20.7.06

EL VACÍO

En las sociedades no existe el vacío ideológico, sólo existen fuerzas cuyas tensiones producen el devenir histórico. En política, por ser el reflejo sublime de la sociedad, tampoco existen vacíos ideológicos, sólo existen sustituciones. Veamos.
Las ideologías luchan por ser hegemónicas en la conducción de la sociedad. Esta lucha es perenne, siempre sucede. Cuando una ideología es desplazada no deja un vacío, su lugar lo ocupa una ideología emergente, se dice entonces que ha ocurrido una Revolución. Esta sustitución de ideologías viene siempre precedida por un período de profunda turbulencia, es cuando la hegemonía no está definida y se abre una fase donde tienen cabida ideologías subalternas que empañan la verdadera confrontación, por eso impiden adquirir conciencia revolucionaria y en última instancia favorecen la permanencia de las ideologías reaccionarias.
En Venezuela vivimos un proceso de turbulencia ideológica que exige ahondar la Revolución para no dejar un peligroso vacío. La Revolución Bolivariana llevó al país a niveles nunca vistos de evolución social, el pueblo está en la calle, la Revolución despertó un gigante y debe conducir esa energía social hacia caminos de redención, hacia la construcción del Socialismo. Hoy en el país hay condiciones como nunca para avanzar con éxito en ese camino, el Comandante Chávez, los logros espirituales y materiales alcanzados, nos confirman esa posibilidad.
Sin embargo, si la Revolución se descuida, si no mostramos claramente y en todos los campos la nueva cultura, la nueva ética, si no nos diferenciamos del pasado, en ese caso estaremos corriendo peligro de dejar vacíos que serán llenados por ideologías subalternas incubadoras de fascismo.
Las señales del vacío están aquí: en la prensa notician de unos grupos de encapuchados armados, con más metal que ideas, que toman sectores de la ciudad y allí establecen ley. Esa ya es una señal de peligroso vacío. Pero, y más peligroso aún que ese absurdo, es que esa desviación intolerable no tenga respuesta del lado nuestro, del lado de la Revolución, es indicio inequívoco de que no entendemos la magnitud del peligro de la ausencia ideológica.
La Revolución no puede desgastarse sólo dando respuestas a Sumate y a los candidatos flojitos, eso sería llevar al país a un peligroso “cretinismo electoral”. La Revolución tiene que fortalecerse en la lucha ideológica, en la batalla contra las ideas y las acciones que empañan el camino hacia el Socialismo, y que, sin duda, al desvirtuar la ética y la moral de los revolucionarios, nos debilitan frente a las grandes batallas que nos plantea el imperio. Es deber de los revolucionarios denunciar los gérmenes fascistas que se incuban a la sombra de una retórica pseudorevolucionaria.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es socialista!

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