El fin central de una Revolución socialista es integrar el organismo social que el Capitalismo ha fragmentado, es devolver al hombre su condición de ser social y rescatarlo “de las heladas aguas del cálculo egoísta”. En esta tarea uno de los pasos fundamentales es la organización social, de ella depende el éxito del empeño integrador. De allí que es importante discutir lo que se hace hoy con el Poder Popular y evaluar si de verdad integra a la sociedad, si derrota la fragmentación. Veamos.
Según está establecido en la reciente Ley de los Concejos Comunales, éstos son organismos que tienen como universo a la comunidad. Allí se encargan de planificar, administrar, etc., los proyectos producidos por la comunidad en su propio beneficio. Aparentemente son instancias de Poder Popular, eso se piensa y eso se dice. Nosotros, contracorriente, sostenemos que: tal como están planificados, son lo contrario, son instancias que reafirman la fragmentación de la sociedad producida por el Capitalismo. Explicamos.
Los Concejos Comunales, aisladamente, sin correspondientes organizativos nacionales, regionales y municipales, sin instancias organizativas políticas, son unidades desintegradoras sociales, que fomentan la cultura del egoísmo, ya que reducen las miras y las preocupaciones de la población sólo a su entorno y, dentro del entorno, a lo económico. No estamos diciendo que son malos, decimos que sin otros complementos de organización social, actúan como agentes disociadores de la conciencia. ¿Entonces, qué hacer?
Es urgente construir los complementos de esos Concejos Comunales: primero, instancias de coordinación municipal, estadal y nacional, electos desde las comunidades, escalonadamente hasta la instancia nacional.
Segundo, y no menos importante, es necesario hacer la organización política de la sociedad, que debe tener la misma estructura que proponemos para los Concejos Comunales, pero diferentes objetivos y diferentes funciones. Serán funciones de formación política, de referencia moral, de reunir a los mejores. Los miembros de esta organización política revolucionaria, serán los últimos a la hora de los privilegios, y los primeros a la hora del deber y del sacrificio. Dicho en pocas palabras, la organización política revolucionaria será territorio para la formación del hombre nuevo. Esta organización es imprescindible para que los Concejos Comunales no se transformen en reproductores de la conciencia capitalista. Es bueno recordar que la república oligarca no temía a la organización aislada de las comunidades, allí están las Asociaciones de Vecinos. La cuarta temía a la integración de la sociedad.
Sólo así, sociedad organizada, política y administrativamente, de forma vertical, de abajo hacia arriba, hasta llegar a lo nacional, y de forma horizontal en todos los núcleos sociales, no sólo comunidades, sino también fábricas, colegios, universidades, centros de trabajo, etc., sólo así, estaremos dando un paso definitivo para la integración de la sociedad, y yendo decididamente rumbo al Socialismo.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
Según está establecido en la reciente Ley de los Concejos Comunales, éstos son organismos que tienen como universo a la comunidad. Allí se encargan de planificar, administrar, etc., los proyectos producidos por la comunidad en su propio beneficio. Aparentemente son instancias de Poder Popular, eso se piensa y eso se dice. Nosotros, contracorriente, sostenemos que: tal como están planificados, son lo contrario, son instancias que reafirman la fragmentación de la sociedad producida por el Capitalismo. Explicamos.
Los Concejos Comunales, aisladamente, sin correspondientes organizativos nacionales, regionales y municipales, sin instancias organizativas políticas, son unidades desintegradoras sociales, que fomentan la cultura del egoísmo, ya que reducen las miras y las preocupaciones de la población sólo a su entorno y, dentro del entorno, a lo económico. No estamos diciendo que son malos, decimos que sin otros complementos de organización social, actúan como agentes disociadores de la conciencia. ¿Entonces, qué hacer?
Es urgente construir los complementos de esos Concejos Comunales: primero, instancias de coordinación municipal, estadal y nacional, electos desde las comunidades, escalonadamente hasta la instancia nacional.
Segundo, y no menos importante, es necesario hacer la organización política de la sociedad, que debe tener la misma estructura que proponemos para los Concejos Comunales, pero diferentes objetivos y diferentes funciones. Serán funciones de formación política, de referencia moral, de reunir a los mejores. Los miembros de esta organización política revolucionaria, serán los últimos a la hora de los privilegios, y los primeros a la hora del deber y del sacrificio. Dicho en pocas palabras, la organización política revolucionaria será territorio para la formación del hombre nuevo. Esta organización es imprescindible para que los Concejos Comunales no se transformen en reproductores de la conciencia capitalista. Es bueno recordar que la república oligarca no temía a la organización aislada de las comunidades, allí están las Asociaciones de Vecinos. La cuarta temía a la integración de la sociedad.
Sólo así, sociedad organizada, política y administrativamente, de forma vertical, de abajo hacia arriba, hasta llegar a lo nacional, y de forma horizontal en todos los núcleos sociales, no sólo comunidades, sino también fábricas, colegios, universidades, centros de trabajo, etc., sólo así, estaremos dando un paso definitivo para la integración de la sociedad, y yendo decididamente rumbo al Socialismo.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es socialismo!
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