Los oportunistas son de gran utilidad política, nos referimos a los oportunistas expertos, a los que olfatean la oportunidad y se deslizan prestos a ubicarse donde les es más provechoso, y donde menos riesgos corren. De oportunistas está llena la historia venezolana, recordemos aquel político que servía de termómetro para saber quién ganaría las elecciones: él siempre se anotaba a ganador, no tenía principios. El oportunista no tiene principios, esta es una de sus características más resaltantes, lo adornan otras. Veamos.
Está muy bien informado, es la información lo que le garantiza tomar la decisión correcta en el momento correcto, por eso sabe de todo, desde las estadísticas de producción y consumo del país, economía y política mundial, hasta los chismes más pequeños de los gobernantes.
Es amigo de todos, por qué no serlo, sino tiene principios. Sus peleas no son profundas, a lo más escaramuzas, malos entendidos, nada que lleve la sangre al río, nada que no se arregle alrededor de un doce años.
Es partidario de la conciliación y la convivencia. Claro, así su campo de maniobra es amplísimo, y esa es una de sus claves, no puede permitirse reducir su teatro de operaciones, la armonía es su naturaleza, él sabe que donde uno menos espera salta un buen candidato, una oportunidad de negocios, o un buen puesto.
Nunca se define. Es así, el principal enemigo del oportunista es la definición: oportunista definido es hombre muerto. Tiene variedad de chaquetas, es socialista y también capitalista. Le gusta la chicha, pero no le desagrada la limonada. Es chavista, pero no es enemigo de Bush. Se mete con el santo, pero no con la limosna. Le gusta la Guabina, y también el Carite.
Es un experto de la adulación, por favor no confundir con los jala bolas, el oportunista es sutil, adula pero no se nota, el jala bola es procaz, y al jalar se define, se marca, se quema, no podrá vivir de eso sino mientras el objeto de su alabanza esté en la cúspide.
Olfato, es el olfato, sin duda, el principal instrumento del oportunista, un oportunista sin olfato no tiene vida, perdió el radar, no puede tomar decisiones.
Cuando el oportunista migra, es una alerta de que algo anda mal, esa es su utilidad política.
El oportunista no es traidor vulgar, el traidor es un salta talanquera torpe, el oportunista se muda de bando con elegancia: traidor Rosendo. Después hablaremos del ambicioso, que es otro espécimen que se puede confundir con el oportunista.
En los últimos días algunos oportunistas han comenzado la migración de bando, en los periódicos aparecen los sutiles puentes hacia el Este, y algunos más osados hacia el Norte. A Dios gracias, esos oportunistas son patarucos y han salido en falso. ¡La Revolución goza de buena salud!
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es Socialismo!
18.7.06
LOS OPORTUNISTAS
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