11.5.13

EFICIENCIA… ¿PARA QUÉ? (Sábado 11-05-2013)

La eficiencia no es un concepto aislado de la ideología, dependerá del proyecto social al cual sirva. De allí que quien no conozca las ideas que lo impulsan, quien desprecie la teoría, el pensamiento, desconocerá su proyecto y será condenado a la esclavitud, vientos ajenos hincharán sus velas, sus sueños se perderán en la ignorancia sembrada por los dominantes. Ya lo dijeron los clásicos: "ser cultos para ser libres".
Veamos un ejemplo extremo: las cámaras de gas eran consideradas por los nazis muy eficientes, la Bayer se esmeró en su construcción, los oficiales nazis estaban orgullosos del alto rendimiento. Los gringos son eficientes en la producción de guerras, y de tranquilizantes y ansiolíticos para calmar las angustias de esas guerras.
Para el capitalismo la eficiencia está en estrecha relación con la plusvalía, la acumulación de capital, que no es otra cosa que el fruto de  la explotación del hombre. Toda su actividad gira alrededor de justificar, mantener y defender esa ganancia y ese sistema. Su meta es que el consumo no se detenga, que la rueda de la explotación siga girando y que la humanidad acepte ese sistema como natural. Lo que favorezca estas metas es eficiente, lo que las perjudique es ineficiente.
Esta meta perversa se maquilla con niveles altos de la producción, del PIB, de la ganancia. El humano es considerado sólo como consumidor-productor: quien no consuma no existe. Este sistema donde el hombre es una pieza más, y la ganancia, el lucro, lo es todo, su medida de la eficiencia ha llevado a la humanidad a las orillas del infierno.
El Socialismo evita la trampa de la "eficiencia capitalista", debe construir sus propios criterios, la eficiencia tendrá en el centro al humano. Lo que ofrece el capitalismo a la humanidad no puede llamarse eficiencia, a ese absurdo sólo le cuadra la palabra autodestrucción. Es así, la productividad más eficaz del capitalismo es la destrucción de la naturaleza, de la psiquis del hombre, de la armonía social.
El Socialismo basa su eficacia en una meta superior: el rescate de la armonía de la especie con su entorno. Este fin determina todo su accionar. De esta manera la visión del mundo es otra, su esencia será, como dicen los clásicos, un humanismo y un naturalismo. Las necesidades auténticas del humano condicionarán la producción, el resguardo de la naturaleza determinará la forma de producir, de consumir y de distribuir: estarán regidos por las necesidades de cada quien.
La eficiencia socialista se soporta en la Propiedad Social de los medios de producción, en el rescate del sentido de sociedad. De esta manera el mayor logro, la mayor eficacia socialista será la sobrevivencia de la especie, ya esto sería suficiente para optar por el Socialismo y desechar la cacareada eficacia capitalista. Pero más allá de esta justificación, la felicidad del humano no es posible bajo el capitalismo que sólo ofrece espejitos.
¡Con Chávez, con Maduro!
¡Los problemas del Socialismo sólo los resuelve el Socialismo!

10.5.13

SÓLO EL SOCIALISMO DERROTA AL IMPERIO (Viernes 10-05-2013)


Las declaraciones del presidente del imperio nos señalan la intención firme de atacar a la Patria, de activar el desenlace. Tal como lo denunció Maduro, se trata de una orden a sus lacayos nacionales para elevar el nivel de la contienda. No estamos en momentos normales, atravesamos una turbulencia, una emergencia que amerita medidas urgentes, extraordinarias. Veamos.
Es necesario elevar la conciencia social de los humildes, nuestra base social natural, que comprendan que la Patria está siendo agredida, que nada puede estar sobre esa circunstancia. Este debe ser el punto central de la discusión en cualquier reunión de los bolivarianos, desde el alto gobierno, las patrullas, hasta nuestros medios. Todo, el hueco en la calle, las deficiencias de los alcaldes y gobernadores, el apagón, todo debe ser subordinado a la defensa de la Patria, de la Revolución, del gobierno de Maduro. Si eso se pierde se habrá perdido todo: vendrá sobre la sociedad una nube de oscurantismo que recordará a los peores episodios de la humanidad.
Se trata de seguir luchando por construir un país donde todos vivamos por el bien de todos, en armonía, en Socialismo, o de entregar la Patria a los enemigos de los humildes, a aquellos que nos desprecian, reeditar la guerra de todos contra todos. No son momentos de mezquindades, de vista al suelo, de sólo ver lo pequeño del entorno, el dilema es concretar el sueño de Bolívar y Chávez o repetir la historia de San Pedro Alejandrino.
La socialdemocracia, el capitalista, no puede defender a la Patria, al contrario, la entregan al capital internacional con el que tienen un grueso cordón umbilical, a él se deben, de él dependen.
No es fácil la tarea de superar la fase de filantropía, de pago de la deuda social, y avanzar hacia un sistema que rompa el círculo perverso que nos lleva a gobiernos rentistas, clientelares, proveedores, en resumen, a la socialdemocracia. Es urgente rescatar las relaciones amorosas entre los humanos, aquellas que integran a la sociedad en un cuerpo capaz de grandes hazañas, de enfrentar a los enemigos de la humanidad.
El 23 de enero fue una oportunidad para romper con el círculo maligno, para superar la socialdemocracia, lamentablemente se fracasó y vino medio siglo de pacto nefasto. El 4 de febrero fue una rebelión contra la socialdemocracia, y todos estos años han sido el esfuerzo por zafarnos de su lógica. En gran medida lo hemos logrado, pero el peligro, la tentación de regresar a la comodidad de un pacto burgués, siempre está presente.
 Si la Revolución no concreta la superación de la socialdemocracia, vendrá necesariamente el terror fascista, que es la única manera de estabilizar la hegemonía de la antipatria. Y caeremos inermes, nuevamente, en las fauces del imperio. Ese es el dilema de hoy: Socialismo o fascismo, barbarie. Sólo con el Socialismo habrá Patria.
¡Con Chávez, con Maduro!
¡Sólo el Socialismo salva a la Patria!

9.5.13

FE SOCIALISTA (Jueves 09-05-2013)


Cuando el Comandante Chávez caracterizó a la Revolución como Socialista nos convocó a una gesta religiosa, a la hazaña más importante de la humanidad: superar milenios del "hombre lobo del hombre" y construir el Reino de los Cielos en la tierra. Nos emplazó para lo grande, lo hermoso, a transformarnos definitivamente en humanos y alcanzar las cumbres del arte, del amor, éticas inéditas.
Nos comprometió a transformar al mundo revolucionándonos a nosotros mismos. Salto heroico, que supone renacer hombres del futuro. El camino es hermoso pero es proceloso, requiere una entrega total, sin condiciones, un cambio profundo en las relaciones sociales, en la dirigencia, con el desespero del náufrago que nada hacia la costa finalmente avistada.
La tarea debe asumirse con la pasión de los que se saben vanguardia de la humanidad, de quienes se reconocen la rama de olivo que anuncia a Noé el fin del diluvio, solo así la dirigencia podrá guiar a la sociedad, a los humildes por el camino de su redención.
No es tarea para mojigatos, de pusilánimes, ni para los que requieren red de seguridad, que no corren riesgos y se limitan a repetir lo viejo. Son incapaces de fundar porque están negados para lo grande, prefieren la seguridad de lo pequeño, de lo conocido, están incapacitados de prever el futuro y construirlo en el alma de las masas.
La Revolución debe tener fe religiosa en el Socialismo, sentir en los tuétanos del alma que sólo el Socialismo podrá resolver los problemas de la humanidad, y saber desde el espíritu profundo, que el capitalismo, la culminación de milenios de deformación del humano, es nuestro enemigo irreconciliable.
Sólo desde esa fe, esa convicción, se podrá construir el nuevo mundo, es la energía que se manifestó en El Paso de Los Andes, en La Batalla de Junín, el 4 de febrero, en Abril…e hizo la Independencia. Es la fe que guió la hazaña del Moncada y el milagro del Gramma, la gesta de Fabricio, la pasión de los cristianos en las catacumbas.
Siendo así, las acciones y el discurso de la dirigencia deben traslucir esta fe, esta convicción. Frente a cualquier problema se debe esgrimir al Socialismo, todo debe ser llevado al combate universal del Socialismo contra el capitalismo porque este combate lo envuelve todo, desde el desastre de la cárcel de Uribana hasta la construcción de casas. Todo es escenario del combate del capitalismo contra el Socialismo, lo viejo contra lo nuevo.
Los problemas deben resolverse con más Socialismo, al convocar capitalistas para resolverlos estamos entregando una parte del sueño, cuando un dirigente muestra esta convocatoria como un logro, estamos apuñaleando al futuro, desconociéndonos, dejando de ser, y adoptando las entrañas oligarcas. Cuando resolvemos con Socialismo estamos demostrando nuestra fe, tomando por asalto al futuro, robusteciéndonos.
Nuestras consignas deben ser ¡El Socialismo se construye con Socialismo! ¡Los problemas se resuelven con Socialismo! ¡Sólo el Socialismo educa para el Socialismo! ¡Al capitalismo ni tantico así, nada económico, nada político!
¡Con Chávez, Maduro y el Socialismo!

8.5.13

TRANSICIÓN (Miércoles 08-05-2013)


El período de transición al Socialismo es motivo de gran discusión en el campo revolucionario. Muchas son las teorías que allí pugnan, que lo interpretan, lo analizan. De ese campo de batalla surgirán las ideas que guiarán el camino de los procesos de cambio.
El período de transición al Socialismo surge de la realidad, de la toma del poder por movimientos revolucionarios en países de poco desarrollo de las fuerzas productivas, poco desarrollo económico. La teoría no había previsto esta circunstancia, fue elaborada pensando una situación en la que las fuerzas productivas chocaban con las relaciones de producción que las constreñían.
            En esa situación, surgió la pregunta ¿Qué hacer?
Algunos movimientos revolucionarios que tomaron el poder, esclavizados a una interpretación dogmática de los clásicos, entregaron el poder a la burguesía esperando que ellas crearan las “condiciones” para la Revolución, así desperdiciaron las raras oportunidades revolucionarias.
Ese fue el caso del 23 de Enero de 1958 en Venezuela: después de derrocada la dictadura, los revolucionarios entregaron el poder a la burguesía y a sus representantes, sumiendo al país en casi medio siglo de oscuridad.
En la Rusia de 1917, Lenin guió la toma del poder y desde allí la construcción del Socialismo. Formuló la teoría del eslabón más débil, y así dio respuesta a la pregunta: qué hacer cuando los revolucionarios toman el poder en países de poco desarrollo.
Fidel y los guerrilleros toman el poder en Cuba en 1959 y reafirmaron que “el deber de los Revolucionarios es hacer la Revolución”, y emprenden el camino difícil pero hermoso de tomar el cielo por asalto, de devolver al humano su condición de humano.
Aquí en la Revolución Bolivariana, la discusión sobre el tema es intensa, pero no es explícita, se discute con sordina, pero se actúa con presteza.
Es así, los partidarios de la etapa de transición, dirigida, hegemonizada por el capitalismo, difunden poco su teoría, se limitan a exponer la necesidad de una convivencia entre un capitalismo que estimulan, que crean, y un Socialismo que no dejan prosperar, al contrario, lo combaten bajo cuerda.
Sus ideas restauradoras las enmascaran en una suerte de Socialismo Productivo que lleva explícito, que sugiere, que debe ser dirigido por el capitalismo. Las medidas que proponen llevan ese signo.
Por otra parte, los partidarios de una etapa de transición que debe ser construcción de realidad y espiritualidad socialista, entienden que el Socialismo no surge espontáneamente, se debe y se puede construir en el alma y en lo concreto, en la realidad, y que esa debe ser la prioridad del Gobierno Bolivariano, hacia allá deben ir dirigidas las acciones, las medidas, el mensaje.
La Revolución Bolivariana ha avanzado en la espiritualidad, la conexión amorosa entre el Comandante y el pueblo es un pilar fortísimo de la Revolución. Las jornadas de Abril y Diciembre lo demostraron. Ahora es necesario dotar al Socialismo de base material, esa es la tarea. Al contrario, dotar al capitalismo de base material es un crimen de lesa Revolución.
¡Con Chávez, Maduro y el Socialismo!