19.11.11

LA DIFERENCIA (Sábado 19-11-2011)

Llegaron las elecciones y se activó el festival de ofertas electorales. Los escuálidos, desde la irresponsabilidad que otorga el no tener que cumplir, prometen de todo, hasta la grosería de llevar a Chávez a una corte internacional burguesa, como si eso fuera tan fácil, como si eso no tuviera consecuencias. Si se meten con el Comandante, se meten con todo un pueblo, y ya hoy no se repetirá San Pedro Alejandrino.


Si tocan al Comandante la ira de los humildes acumulada desde la Convención de Ocaña, desde el San Carlos de Zamora, desde el asesinato de Fabricio y Américo Silva, desde la Cosiata valenciana, esa ira contenida se volverá huracán y, de los privilegios mantuanos, oligarcas, burgueses, no quedará piedra sobre piedra ¡Nada!

Queda claro, todos ofrecen villas y castillos, pero el que promete decapitar a Chávez es el que suma el apoyo del odio fascista, sediento de venganza contra los humildes que rescatan su dignidad. Queda claro, las elecciones de octubre son una batalla contra la oligarquía, la misma que asesinó al Libertador, esa que no tolera que nadie la prive de sus privilegios.

Esa es una primera y fundamental diferencia, tras las ofertas de ellos se esconde el odio contra el pueblo encarnado en Chávez, su odio contra el Chavismo. Su campaña, en el fondo, es dirigida por el tremendo odio que la oligarquía tiene por los humildes.

Una segunda diferencia es que ellos prometen mucho pero seguirán con el mismo plan de hace un siglo, entregarán PDVSA a los gringos, la privatizarán, regalarán el petróleo al imperio, fracturarán a la OPEP, se apropiarán de las migajas, y para los humildes sólo quedará miseria espiritual y material.

Así, sus ofertas son fraudulentas, pero además, en el mejor de los casos, si las sobras, los detritos, en algún momento les alcanzaren, si pudieran cumplir algún ofrecimiento, será un engaño, se esfumará en la lógica satánica del capitalismo.

La actitud del Gobierno Revolucionario es totalmente diferente, y esa es su fortaleza: la Revolución trabaja para subsanar la deuda social generada por el capitalismo (que hoy defiende la mesa) y simultáneamente cambiar las relaciones sociales y económicas que produjeron esa deuda. Es decir, el Gobierno Revolucionario va a las causas de los problemas, rompe el círculo perverso del saqueo de la riqueza social y de promesas incumplidas, ese engaño que nos mantuvo en la miseria durante un siglo.

La Revolución es un inmenso y heroico esfuerzo por superar la lógica del capitalismo que necesariamente produce miseria para las grandes mayorías, al tiempo que acumula riqueza para la minoría de capitalistas.

Es así, la Revolución propone una nueva vida, una relación entre los humanos, el único camino hacia la mayor suma de felicidad posible, la dignificación de todos: ofrece el Socialismo. Sólo la Revolución puede construirlo y está haciendo realidad esta promesa.

Los escuálidos al no poder ir contra el capitalismo no pueden cacarear otra cosa que las mismas mentiras que han vociferado durante siglos de su dominación.

¡Con Chávez!

18.11.11

SÓLO UNA COSA ES SEGURA (Viernes 18-11-2011)

El imperio estrecha el cerco a la Revolución Bolivariana. Las declaraciones de Brownfield, de la señora Roberta Jacobson, vocera del departamento de estado gringo, las incitaciones de noriega al golpe, recordemos que este último es un vocero oficioso del Departamento de Estado gringo, encargado de las declaraciones sucias. Este cuadro que ya insinuaba agresión se empeora aún más con la reciente incursión del submarino nuclear. Son señales claras del despliegue de un plan ofensivo de los gringos.


Todavía no sabemos cuál será el camino que tomará la agresión. Varias son las opciones:

Una, pueden seguir el esquema Nicaragua, allá asociaron a los sandinistas con el desastre, crearon una imagen de guerra, de caos, recordemos que construyeron una contrarrevolución armada que mantuvo en jaque a Nicaragua y forzó la perdida de las elecciones del Comandante Ortega.

Es posible que esas declaraciones, esas acciones tengan la intención de crear un clima que favorezca a la oposición, que asimilarían a la paz.

La segunda posibilidad es que se trate de una verdadera agresión armada, con las variantes Libia, o tipo cirugía panameña, o Haití, recordemos lo que hicieron con los Presidentes Noriega y Aristide. También puede ser un intento de golpe de estado tradicional, Allende siempre nos alerta, nunca olvidemos abril.

El cuadro es confuso. Sin embargo, sólo una cosa es segura: sea cual sea la opción que el imperio y sus lacayos tomen, Sólo el Comandante Chávez y la Revolución Bolivariana garantizan la paz verdadera y duradera en nuestro país.

Es mentira que existan otras opciones para mantener la paz y entre nosotros, que nadie se llame a engaño, que nadie se deje manipular por los planes gringos. Sin Chávez y sin la Revolución vendría el torbellino de unos humildes que se defienden, que resisten a los embates de una oligarquía internacional esquizofrénica y voraz que condena los pueblos a la miseria espiritual y material.

Allí, está Colombia, un país que tiene los más altos índices de desigualdad social, altos niveles de violencia y una guerra civil que dada la crueldad de la oligarquía colombiana, no da señales de terminar.

Allí está México y su TLC, con altísimos índices de violencia, mafias del narcotráfico dueñas de amplios territorios, una guerra de la delincuencia organizada con armamento suministrado por los gringos, que se enfrentan al Estado. La situación en Guatemala, el Salvador no es mejor.

Allí está Chile, con un régimen capitalista que ahoga a los humildes y genera protestas de obreros, estudiantes, indígenas, es un país donde la conmoción social ya rebasa a las manipulaciones de los pactos entre políticos de baja monta.

Es así, sólo el Comandante y la Revolución garantizan la paz, los candidatos lacayos de la mesa de la derecha, los planes gringos, sean cuales sean son camino a la guerra, a la miseria espiritual y material.

¡Chávez es la Paz!

17.11.11

LA CULTURA DE LA CRÍTICA (Jueves 17-11-2011)

Podríamos decir que la Revolución tiene como uno de sus rasgos fundamentales, un cambio profundo en la cultura de la crítica.

Es así, la manera como nos comportemos frente a la crítica tendrá mucho que ver con la capacidad de una Revolución de robustecerse, de renovarse, de avanzar, de no perder el rumbo, en pocas palabras, de existir.

Las clases dominantes han hecho de la crítica una agresión, una ofensa, de esa manera protegen, blindan su hegemonía ideológica: lo que no se critica no se puede cambiar, permanece incólume. Han instaurado la idea de que criticar es una agresión, un ataque de enemigos, su lema es: "quien me critica es mi enemigo". De esa manera, la crítica ofende, y así se usa.

La Revolución debe instaurar una nueva cultura de la crítica, en eso, sin exageración, le va la vida, de eso depende su capacidad de evolucionar, y sabemos que proceso que no evolucione, que no se enriquezca con el debate de las ideas irremediablemente perece. Ahora bien, el debate, el cuerpo a cuerpo de los argumentos, no es un ballet al compás de un vals vienés, se trata de un fortísimo choque de argumentos expuestos por fieles militantes de la Revolución.

Esa es una de las características de la crítica, es un fuerte encontronazo teórico entre militantes de una misma causa, que tiene como único y sagrado fin, mejorar ese proceso, ajustar el rumbo. Cuando en encuentro de los argumentos deja de tener esa cualidad, entonces es batalla entre adversarios, no es crítica es ataque, y paradójicamente este ataque con frecuencia adquiere la forma de la lisonja que presagia una traición.

Las Revoluciones que no han sabido tratar a la crítica han fracasado. Pensemos en la Unión Soviética, y en cuanto le debe aquella derrota a un mal manejo de la crítica, al uso del fusilamiento, físico y moral, como argumento final. Recordemos a Trotsky.

A Dios gracias esta Revolución Bolivariana tiene una buena relación con la crítica, si alguna falta puede imputársele es la de haber exagerado hacia el perdón, hacia la magnanimidad, y esa falta, si es que la podemos considerar falta, se ve compensada por ser un ejercicio de amor, y los actos amorosos dispensan cualquier otra consideración.

Es así, se tiene una buena relación con la crítica, sin embargo, es necesario construir una cultura de la crítica, presentar batalla a la cultura de la dominación, aprender a usar los argumentos, superar las anécdotas, sustituir la crítica como agresión por la crítica como manifestación de amor.

Sospechar de quien no critique, de quien todo le parezca bueno, sospechar de la lisonja unánime y extendida. Pensar primero en las fallas, en los errores, todo sostenido en argumentos, lejos de la personalización, luego ir a lo bueno.

Podemos concluir que una Revolución tendrá la calidad que tenga su crítica. Si la crítica está arrinconada, si es de baja ralea, si se confunde con el chisme, la zancadilla, si produce retaliación, esa Revolución está destinada al fracaso.

¡Criticar es amar!

14.11.11

¿CUÁNTO CABE EN UNA TRANSICIÓN? (Lunes 14-11-2011)

Hay conceptos que por el mal uso se transforman en una especie de comodín, útil para salir airosos de cualquier dificultad teórica o práctica. Uno de esos conceptos es "inventamos o erramos", otro es "en construcción". Con esos "comodines" se han deslizado muchas fábulas y se ha evitado el rigor del estudio y del pensamiento.


Sin embargo, hay un comodín que les gana a todos: "la transición". Este comodín tiene el aroma de la profundidad teórica, se lanza y atrás viene la cita de Gramsci, de esta manera está decorada la escena para sostener cualquier barbaridad.

Así, la alianza con el capitalismo se justifica con la "transición". Estimular las empresas capitalistas es la "transición". No se hacen los cambios, "transición". Mejor comodín imposible, se usa y, como varita mágica, todo se explica. En la "transición" cabe todo. El uso perverso del concepto trae un problema y una exigencia.

La transición existe, es necesaria, la impone la realidad. La dificultad es diferenciar la verdadera transición de la transición que evade, de qué manera la identificamos, cómo nos movemos en ella. Veamos.

La transición es esa zona donde, como dijo Gramsci: "Lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer", y añade que son momentos de claroscuro donde pueden renacer monstruos. Deducimos que la transición no es una zona de tranquilidad, donde lo que hagamos calza bien, ¡No!, al contrario, es un territorio de feroz lucha de clases, de profunda lucha ideológica.

Siendo así, la preparación teórica, el estudio de la realidad, son indispensables para el éxito revolucionario en la transición. En otras palabras, en la transición la Revolución puede salir derrotada.

De todo esto surgen unas preguntas que nos guían ¿Cómo saber si en la transición vamos bien? ¿Cuál es la meta? ¿Hacia dónde vamos?

Lo primero, es entender que la transición es una violenta pugna de tendencias. La contrarrevolución, en todas sus versiones, lucha por imponer su lógica, sus valores, sus principios políticos y económicos, y la Revolución batalla por superar la cultura del capitalismo, de la contrarrevolución.

Allí está la medida de lo acertado del camino de la Revolución. Si las medidas que tomamos benefician, estimulan los valores de lo viejo, vamos mal, por el contrario, si benefician la ética, la cultura del Socialismo vamos bien.

De allí que para navegar con éxito en la transición es indispensable conocer hacia dónde vamos, cuál es el objetivo de la Revolución. La tarea no es fácil, las diversas respuestas evidenciarán la feroz lucha interna.

Los reformistas no tienen respuestas claras a estas preguntas, prefieren refugiarse en comodines, imputar la imprecisión a la "transición", morderse la cola, diluirse en generalidades.


La confusión de metas ayuda a la oligarquía, el espontaneísmo termina siempre reproduciendo lo viejo. Los revolucionarios debemos establecer claramente el objetivo, sólo así el camino adquirirá sentido, podrá ser evaluado, corregido, y sólo así podremos pensar en el triunfo sobre la tendencia contrarrevolucionaria.


¡Sin Chávez no hay Socialismo, Sin Socialismo no hay Chávez!

13.11.11

EL ALMA DE LAS ELECCIONES CAPITALISTAS (Domingo 13-11-2011)

El alma de las elecciones capitalistas es el capitalismo, y el alma de las elecciones capitalistas en Venezuela es el capitalismo rentista petrolero.

Desde la llegada de la Revolución , en las elecciones capitalistas se agudiza la confrontación entre la visión colonial, dependiente del capitalismo, que era absolutamente hegemónica, y la visión Revolucionaria, rebelde, heredera de los próceres. Veamos.

El coloniaje ha construido una elección en que el candidato es una mercancía y el voto es el medio de cambio. Así, el lema que podía resumir a las elecciones burguesas sería: "¿te doy el voto a cambio de qué?" De esta manera las elecciones eran un torneo de ofrecimientos y promesas que cada vez eran más absurdas, y de dádivas que cada vez eran más groseras.

En este torneo las ideas, los argumentos, los proyectos, eran suplantados por el marketing y la propaganda manipuladora. Las elecciones se evidenciaban como una transacción de compra venta, se compraban conciencias, se vendían candidatos.

Eran un "Sábado Sensacional" que duraba un año. Los ataques eran la atracción del día, la gente buscaba los noticieros para ver las trastadas de los candidatos. Todo transcurría en la superficie, en lo trivial. Así se construyó una tradición aberrante como un cerrojo que nos niega el pase al futuro.

Este año que viene vamos nuevamente a las elecciones, venimos de varias que, sin duda, han mermado la fuerza de la Revolución , no es fácil pasar impoluto por el tamiz electoral de las elecciones burguesas.

Hay dos formas de enfrentar estas elecciones: Una, caemos en la tentación de "usar las armas melladas" de la visión petrolera. O corremos el riesgo de dar a las elecciones contenido político, discusión, planteamientos rigurosos, explicaciones del futuro que soñamos.

En el primer caso, si usamos las armas melladas de la visión petrolera, si pensamos que nos apoyan porque damos casas, o neveras, tal como ya lo proclaman algunos de nuestros líderes, entonces estaremos colocando la batalla en territorio enemigo, allí llevamos desventaja, estamos estimulando valores capitalistas, rentistas, y construyendo apoyo estratégico para los oligarcas. Formas de ver el mundo que favorecen al sistema capitalista, estaremos criando cuervos que con facilidad se irán tras la ilusión de una tarjeta mercenaria sacada de la manga a última hora.

Es necesario pagar la deuda social, es obligatorio, pero también crear conciencia revolucionaría, es ésta la que sostendrá a la Revolución.

Toda acción de nuestros dirigentes debe ser una cátedra de política revolucionaria. La Política debe ocupar el lugar que hoy ocupa lo trivial, debemos explicar hacia dónde vamos, cuál es nuestro proyecto, cómo es el mundo que soñamos, explicar que el mundo de las cosas no puede dominar al mundo del humano. Gritar con Fe que sólo el Socialismo Verdadero, antiimperialista y anticapitalista, podrá construir ese mundo. De esa forma estaremos batallando en nuestro terreno, y la victoria será segura. El capitalismo no puede ganar nunca al Socialismo… Cuando este es explicado con Fe, con pasión.

¡Con Chávez y con el Socialismo Venceremos!