4.7.09

CERRAR LA BRECHA

El sistema capitalista norteamericano, desde la misma creación de las nacionalidades, ha dominado a la América. La dominación la ha ejercido de variadas formas.
Alguna vez lo hizo a través de “hijos de putas”, como ellos mismos, con desfachatez, denominaban a sus dictadores.
Cuando esa modalidad de dominación se agotó, pasaron, en complicidad con la socialdemocracia, a dominar usando las democracias oligarcas, que se basan en un sistema de elecciones que distraen al pueblo con la ilusión de cambio cada cuatro o cinco años. De esa manera la sociedad vive siempre interesada en elecciones que la fragmentan, en las que sólo pueden triunfar candidatos apoyados por el gran capital, se forma así una estructura de partidos políticos inocuos para el sistema y un pueblo cretinizado en la farándula electoral.
Ese sistema de dominación les funcionó en el continente por más o menos cincuenta años, ahora bien, el sistema presentó una inmensa brecha. Veamos.
En 1998 salió electo Hugo Chávez, un candidato fuera de la subordinación al sistema. Las alarmas sonaron, con él se intentó de todo, desde el halago hasta el golpe, pero nada funcionó, al contrario, el proceso y su líder siguieron radicalizándose: se declaró el carácter Antiimperialista, el carácter Anticapitalista y Socialista de la Revolución Bolivariana.
El ejemplo cundió por el continente, y surgió Evo, y Ortega, y Correa. El cerco de dominación se rompió, ya no era hermético.
Se formó la ALBA, se unieron nuevos países, las simpatías de la América se movieron hacia su propio corazón, el norte sufrió revés.
Pero no se puede herir a una fiera sin esperar enfrentarse a las babas del diablo.
Y el zarpazo vino.
El imperio detectó que la fortaleza de las Revoluciones Pacíficas, que surgían, que llegaban al poder dentro de las elecciones oligarcas, tenían necesidad, sucedían con un líder, que ese era su punto fuerte y también su debilidad, que era hacia él que debían enfilar sus cañones. El objetivo era el líder.
Necesitan cerrar la brecha que se abrió en su sistema de dominación. Tres niveles tienen en este empeño.
Uno, impedir la reelección, a ese primer nivel se enfrenta Zelaya, esa es la explicación de la irritación de la derecha hondureña por la consulta sobre la constituyente, les aterra la remota posibilidad de reelección de Zelaya.
Segundo nivel, golpes de estado, sabotajes, debilitamiento de mil maneras, a ese nivel se enfrentan Evo y Correa.
Tercer nivel, magnicidio, golpe cruento fascista, tipo Pinochet. Este nivel está destinado para el foco central de la desestabilización del sistema de dominación imperial en su patio trasero.
Los gringos piensan que extirpando el foco, la insurgencia quedará debilitada y será posible restaurar su dominación, cerrar la brecha en el muro.
Para nosotros, dos tareas del momento están claras: unidad en torno al líder, defenderlo como garantía de profundizar al Socialismo, única manera de superar las dificultades que padecen los humildes.
Fortalecer nuestro internacionalismo, sólo unidos los pueblos insurgentes podremos enfrentar al imperio.
¡Chávez es Socialismo!
¡Con Chávez todo, sin Chávez Nada!

3.7.09

LOS HALCONES VIENEN DEL NORTE

Un presidente que una madrugada es arrojado en pijamas en el aeropuerto de un país vecino, nos indica que los halcones levantaron vuelo. Y vienen del Norte.
En Honduras despliegan y justifican la estrategia para la América: ya las elecciones no son suficiente muro para contener los cambios revolucionarios y los pueblos consiguen grietas por donde colar su rebeldía.
El ejemplo de Chávez, la Revolución Pacífica, irrumpe en el letargo, levanta al continente y lo hace andar.
El imperio detectó que debe ir contra los líderes de las Revoluciones Pacíficas, así decapitarán los procesos. Lo harán de cualquier forma, impidiendo las reelecciones, con el magnicidio, o por cualquier otro medio.
En el continente se libra una feroz lucha de clases y el centro está en nuestro país, aquí se decide la suerte del continente y de la humanidad.
La oligarquía nacional ya muestra su juego: se pliega a la estrategia imperial y justifica una arremetida golpista contra la Revolución Bolivariana.
Leamos lo que dice el editorial del periódico “El Nacional”, instrumento descarado del golpe que se fragua:
En suma resulta fácil para los venezolanos entender, más no justificar, la desesperación de los hondureños para actuar y quitarse de encima un futuro socialista del siglo XXI que, como ocurre aquí, nada tiene que ver con más democracia, mas participación social o menos corrupción, sino más restricciones, más decretos dictatoriales y más personalismo.
Otro columnista de menor peso dice:
Avergüenza que haya sido una pequeña nación centroamericana la que haya tenido la lucidez y el coraje de ponerle el cascabel al gato: frenar en seco al neo imperialismo bolivariano (…)
Marianela Salazar, vocera oligarca escribe:
Hugo Chávez pudo meterse con sus hombres armados en los asuntos de Honduras ­para imponer los cambios revolucionarios que pretende instaurar en todo el continente­, gracias a la endeblez e indigencia mental de un presidente como Manuel Zelaya.
Queda claro: lo de Honduras es con la intención de truncar el ejemplo de Chávez, frustrar la ola libertaria que arropa al continente. Aquello no es un golpe aislado, es el vuelo tenebroso de los halcones que vienen del norte.
¿Qué hacer?
El imperio, que como decía el Che tiene buen olfato para detectar a sus enemigos, nos da la clave: en estos procesos de Revolución Pacífica los líderes son indispensables, por eso son objetivo del imperio.
Entonces, el primer componente de la resistencia a la ofensiva del norte es la unidad alrededor del líder, debilitar al líder es ponerse al lado de la estrategia del imperio.
El segundo componente es la organización de combate del pueblo y del Partido. Se deben activar ¡ya! los organismos y las directrices para el combate que se avecina.
El tercero es la Movilización del pueblo. Que el enemigo sienta que si se atreve la rebelión se extenderá como polvora por el continente.
¡Chávez!

2.7.09

LEGITIMIDAD

¿Cuándo un proceso político es legítimo? ¿Cuándo tiene legitimidad?
La pregunta es muy importante, y más importante aún es su respuesta, de ella dependerá el soporte de las acciones políticas.
El asunto ha tomado mucho auge con los últimos acontecimientos en Honduras.
De allí surgen muchas preguntas: ¿Por qué y para quién el 19 de abril de 1810 fue legítimo? ¿La Rebelión de José Leonardo Chirino, fue legítima? ¿Por qué el golpe del Coronel Hugo Trejo fue ilegítimo? ¿Y el Golpe del 23 de Enero fue legítimo? ¿Por qué y para quién el 4 de febrero fue ilegítimo, y para quién fecha memorable? ¿Por qué el golpe contra Zelaya es ilegítimo para nosotros, y legítimo para los escuálidos del continente?
¿Cómo entender el problema? ¿Cuál es la respuesta? ¿Dónde ubicarse?
Lo primero que salta a la vista es que la legitimidad de un suceso político trasciende al hecho. La legitimidad depende del momento histórico y de los intereses de clase que allí se disputen, de los intereses que lo motoricen.
Los eventos que obedecen a los intereses de clases revolucionarios, los que intenten superar al capitalismo, siempre estarán impregnados de futuro, de redención, de vida, y siempre serán legítimos…para nosotros.
Los acontecimientos que obedecen a los intereses de las clases capitalistas, los que intenten mantener al capitalismo, siempre estarán impregnados de pasado, de dominación de una mayoría por una minoría, de desprecio a la vida, y siempre serán ilegítimos… para nosotros.
Es desde este punto de vista que debemos juzgar los movimientos políticos.
Así, a Zelaya lo defendemos, más allá de las formalidades leguleyas, porque es un gobernante al lado del futuro, forma parte del ALBA, de los cambios revolucionarios en el continente, de lo mejor de su pueblo, he allí su legitimidad.
El 4-F es legítimo porque fue movimiento de futuro contra el sistema de miseria espiritual y material que mantenía el pacto de Punto Fijo en coyunta con las oligarquías internacionales.
El 4-F fue un movimiento ubicado al lado de los humildes, continuador de la gran batalla que estos pueblos libran desde la fundación de la nacionalidad, continuador de Bolívar, Zamora, Fabricio. He allí su legitimidad.
Carmona fue ilegítimo porque atentó contra el camino de redención que el pueblo emprendió con la Revolución Bolivariana.
Ahora bien, legítimo no significa que es viable, puede ser legítimo, justo, como el Moncada o el 4f, y ser “derrotado”.
La viabilidad de lo legítimo la da la fuerza, y la fuerza de las revoluciones la confiere el pueblo organizado, movilizado, conciente. En eso consiste la Revolución, en cubrir de pueblo las ideas justas, al Socialismo.
Esa es la tarea principal de esta Revolución nuestra: organizar y movilizar al pueblo, hacerlo conciente y capaz de sostener la posibilidad revolucionaria.
Sólo un pueblo organizado y movilizado tiene la fuerza que hace viable lo legítimo. Pueblo desorganizado, actuando sin dirección, de forma espontánea, es débil y sus energías se disipan posponiendo sus triunfos.
¡La viabilidad del Socialismo la da el Pueblo, Organizado, Movilizado y Conciente!
¡Chávez es Socialismo!

1.7.09

PAISAJE ESPIRITUAL

Todo sistema social tiene un espíritu, dentro de esos límites se mueve la sociedad y los individuos, transcenderlo es revolucionario, o mejor, transcenderlo es la esencia de la Revolución. Es allí la batalla. Veamos.
Lo primero es precisar el terreno donde sucede la batalla.
La cultura de las clases dominantes tiene como objetivo formar un hombre incapaz de insurgir en contra de la dominación. Con tal profundidad instalan en el alma del dominado la cultura de la dominación, que éste es incapaz de pensar, de sentir, de actuar, fuera de los límites de la sumisión a esa cultura.
Es así, en momento de tomar decisiones de ruptura, de aceptarlas, se impone el espíritu oligarca que habita a pueblos y a individuos. Hasta los insurgentes tienden a resolver los dilemas con las reglas, dentro de los límites de la dominación oligarca.
De allí que la Revolución sea un proceso de derrumbamiento del paisaje oligarca, el que acecha afuera y el agazapado dentro de nosotros mismos, muchas veces disimulado, pero siempre evitando dar el salto revolucionario, siempre manteniéndonos dentro de sus límites.
Este peligro es mayor en las revoluciones pacíficas, donde los límites se confunden. Los revolucionarios se pueden ilusionar por las derrotas que han infringido al enemigo oligarca, y en esta alegría olvidan que todavía están en terrenos donde la dominación cultural está intacta: atrapados en el mismo paisaje, los mismos límites, el mismo escenario, con las cadenas y los dardos instalados en el inconciente de los dominados, listos para entrar en acción.
Cuando la Revolución obtiene triunfos dentro de la cultura oligarca, en realidad lo que conquista es la oportunidad, el tiempo para romper las cadenas culturales y psíquicas de la dominación. Estas preparan el escenario, inhiben a la base social de la Revolución, no la dejan actuar en los momentos decisivos.
Entonces los triunfos reales, importantes de la Revolución, son los cambios de conciencia, de cultura, de psiquis, del espíritu de su masa de apoyo. Los demás éxitos son importantes, pero transitorios.
Esta es la clave y el reto para el triunfo de la Revolución: cómo sustituir, con el espíritu de la Revolución Pacífica, el paisaje de la sumisión.
Uno de los componentes para esa sustitución es la presencia del líder, cuya imagen y ejemplo, conectado con lo profundo del alma de la masa, sirve de vehículo a los nuevos valores, al nuevo espíritu, a la construcción del nuevo paisaje.
El otro componente es la Movilización.
El pueblo tiene en la movilización uno de los más importantes instrumentos de aprendizaje de actuación fraterna, de caldeamiento del espíritu socialista, de acumulación para la construcción de un nuevo cuadro. La Movilización debe ser organizada y permanente.
Dejar la movilización popular a la espontaneidad es desarmar de antemano al pueblo frente a la agresión oligarca. Es una concesión imperdonable a las ideologías fantasiosas, y una vía segura para la derrota. La respuesta espontánea es, en el mejor de los casos, táctica, carece de profundidad estratégica.
¡Chávez es Socialismo!

30.6.09

¿ES POSIBLE LA REVOLUCIÓN PACÍFICA?

No sabemos si es posible, de lo que si estamos seguros es que la Revolución es imprescindible para la sobrevivencia de la vida planetaria, y que si se consiguiera hacer pacíficamente muchos dolores se ahorrarían al género humano.
De todo esto surge una pregunta:
¿De quién depende el carácter pacífico de la Revolución?
La Revolución es un enfrentamiento entre dos grandes bloques sociales: el terreno de la confrontación, el carácter de la contienda, depende de la intención de cada uno de los bloques. Veamos.
Los revolucionarios han dado muestras de querer hacer los cambios revolucionarios por la senda de la paz, Allende y Chávez son ejemplo.
La reacción de las oligarquías ha sido cruenta, de Allende salió Pinochet. Y la propuesta pacífica del Comandante Chávez produjo en el campo oligarca golpes, intentos de magnicidio, sabotajes, sin tregua.
La respuesta a la pregunta, de quién depende el carácter pacífico de la Revolución, está clara en la historia: el carácter violento de la Revolución surge de la oligarquía, no de los Revolucionarios.
Las oligarquías no toleran la mínima discrepancia, el Presidente Zelaya es un ejemplo. La oligarquía no le perdonó que se diera la mano con Chávez y sonriera a Cuba, buscaron una excusa y lo pusieron en pijama en país vecino.
Mucho menos toleran a Chávez, o a Evo, que caminan hacia cambios profundos en el alma y la economía de estos pueblos.
¿Qué hacer?
La experiencia histórica nos dice que en las Revoluciones Pacíficas, la oligarquía, tiene la ventaja de la iniciativa para saltar la legalidad a su conveniencia, y la Revolución tiene la desventaja de tener que permanecer dentro de una legalidad burguesa, heredada.
De esta manera, las oligarquías, amparadas en su legalidad, pueden construir agresiones y derrocar a la Revolución Pacífica, que se mantiene armada, pero maniatada frente a la agresión.
Esta es una de las debilidades más importantes de las Revoluciones Pacíficas. De allí parten las agresiones y los condicionamientos mentales que fabrican los medios.
Siendo así, la Revolución Pacífica presenta dos períodos. Uno de calma, en el cual la oligarquía ensaya triunfos dentro de la legalidad, electorales, y simultáneamente construye eventos cruentos. Y otro período de desarrollo de estos eventos cruentos.
Esta es la dinámica del enfrentamiento pacífico: períodos de calma y períodos de desarrollo cruento.
La Revolución debe avanzar en los períodos en que la oligarquía se mantiene en la legalidad, tomar acciones económicas, políticas, sociales, que conduzcan hacia el fortalecimiento del Socialismo, que provean a la masa de razones sagradas por las que luchar.
Y en los períodos de desarrollo del plan cruento de la oligarquía, decretar Excepción Revolucionaria para avanzar con más rapidez, derrotar la impunidad, impedir que regresen a su legalidad.
En los dos períodos es indispensable la movilización popular. Las masas deben organizarse. Tener líneas de mando clara, dirección definida. Conciencia, organización, movilización, son la clave para la Revolución, en su períodos pacífico y violento.
¡Chávez es Socialismo!

29.6.09

LA PELEA EN SU SITIO

Si una Revolución es verdadera tarde o temprano debe dar su batalla definitiva en el y con el trabajo. Entonces los trabajadores serán los protagonistas principales.
Esta Revolución Bolivariana en su avance ha llegado a esa frontera de su madurez. Ahora la lucha se presenta en el terreno de la propiedad de los medios de producción.
El Gobierno Revolucionario, protegiendo los intereses de las grandes mayorías desposeídas, se encontró frente a una realidad: el capital no admite controles, el capital busca siempre cumplir su naturaleza, crecer aun a costa de las mayores crueldades.
Frente a esta realidad, frente a la voracidad insaciable del capital, el gobierno ha hecho lo que hay que hacer: pasar a Propiedad Social lo que en manos de los antisociales estaba perjudicando a todos.
Es así que se socializan fábricas y se insiste en el intento de control de otros niveles de la economía.
Esto significa que el interés de toda la sociedad choca con el interés de los antisociales, o mejor, ahora se evidencia claramente que esos intereses siempre han sido contrapuestos, y está claro de qué lado está el Gobierno Revolucionario, del lado de los desposeídos, del de la gran mayoría de la sociedad.
Ahora bien, los oligarcas, los burgueses antisociales, cuando ven en peligro su sistema de privilegios groseros y creador de miseria para las grandes mayorías, activan sus mecanismos de defensa. Es así que incitan a los trabajadores a participar en la lucha entre la sociedad y los antisociales, colocándose del lado de sus enemigos naturales, los burgueses y oligarcas.
En complicidad con algunos dirigentes estimulan la voracidad inconciente en la discusión de los contratos colectivos, intentan crear perturbaciones sociales en donde apoyar sus planes de derrocar al Comandante y a la Revolución.
Esperan que la crisis global no sea comprendida por los trabajadores y arremetan contra el Gobierno Revolucionario. Hacen planes contando con el apoyo de los trabajadores, piensan que estos se pondrán del lado de sus verdugos, de los oligarcas burgueses.
El dilema para los trabajadores está claro: se colocan al lado del proceso de Revolución, de la construcción de una sociedad que acabe con la apropiación del trabajo por parte de una minoría, del lado de la liberación de toda la sociedad, del camino de la construcción de un mundo viable y feliz, de la grandeza de cumplir con su papel histórico, o se colocan, por buscar algunas mezquinas migajas materiales, del lado de los expropiadores de la Esperanza, de los oligarcas que se enriquecen a costa del sufrimiento y cosificación del resto de la sociedad.
La batalla está en su sitio, en manos de los trabajadores está la oportunidad de dar un gran impulso a la Revolución, pasar a la historia como un ejemplo para el mundo, reeditar las gloriosas jornadas de la independencia, o ser conocidos como el pueblo que quiso ser libre, construirse humano, pero no contó con el apoyo, la comprensión de sus trabajadores.
¡Socialismo es Humanismo!
¡Chávez es Socialismo!

28.6.09

¿QUÉ DECIDE?

La discusión está más viva que nunca. Eso es bueno, se discute a borbotones, de todo, con orden y con desorden, de verdades y de mentiras. Las posiciones se mueven, algunos tocan retirada, otros cavan laberintos, otros usan técnicas aprendidas en canales enemigos.
No podía ser de otra manera, la discusión cuando se trata del destino de los pueblos y de la humanidad, es así, turbulenta.
Pero en esta situación y con ánimo de avanzar, debemos hacernos una pregunta:
¿Qué decide lo que se discute?
Los clásicos dicen que se trata de transformar al mundo, quieren decir: las discusiones son muy importantes, pero será la práctica la que decidirá en última instancia.
Entonces debemos hacernos la pregunta:
¿Cuál es la confrontación en la práctica?
En Venezuela hoy la confrontación es entre dos zonas, la Socialista y la capitalista. Es allí, en esa práctica que se decidirá la contienda, la discusión. Veamos.
La Zona Socialista en los últimos tiempos ha adquirido entidad, personalidad, ha traspasado el ámbito económico petrolero y se ha ensanchado en la conciencia y en la economía.
Esta Zona Socialista se fortalece e inevitablemente choca con la Zona Capitalista, el enfrentamiento sucede en todos los frentes:
El económico, aquí el capitalismo pone trabas para el funcionamiento de las fábricas socialistas, limitaciones en el mercado, reclama patente, bombardea propaganda, y ejecuta tracalerías propias del mundo capitalista.
El político, el campo capitalista intenta hacerse del poder político para desde allí ahogar al Socialismo.
En lo ideológico, conocidas son las campañas abiertas en la que los instrumentos de la oligarquía, como el CEDICE, pero también las televisoras y la prensa, inundan el alma de la sociedad, meten miedo, hablan en contra de la Propiedad Social de los Medios de Producción, manipulan, deforman la realidad, inventan leyes, difunden rumores.
La Zona Socialista, los obreros de esta zona, deben dar respuesta en todos estos frentes. Es fácil deducir que dependerá de esa respuesta el éxito del Socialismo en el enfrentamiento con el capitalismo. Cómo fortalecer la Zona Socialista, debe ser el centro de la discusión y de la práctica de los Revolucionarios.
Las fábricas de la Zona Socialista, deben ser eficaces, en todos los campos, en la producción y también en el combate ideológico y político.
Para eso es importantísimo que estén integradas, que en contraste con el capitalismo, funcionen como una zona solidaria y no competitiva.
En la Zona Socialista es necesaria una organización y una formación especial. Allí debe organizarse y educar a los obreros de tal manera que entiendan la necesidad de producir con eficiencia, sentir y entender que la defensa y la construcción del Socialismo es la tarea más importante de la Clase Obrera. Y esa construcción se inicia en el fortalecimiento de la Zona Socialista, embrión del Socialismo.
De allí que cada fábrica de la Zona Socialista debe ser escuela para sus trabajadores y para la sociedad. Debe ser ariete en la lucha contra el capitalismo.
¡Zona Socialista Amanecer de Socialismo!
¡Chávez es Socialismo!