5.6.10

EL DEBER DE EQUIVOCARSE

La Revolución siempre es un proceso inédito que necesariamente supone errores. Esto es verdad para cualquier Revolución, pero si es un proceso pacífico entonces las posibilidades de error se multiplican.
En la Revolución el tratamiento del error, de la equivocación, es vital. De este trato depende el futuro del proceso. Veamos.
Existen conductas que traen consecuencias sistémicas, generales. Por ejemplo, el trato a los prisioneros en una guerra revolucionaria decide su rumbo: si hay atropello, las fuerzas enemigas lucharan con tesón, si hay buen trato, la tropa enemiga se desmoraliza, pierde razones para resistir.
De igual importancia es la relación de la Revolución con las equivocaciones. Expliquemos.
Se deben reconocer, evitarlas, diferenciarlas de la negligencia, el saboteo, y por sobre todo es vital la actitud de la Revolución frente a los responsables.
Si a las equivocaciones las sometemos al escarnio, entonces las consecuencias generales serán la reducción de la capacidad de riesgo, nadie querrá salir de la seguridad de la parálisis, nadie hará nada que no sea seguro. En otras palabras, el espíritu revolucionario, de cambio, se reducirá a cero, la Revolución se apagará en el refugio de la inercia.
El riesgo, esencia revolucionaria, se refugiará en la máxima del filósofo que decía: El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada.
Si somos concientes de encontrarnos en una situación de alta peligrosidad, en medio de una guerra pacífica que cada día se intensifica, si entendemos que nos enfrentamos a un enemigo inteligente, con recursos, mañoso, entonces sabremos que el trato a las equivocaciones será vital para nuestro futuro.
¿Cómo tratar las equivocaciones?
El Comandante Chávez dictó cátedra cuando se refiere al hallazgo de los alimentos deteriorados de PDVAL. Aprendimos.
Lo primero es no ocultarlas, que la masa nuestra entienda que son parte del camino hacia el Socialismo. Eso nos educa a todos: aceptar las imperfecciones como parte del proceso, parte de la acción humana, nos evitará muchos extravíos.
Explicar las circunstancias donde ocurren, por ejemplo: en una emergencia, para enfrentar un ataque enemigo, tal como aprovechar la sequía para desestabilizar, entonces, la compra ¡urgente! de plantas eléctricas, aunque se aumente el margen normal de error, es la defensa a esa embestida.
No se puede permitir que el enemigo nos agreda y después venga a juzgar la calidad de nuestra defensa. Si eso permitimos, ellos tendrán el triunfo seguro: o ganan porque la arremetida fue exitosa, o ganan porque en las acciones de protección a su ataque perdemos oficiales valiosos, juzgados por su jauría mediática.
Establecer las causas, investigar las intenciones de la acción, penalizar lo que haya que penalizar, nunca someter al escarnio a nuestros oficiales de primera línea de combate, de operaciones riesgosas. Al contrario, debemos reconocer su labor, darle mérito a su entrega y a su compromiso por la Revolución.
Sólo así mantendremos alta la moral de combate en esta guerra pacífica, llena de celadas.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!
¡Honor a los que corren riesgo por la Revolución !

4.6.10

LA PASIÓN REVOLUCIONARIA Y LA CAUTELA

La revolución reclama pasión, audacia, sólo así es posible romper con las costumbres que nos atan al pasado, fundar un nuevo mundo.
La turbulencia revolucionaria no admite cautela, ésta es propia de acomodados, de rebaños, nunca del rompimiento.
Pensemos en el Libertador, su vida fue un rompimiento: lo hace con la monarquía, aquello fue un salto hacia la incertidumbre de un mundo que sólo en la imaginación de los escogidos parecía posible… precisaba pasión. El Decreto de Liberación de Esclavos suponía una ruptura con su propia alma, una fractura honda en sus costumbres. El Decreto de Guerra a Muerte necesitaba pasión, no cautela.
La Revolución de Independencia fue un desbordamiento de vida, de pasión, un estallido del viejo mundo, y un irrumpir violentísimo del mundo de la independencia, surgió con el ímpetu de la lava volcánica.
Las leyes, las costumbres estallaron. En la confrontación surgió una nueva legalidad llevada de la mano y la audacia de la pasión revolucionaria. Los dos mundos no podían convivir, sus leyes, sus costumbres, su ética, eran antagónicas. ¿Cómo juzgar el Decreto de Guerra a Muerte con las leyes coloniales? ¿Cómo pedirle cuentas, por ejemplo, a Ricaurte por volar el polvorín de San Mateo, usando la legislación burocrática de la época? ¿Cómo él podía explicarle a un administrador formado en las costumbres de la monarquía, la pérdida “inútil” de tanto pertrecho?
Es que la Revolución tiene nuevas leyes que aún no están escritas, pero son indispensables para avanzar, ya se encargarán los juristas de poner orden en lo que la erupción volcánica ha creado. La guerra revolucionaria aclara el panorama: a nadie se le ocurriría pedirle cuenta al General Zuhkov por las bajas en la defensa de Stalingrado, o a Bolívar por las pérdidas en El Paso de Los Andes.
Es así, la guerra revolucionaria tiene sus leyes y contempla las bajas, eso está en los libros, son muchas las experiencias de la Guerra Revolucionaria.
Ahora bien, si la Revolución es pacífica muchas de sus leyes aún están por descubrir, por escribirse, muchas de las características de esta Guerra pacífica están por develarse, por identificar cómo son los combates, cuáles son las bajas, qué determina los triunfos.
Hoy la prensa oligarca se regodea con la detección de unos alimentos que se encontraban almacenados y requerirían tratamiento para ser consumidos, los publicitan como podridos. Es mentira. El hecho merece estudio por parte de los revolucionarios.
Primero, debemos colocarlo en el marco donde ocurre: La oligarquía ensayaba y aún ensaya un desabastecimiento contra la Revolución, es un arma propia de la “Guerra Pacífica Revolucionaria” ¿Cómo defendernos? La estrategia exigía pasión, no cautela: había que adquirir alimentos en tal cantidad que garantizara la alimentación, y un inventario que posibilitara resistir el embate oligarca.
La operación se hizo, se enfrentó al enemigo. En la batalla hubo bajas: esos containers son unas de ellas, así son las bajas de la nueva guerra, donde los soldados revolucionarios son bisoños, pero apasionados, cometen errores, pero resuelven la batalla. Honor a los que corren riesgos en la defensa de la Revolución.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!

3.6.10

LA BATALLA DECISIVA

¿Cuál es la preocupación de las clases sociales en Venezuela?
Si revisamos las declaraciones y acciones de sus voceros tendremos una aproximación aceptable a las preocupaciones de las diversas clases sociales. Veamos.
Los oligarcas, en lo económico, se importan por el control de cambio y por las expropiaciones, rechazan estas medidas, les irrita cualquier control del Estado, así demuestran su ideología, sus verdaderas intenciones: un Estado permisivo, cuya única función sería protegerlos, y que mantenga abiertos los canales por donde fluya la renta petrolera directamente a sus bolsillos.
En lo político conspiran para truncar a la Revolución , para salir de Chávez, todos sus movimientos tienen esta meta.
Los oligarcas son una clase con sus objetivos claros: la hegemonía no tiene discusión, es el capitalismo. Y aquellos partidos y personalidades, que con vergüenza se les acercan, tienen que aceptar sus principios.
La pequeña burguesía, en todas sus variantes opositoras, no tiene proposición económica propia, clara, se pliega a las premisas burguesas. Su mayor actividad es en la política, allí pujan por ser voceros de los intereses capitalistas, ese es el centro de su lucha.
En el interior de la Revolución la lucha es fuerte y decisiva: se busca el camino del Socialismo. La discusión y la práctica han sido abundantes, de todo se ha dicho y de todo se ha hecho. Sin dudas se ha avanzado, y ahora que somos más maduros, conocemos más, los fracasos nos han enseñado, los aciertos nos han reforzado.
Tenemos el mérito de no haber perdido la posibilidad de seguir en el camino, de enmendar entuertos, no hemos castrado la posibilidad socialista.
Las posiciones se han despejado, los campos se han definido, la batalla decisiva sucede en el interior de la Clase Obrera. Allí se perfilan dos posiciones principales.
Una, que con su práctica y acción mantiene a la Clase Obrera sumergida en la lógica capitalista, no se percatan del cambio de los tiempos, de la oportunidad histórica de redención que significa la Revolución Bolivariana y el liderazgo del Comandante Chávez. Sus acciones se limitan a la negociación, más o menos exitosa, de su mercancía: su fuerza de trabajo.
Cuando se trata de “negociar” con el gobierno revolucionario, llegan a exigencias absurdas. Así construyen la paradoja de que los principales enemigos del proceso de redención de la clase obrera, del Socialismo…sean estos obreros. De esta manera el Sistema Capitalista no corre peligro, al contrario tiene garantizada su perpetuidad.
La otra posición obrera, es la que entiende que está destinada a dirigir con su ejemplo el gran cambio social que liberará a la Sociedad del capitalismo y traerá la redención de los obreros. Rompe con la lógica del capitalismo, construye una nueva forma de relación entre ellos, y de ellos con la sociedad. Trasciende el ámbito de la fábrica y adquiere visión universal. Sabe que la tarea de autotransformación de la Clase Obrera, zafarse de la lógica capitalista, es indispensable para la fundación de la nueva sociedad.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!
¡Sin Socialismo no hay Patria!

2.6.10

LA CONCIENCIA NO ES ESPONTÁNEA

La relación entre la conciencia y la existencia es objeto de discusión entre los revolucionarios. El asunto es muy importante, de la respuesta depende el éxito de una Revolución. Estudiemos.
Lo primero que encontramos es que la relación entre existencia y conciencia no es directa, significa que una existencia miserable no determina una conciencia revolucionaria de manera automática.
Lo segundo, observamos que la conciencia, la ideología de las clases dominantes, migra hacia las clases explotadas. Es así que las conseguimos colonizadas por la ética, la moral de la dominación. Dentro de la clase social explotada, las relaciones entre los individuos son regidas por los patrones de conducta de la dominación.
Esta capacidad de impregnar con su ideología, con su conciencia al resto de la sociedad, es lo que la hace dominante. Una clase social es hegemónica cuando sus valores, sus creencias, impregnan y conducen a toda la sociedad. En el caso del capitalismo lo dominante es el egoísmo, la fragmentación, el individualismo, la visión confinada al mezquino entorno, el beneficio inmediato, la falta de sentido de sociedad.
Esa es la principal fuerza de la clase dominante, del sistema capitalista, sobre esa fuerza se sostiene. Sucede así la paradoja de víctimas defendiendo a sus verdugos, sosteniendo el sistema que llena de miseria a la Humanidad.
Entonces, la Revolución es el cambio radical de esa conciencia, de esa ética, de esa ideología, en resumen, el cambio de la cultura de sumisión-dominación, por la conciencia, la cultura de la liberación. No es posible una Revolución, no es pensable la liberación del humano sin ese cambio de conciencia, de ética, de ideología, de cultura.
Podemos medir el avance, el éxito de una Revolución, midiendo el avance en esta sustitución cultural, todas las acciones de los revolucionarios deben tener como objetivo central esa sustitución cultural.
Esta sustitución no es espontánea, así como no es espontánea la dominación. Los capitalistas mantienen un costosísimo aparato de manipulación para sostener su dominio sobre el alma social. La televisión, radio, prensa, las universidades, la escuela, la iglesia, la cultura, todo al servicio de la colonización de la conciencia, de instalarla, perpetuarla, reproducir la cultura de la dominación-sumisión.
Saben que es en el espíritu donde se sostiene la dominación, y que es allí donde ocurre la principal batalla por la hegemonía social.
La Revolución debe construir mecanismos de desintoxicación espiritual que hagan frente a la manipulación capitalista.
El ejemplo de la vanguardia es uno fundamental. La épica de la vanguardia abre caminos hacia lo profundo del alma social. La austeridad, la fraternidad, la disciplina, la lealtad, la entrega a la causa social, tienen su principal cátedra en la conducta de la vanguardia. Estos valores son fundamento de la batalla contra el imperio.
Los próceres pudieron dirigir a la sociedad en la Revolución de la Independencia, porque se hicieron leyenda soportada en sus valores, conducta, entrega a la hora del combate contra el imperio.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!

1.6.10

TRABAJADORES DE LA POLAR … ¡ABUSAN DE VUESTRA CREDULIDAD!

Venezuela hoy es cátedra de la lucha de clases: aquí se pueden estudiar los feroces enfrentamientos de las clases poseedoras y las clases humildes que buscan los caminos de redención.
Lo que era teoría, lo que se veía sólo en los libros, se hizo realidad y es la mejor enseñanza.
Ahora, a la luz del presente, podemos comprender el pasado, analizar a la Revolución de la Independencia , entender cómo Boves reunió pueblo contra su propia liberación, razonar con más profundidad las palabras de Bolívar: “Pueblo, han abusado de vuestra credulidad”. Responder las preguntas: ¿Quién abusó? ¿Qué clases sociales? ¿Por medio de cuáles mecanismos consiguieron aislar al Libertador?
Hoy la realidad nos enseña y nos alerta. Veamos.
La Revolución avanza con su ritmo y velocidad propia. Unas veces el avance se da en lo económico, otras en lo político, lo social, lo ideológico. Es frecuente que algún flanco quede rezagado, y se note su falla, la Revolución lo atiende y lo nivela.
Así avanza esta Revolución y despierta el entusiasmo en pueblos del mundo, la ira de los oligarcas que olfatean los peligros verdaderos, y la incomprensión e ingratitud de izquierdistas agotados.
La batalla más importante de esta Revolución sucede dentro de la Clase Obrera , allí se enfrentan dos corrientes principales, del resultado de esa contienda dependerá de manera definitiva el destino de la Revolución.
La Revolución espera la consolidación de los obreros transformados en clase revolucionaria, esto es, encontrados con su ideología, sirviendo de ejemplo al resto de la sociedad, conduciéndola, ganando la batalla cultural.
La cultura capitalista que coloniza sectores de la clase obrera, hace su labor, consigue ponerlos al servicio de sus verdugos, a defender el capital. Asistimos así a la paradoja de obreros antisocialistas.
Es el caso de los obreros de la Polar, empresa de Lorenzo Mendoza, un burgués de abolengo, de familia rancia, ocupa puesto de honor en la lista Forbes de las mayores fortunas del mundo.
La Empresa Polar, una de las más importantes del país, se ha topado con un gobierno que le pone ciertos controles, eso fue detonante de una guerra contra el Estado, la lucha de clases quedó al descubierto: los oligarcas se enfrentan a la Revolución que les pone coto.
Pero ¡sorpresa! son los obreros de la Polar quienes dan la batalla por los oligarcas: el presidente del sindicato de esa empresa se transmutó en adalid del capitalismo. Los obreros defienden a sus verdugos, lesionan a la posibilidad socialista con la excusa de que defendiendo a la empresa protegen los intereses obreros. Declaran que sólo les importa su trabajo y el contrato colectivo, lo demás es basura…
Es una muestra de manipulación, colonización de conciencia, abuso de la credulidad de esos obreros. Es señal clara de una falla nuestra en la batalla ideológica. Es la misma batalla que perdió el Libertador. Debemos enfrentarla donde se origina, en la ideología, en la conciencia.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!
¡San Pedro Alejandrino no se repetirá!

31.5.10

EL CONCEPTO PUEBLO-REVOLUCIÓN EN EL LIBERTADOR

Si estudiamos el concepto Pueblo-Revolución en el Libertador, encontraremos como rasgo principal que no es estático. Él creía, y eso subyace en su obra, que el pueblo se educa, aprende, a medida que la lucha por crear un nuevo mundo se desarrolla, y de ese aprendizaje debe depender la relación Pueblo-Revolución.
En el Manifiesto de Cartagena en 1812, expone El Libertador:
“¿Qué país del mundo, por morigerado y republicano que sea, podrá, en medio de las facciones intestinas y de una guerra exterior, regirse por un gobierno tan complicado y débil como el federal?.... Es preciso que el Gobierno se identifique, por decirlo así, al carácter de las circunstancias, de los tiempos y de los hombres que lo rodean. Si éstos son prósperos y serenos, él debe ser dulce y protector; pero si son calamitosos y turbulentos, él debe mostrarse terrible y armarse de una firmeza igual a los peligros, sin atender a leyes, ni constituciones, ínterin no se restablece la felicidad y la paz”.
Temprano desarrollaba su concepto de la relación Pueblo-Revolución adaptada a las circunstancias. En otras palabras, un profundo “sentido del momento histórico”.
En el Congreso de Angostura, 1819, precisa su concepto:
“Uncido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir ni saber, ni poder, ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros, las lecciones que hemos recibido, y los ejemplos que hemos estudiado, son los más destructores. Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la justicia… La libertad, dice Rousseau, es un alimento suculento pero de difícil digestión. Nuestros débiles conciudadanos tendrán que enrobustecer su espíritu mucho antes que logren digerir el saludable nutritivo de la libertad”…
Después de Junín y Ayacucho, cuando ya la América era libre, entonces, Simón Bolívar nos alecciona... Y el 10 de febrero de 1825, en Lima, devuelve al Congreso del Perú los poderes dictatoriales que éste le había conferido el año anterior, cuando la existencia de la República estaba en juego.
En Santa Marta, 1830, se lamenta de un pueblo que, víctima de la ambición, la intriga y la inmadurez, lo derrotó, asesinó la esperanza.
La enseñanza es clara: la tarea de la Revolución es conducir al pueblo, sacarlo de las tinieblas, de la ignorancia, de la esclavitud. Si comete el error de “no identificarse, al carácter de las circunstancias, de los tiempos y de los hombres que lo rodean”, padecerá en medio de un pueblo abusado en su credulidad.
¡San Pedro Alejandrino no se repetirá!

30.5.10

OPERACIÓN NORIEGA

La operación está en marcha. Se trata de acusar a Chávez de lavado de dólares y juzgarlo en los Estados Unidos. El Comandante nos alerta cuando advierte que los gringos pueden estar preparando una orden de detención en su contra y señala a la juez Joan Lenard (la misma que condenó a los 5 Héroes Cubanos) como la encargada de la operación.
La jauría mediática internacional y nacional hace coro a esta intención imperial. Veamos.
Manuel Malaver, plumífero oligarca, escribe un artículo donde desarrolla la equivalencia de Chávez y Noriega, deduciendo la similitud del desenlace.
Diego Arria emprendió una gira por el mundo (¿quién la paga?) para denunciar a Chávez en Europa, incluyendo acciones por las cuales el mandatario podría ser eventualmente juzgado. Su tarea es preparar la opinión pública para la “operación Noriega”. Europa oirá sus diatribas.
El periódico de poleo titula en primera página la misma patraña ordenada por el imperio: relacionar a Chávez con Noriega.
La conjura no se detiene aquí, la lluvia de desinformación no cesa, los pasos de la dirigencia del imperio siguen un guión muy bien escrito, todos los días abonan la imagen de un Chávez que merece ser tumbado, de una Revolución que merece ser truncada. Su objetivo es que el plan macabro que ejecutan sea aceptado por la opinión pública de los países imperiales.
No hay dudas, vienen por Chávez y por la Revolución, no aceptan un pueblo y a su líder buscando su propio destino con la audacia de no aceptar ordenes imperiales.
La situación nos muestra el verdadero carácter de la oposición: son vende patrias, están involucrados en la intervención gringa, es más: claman por ella, se alegran de que sean los gringos la solución a sus problemas y les devuelvan sus privilegios groseros.
Los campos se definen cada día más: ahora sabemos que los capitalistas son internacionales, cuando ven en peligro sus intereses se confabulan para defenderse, para extirpar la amenaza.
¿Qué debemos hacer los bolivarianos?
Lo primero es entender que ahora la discusión, la disputa, no es un simple asunto político interno, está en juego la Patria, y nada puede estar por encima de ella. Ya sabemos que la contienda es entre patriotas y vendepatrias. Es el mismo dilema que viene desde la independencia: los imperios contra los pueblos de la América.
La batalla por la patria tiene su primer combate en las elecciones de septiembre, allí la Revolución, el Comandante no pueden salir debilitados, debemos ganar con la mayor ventaja posible.
El éxito en esta batalla depende, así lo demuestra la historia, de la capacidad que tengamos de organizarnos, elevar la conciencia patriótica y revolucionaria, afinar nuestra capacidad de combate. En resumen, que el imperio sienta, que si se atreve, el costo en pérdidas humanas y materiales será insoportable por su opinión pública. Que entienda que el pueblo de Bolívar cuando de defender a la patria se trata es indómito, que si se atreven no quedará piedra sobre piedra.
¡Si se atreven seremos millones de Chávez!