Empecemos por entender que es un crimen de lesa humanidad despilfarrar la riqueza de un recurso no renovable, que está en vías de agotamiento ¡Debemos superar el egoísmo suicida propio del capitalismo!

Valiente el Comandante y la Revolución Bolivariana, al poner en discusión el tratamiento que esta sociedad, camino al Socialismo, le da a su principal riqueza.

Proponemos una campaña de discusión y concientización en los Concejos Comunales, las Mesas de Agua, Partido Unido, parlamentarismo de calle. Toda la sociedad a discutir el tratamiento socialista de la gasolina. Vamos a templar, a poner a prueba, nuestra organización social.

Debemos derrotar al egoísmo y abrir caminos hacia la socialización de las necesidades y de las formas de satisfacerlas. En eso nos va el Socialismo y nos va la vida.

Estamos seguros que este Pueblo, que ha dado muestras de gran altruismo, no caerá en la trampa de la inmediatez mezquina, y volverá a dar ejemplo del vigor moral que hizo posible el paso de Los Andes.

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!

EL AUMENTO DE LA GASOLINA, OPORTUNIDAD PARA AVANZAR

El aumento de la gasolina tiene varios significados y muchas justificaciones. Uno, valedero sin dudas, es que prácticamente el precio de hoy no cubre ni siquiera el costo de las gandolas que la transportan, ya esa sería una buena justificación, sin embargo, se queda en el ámbito capitalista, se limita sólo al aspecto mercantil del asunto, no tiene la necesaria carga socialista que hoy requerimos. Veamos.

Afirma el Comandante Chávez, y junto a él las mentes más lúcidas del planeta, desde el vicepresidente Gore, hasta José Saramago, que el crecimiento capitalista pone en peligro la vida sobre el planeta.

Es así, el crecimiento capitalista llegó a límites tales que no puede garantizar la satisfacción de las falsas necesidades por él mismo creadas, para eso necesitaría consumir todos los recursos no renovables del planeta, y contaminar a niveles no potables, la tierra, el mar y el aire.

De allí lo inaplazable del Socialismo, es necesario un sistema que sea capaz de sustituir las falsas necesidades del capitalismo, por la sensatez natural de las necesidades humanas. Es necesario que el hombre supere la esquizofrenia de un consumismo demoníaco, y regrese a la relación armoniosa con la naturaleza.

No es posible que la sociedad satisfaga las necesidades artificiales que el capitalismo crea. En el capitalismo el planeta es vampirizado por una mínima fracción de la humanidad, condenando al resto a la miseria, conduciendo irremediablemente a la extinción de la vida sobre el planeta.

Estamos en tiempos de un gran reto para la especie humana: o somos capaces de asumirnos como sociedad y superar el egoísmo suicida, o la humanidad perece. Dicho en otras palabras, o la humanidad demuestra que puede organizarse como sociedad, construir el Socialismo, o la humanidad perece.

En este horizonte urgente, se inscribe la necesidad de emprender el camino de rescatar la sensatez natural de las necesidades humanas de la sociedad venezolana.

Empecemos por entender que es un crimen de lesa humanidad despilfarrar la riqueza de un recurso no renovable, que está en vías de agotamiento ¡Debemos superar el egoísmo suicida propio del capitalismo!

Valiente el Comandante y la Revolución Bolivariana, al poner en discusión el tratamiento que esta sociedad, camino al Socialismo, le da a su principal riqueza.

Proponemos una campaña de discusión y concientización en los Concejos Comunales, las Mesas de Agua, Partido Unido, parlamentarismo de calle. Toda la sociedad a discutir el tratamiento socialista de la gasolina. Vamos a templar, a poner a prueba, nuestra organización social.

Debemos derrotar al egoísmo y abrir caminos hacia la socialización de las necesidades y de las formas de satisfacerlas. En eso nos va el Socialismo y nos va la vida.

Estamos seguros que este Pueblo, que ha dado muestras de gran altruismo, no caerá en la trampa de la inmediatez mezquina, y volverá a dar ejemplo del vigor moral que hizo posible el paso de Los Andes.

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!

¿HACIA DÓNDE NOS LLEVA EL RUMBO AL SOCIALISMO?

La pregunta parece sobrante, pero en realidad es muy apropiada porque no todos los “rumbos al Socialismo” llevan al Socialismo.

El camino al Socialismo no es un camino fácil, se trata de fracturar la hegemonía económica, cultural, psíquica, de un sistema padecido por la humanidad durante miles de años, basado en la expropiación de la riqueza social.

Se comprenderá que el camino al Socialismo está lleno de trampas, ardides, zancadillas, la gran mayoría de ellas ancladas en nuestra propia alma, que ha sido tallada por la cultura justificadora del fraude social. Difícil es emprender el camino al Socialismo, contra esa posibilidad conspiran armas materiales y espirituales.

En este empeño, los Pueblos y sus dirigentes deben superar muchos obstáculos. Sin embargo, en Venezuela hemos dado pasos importantísimos, y ganado batallas fundamentales en ese rumbo: La conexión amorosa del Comandante con el Pueblo, es el logro fundamental. No es posible emprender el camino de la transformación profunda de una sociedad, hasta ahora la historia así lo demuestra, sin esa conexión amorosa entre un liderazgo y su Pueblo.

Estamos en una etapa definitoria, difícil, que reclama mucha precisión en la teoría, los objetivos, los movimientos. De los pasos que demos dependerá el éxito, es decir, que el rumbo al Socialismo nos lleve verdaderamente hacia el Socialismo, y que evitemos caer en las falsificaciones que nos proponen las ideologías reformistas que habitan en la Revolución.

Los falsificadores del Socialismo nos proponen, en coro bien afinado, una tesis que presuntamente nos llevará al Socialismo, cuando en realidad nos conducirá directo al abismo. Veamos.

La propuesta falsificadora es: que el Estado conserve las industrias básicas, PDVSA, electricidad, etc., y al mismo tiempo con la renta petrolera, se estimulen una serie de formas de propiedad nosocial de los medios de producción, por lo tanto capitalistas. Entre estas formas de propiedad nosocial, se encuentran: la ya desprestigiada cogestión, las cooperativas, de las que el Che expresó, de manera categórica, “No conducen al Socialismo”, y las Empresas de Producción Social, que son una quimera de mentes bien intencionadas, pero también una oportunidad de enchufe al torrente de la renta petrolera, de mentes capitalistas que las hay por montones.

La propuesta lleva implícita la transferencia de la renta petrolera hacia parcelas de la sociedad, que en su evolución enfrentarán sus intereses a los intereses de toda la sociedad. Esto ya sería suficiente razón para desecharlas, pero, peor aún, es que crearán conciencia capitalista en grado sumo.

Y esa conciencia por nosotros creada, estimulada, sustentada, se expandirá necesariamente hacia las zonas de propiedad social administrada por el Estado, que sucumbirán y terminarán engullidas por el capitalismo.

En conclusión, ese camino propuesto no conduce al Socialismo, es un retorno al capitalismo, que por sobre las buenas intenciones traerá la pérdida de la hermosa oportunidad de construir otro mundo, el Socialismo auténtico, salvación de la humanidad.

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo autentico!