12.11.10

FRENAREMOS EL GOLPE GRINGO (SÁBADO 13-11-2010)

Después del 26 de septiembre los oligarcas se alborotaron, al contrario de lo que se esperaba, ahora se dedican a la conspiración descarada. No dejan pasar oportunidad para crear la ficción de un gobierno en picada. Lo peor es que ellos se creen su misma patraña, y actúan en consecuencia. Se repite la esquizofrenia que precedió a Abril.
El triunfo del fascismo en los Estados Unidos aceleró la ofensiva sobre Venezuela, los lacayos recibieron la orden y rápidamente los poseyó la locura, cambiaron de ruta, ahora son conspiradores. Veamos.
La ofensiva mediática es internacional y nacional. Ahora se valen de las declaraciones de un General Patriota. Mueven sus voceros.
Arría brinca presto, y amenaza con la Corte Internacional. Ramos allup ataca con espada de cartón. Una caterva de jurisconsultos clama por renuncia y enjuiciamiento del Militar. El pusilánime teodoro agarra brío y declara, o mejor, resuella por la herida de la envidia, no pierde la oportunidad y se asimila al coro de puritanos, de tumbas blanqueadas, alarmados porque el General dijo lo que tenía que decir: “la Fuerza Armada es leal al proyecto, al pueblo y al Comandante.” Esas palabras, esa posición valiente, la subscribimos millones. (Se recogen firmas de adhesión y respaldo a la Fuerza Armada Bolivariana, Patriota).
Del exterior llueven manipulaciones, el coro es internacional, hasta insulza, el triste secretario de la triste OEA, se presta para hacer comparsa a la alharaca formada alrededor de esas declaraciones.
No hay dudas, el imperio cambió la receta, ahora pasó a segundo plano la vía electoral, se pusieron de nuevo la chaqueta de Abril: el golpe está caminando.
¿Que hacer?
No hay duda, el enemigo se vale de nuestra distracción, de la atención que prestamos a lo pequeño, del tiempo que perdemos atendiendo sombras en las paredes, persiguiendo brujas, pescando prebendas personales, revolviendo ríos.
Debemos focalizarnos en el enfrentamiento a la ofensiva oligarburguesa: unirnos alrededor del Comandante, en la retórica y en la práctica. Sólo esa unidad, sólo ese ritmo, esa velocidad, garantizan la fortaleza del proceso. No son tiempos de desesperos pequeños burgueses que pretendiendo avanzar más rápido solo consiguen debilitar a la Revolución.
Son tiempos de atender nuestras debilidades, es necesario afinar la ideología, corregir errores en la acción revolucionaria, también de consolidar los éxitos, reforzar las prácticas correctas, las socializaciones, la politización de las organizaciones sociales, revisar y fortalecer la organización política.
Pero sobre todo es tiempo de movilizar al pueblo, a los obreros, estudiantes, campesinos, en apoyo al proceso, al Comandante. Que el imperio, insulza, los oligarburgueses sientan el huracán del pueblo dispuesto a defender sus sueños. Esa es la única manera de parar la esquizofrenia de la derecha. Sabemos que los fascistas sólo se detienen frente a pueblos movilizados, dispuestos a presentar batalla. Que sientan en su contabilidad que es mal negocio lanzarse en una aventura que les saldrá muy cara. Demostrarles que si se atreven, del capitalismo no quedará piedra sobre piedra… ¡Nada!
¡Chávez es Garantía!

LAS DEFINICIONES TEÓRICAS Y PRÁCTICAS

La situación política, independientemente del deseo de los actores, camina hacia nuevas definiciones. Todos los campos de la vida social se conmocionan buscando nuevos acomodos, las diversas fuerzas e intereses pugnan por una nueva hegemonía.
Los capitalistas asumidos arremeten con toda su fuerza contra el gobierno revolucionario, intentan desestabilizar, y en su afán no dudan en involucrar a la Fuerza Armada. Intentan dividirla, colocarla, en aras de una imparcialidad que nunca ha existido, al lado de los verdugos de los humildes, someterla a los designios del pentágono, la incitan a traicionar la patria y los ideales del Libertador.
Otros, renegados al servicio del capitalismo que ayer lo atacaban con fuerza, hoy tienen la tarea de transformar a los obreros en verdugos de la esperanza revolucionaria, estimulando dentro de los trabajadores manifestaciones que debilitan al gobierno. A veces tienen éxito y consiguen que los obreros, mal dirigidos, adopten posiciones que en el fondo son contra el gobierno y el Comandante Chávez.
Dentro de los dirigentes y los obreros, en esta hora que exige definiciones teóricas y prácticas, se mueven varias corrientes:
Unos pierden de vista la totalidad social y actúan como si el cosmos fuese su fabriquita, su contratito o el pequeño buró de su pequeño estado. Con esa actitud mezquina, propia de épocas de atraso, coinciden con las conductas de las tradicionales castas sindicaleras y politiqueras que tanto daño hicieron a la causa social, al tiempo que cambian su protagonismo, su papel histórico, por un plato de lentejas o un efímero triunfo táctico.
Otros se baten en las difíciles circunstancias de hacerse revolucionarios en medio de la brega de hacer Revolución. Luchan contra el espíritu capitalista, las conductas dominantes y dominadoras que nos habitan, y enfrentan las corrientes adversas a la construcción del Socialismo.
El gobierno, el Comandante Chávez, avanza hacia el objetivo de construir un mundo como lo soñaron los Libertadores, ese mundo es el Socialismo. Se toman medidas que tienen esa brújula, en el camino se aprende y se ajusta el rumbo. Hasta ahora la Revolución ha salido triunfante de todas sus circunstancias, siempre se ha protegido la posibilidad de seguir avanzando, eso es lo importante, mantener viva la opción revolucionaria.
El camino de la construcción del Socialismo exige definiciones de las clases sociales, de los dirigentes y de los individuos.
En esta hora, los capitalistas y los pequeños burgueses conocen muy bien su ubicación, se sitúan al lado de sus intereses, por defenderlos no tienen ningún escrúpulo.
Obreros, militares patriotas, intelectuales, campesinos y excluidos deben construir una alianza que enfrente al mundo capitalista y, sin extravíos tontos, asumir la defensa del liderazgo del Comandante y la tarea histórica de construir el Socialismo: una nueva cultura, la Conciencia del Deber Social, la Propiedad Social de los Medios de Producción administrada por el Estado Nacional, y la organización de tejidos políticos y sociales.
Sólo de esa manera podremos salir del círculo vicioso de luchas heroicas que son atrapadas por los dominantes.
¡Chávez es Garantía!

11.11.10

NUESTRO RESPETO GENERAL PATRIOTA

El General Rangel Silva declaró lo que un soldado patriota tenía que declarar: la Fuerza Armada está del lado de la Patria, que es estar junto, casada, con el proyecto Socialista, continuación del sueño de Bolívar. Y están del lado del Comandante Chávez, el líder que resume ese sueño. Lo dijo sin medias tintas, como tienen que ser las palabras de los depositarios de las armas que defienden al pueblo humilde.
Nuestro respeto General por su declaración valiente, que demuestra que la Fuerza Armada es Bolivariana, digna heredera de las glorias de nuestros Libertadores. Es evidencia de que dejó de ser un instrumento de los intereses capitalistas extranjeros y sus lacayos, y ahora en sus cuarteles y en sus corazones retumba el llamado del Libertador en la arenga de Junín: "Soldados, vais a completar la obra más grande que el cielo ha podido encargar a los hombres, la de salvar un mundo entero de la esclavitud....”
Es así, vivimos época de fundación de Patrias. El Continente, tal como en la Revolución de la Independencia, reclama el ejemplo de sus mejores hijos. El pueblo venezolano, al igual que en los días cuando derrotó al imperio español, hoy es ejemplo y asombro en la contienda contra el imperio capitalista.
De la misma forma que en aquella gesta gloriosa, hoy la atención del continente y del mundo está en nosotros, en nuestro accionar, y este pueblo, civil-militar, no lo ha defraudado ni lo defraudará, seremos como los héroes de la Independencia, viviremos los días de Carabobo, de Junín, del Paso de Los Andes.
El General Rangel Silva, ubicó muy bien el reto de estos días. Se trata de la misma batalla que El Libertador dejó inconclusa, es la misma lucha por la felicidad y la liberación del pueblo humilde. Es la contienda con el mismo imperio que ahora habla inglés, es la misma esperanza que impulsó a los Bravos de Apure.
También es el mismo enfrentamiento contra la Cosiata Valenciana. No importa que ahora se llame “Mesa” o se disfracen de defensores de una Constitución que patearon en Abril y Diciembre. A nadie engañan, a nadie marean con sus vapores de infamia.
Este pueblo cívico-militar, consciente de su deber y de su destino, no cesará de luchar por ninguna causa, por construir un mundo mejor, viable, que restituya las relaciones amorosas, fraternas, derrote la guerra de todos contra todos y restituya la verdadera paz, la paz con equidad.
Estamos seguros de que los obreros petroleros, que hemos dado muchísimas pruebas de patriotismo, junto a los campesinos que ayer acompañaron a Bolívar, a Zamora, unidos al pueblo humilde, sabremos defender una vez más a la Revolución y al Comandante Chávez, y derrotaremos los intentos de truncar la esperanza revolucionaria.
Que nadie dude, sabremos detectar a nuestros enemigos, vengan con el disfraz que vengan, sabremos desenmascarar sus excusas, que intentan paralizar nuestra disposición de combate. Nadie, como dice el Comandante Chávez, conseguirá descarrilarnos, conocemos el rumbo.
¡Viva Chávez!
¡Viva el Socialismo!
¡Viva la Fuerza Armada Patriota!

10.11.10

GANAR, RESIGNACIÓN Y VEHEMENCIA

Para la Revolución es imperativo reconquistar el corazón de los humildes, sólo así acumulará la pasión necesaria para enfrentar los obstáculos que el camino pacífico hacia el Socialismo supone: ganar elecciones, derrotar las amenazas de golpe y disipar la violencia desestabilizadora.
La Revolución es un acto de vehemencia: no se derriban mundos, ni se fundan universos desde la calma y con redes de seguridad, al contrario, la hermosa aventura de fundar requiere el espíritu del pionero, cortar amarras, navegar en mar proceloso sólo con la seguridad de las convicciones profundas. El revolucionario no pide ancla, sino viento fuerte que hinche las velas que lo impulsan.
Es así, la Revolución es el despertar de un huracán en el pecho de los humildes. Este país lo vivió el 23 de Enero, en aquellos días de Fabricio y de la Junta Patriótica, los humildes encendieron la llama vehemente. En Abril, esa misma llama apareció en las lágrimas y en el coraje de los humildes que en las calles hicieron posible el regreso del Comandante de las entrañas del infierno.
Este ciclón de sentimiento, este viento fuerte que impulsa los cambios revolucionarios, es el objetivo de la contrarrevolución: sus manipulaciones, sus aparatos de descomunicación, están al servicio de atenuar la vehemencia, transformarla en cordura, en sosiego, en conciliación, en temor a seguir.
La araña de la costumbre teje sus telas que atrapan el vuelo leve del cambio, la parsimonia y el frío cálculo apagan el riesgo, los fuegos internos son trocados por los llamados a la seguridad. Las armas melladas prometen gestión.
Así es que las Revoluciones pierden impulso y son atrapadas por la tradición.
Contra este mal, que llamaremos “la resignación revolucionaria”, sólo hay un antídoto: el frenesí, la pasión, la fe revolucionaria, sólo eso da al pueblo humilde la fuerza y la cohesión para seguir, para avivar el fuego.
Ahora enfrentamos una ofensiva oligarca, en el campo burgués se baten dos corrientes: la que propugna llegar al 2012 y allí derrotarnos electoralmente, y la otra, que con descaro propone tumbar al Gobierno Revolucionario ¡ya! antes de enero, para evitar que la actual Asamblea apruebe leyes revolucionarias. Las dos muy peligrosas, las dos se potencian en el odio a Chávez. Ahora que las enfrentamos debemos afinar nuestro sistema de defensa. Veamos.
Lo primero es reconquistar el corazón de los humildes, encender en sus corazones la llama que los hizo defender su Revolución y a su líder con la misma vehemencia con la que los llaneros pasaron Los Andes, con el mismo desprendimiento que los jóvenes traicionados el 23 de Enero se fueron tras Fabricio, Argimiro, Américo Silva, a salvar el sueño, a custodiar la utopía.
Convocarlos para lo grande, para la gloria, a ser dignos herederos del Libertador, desechar las mezquindades del logro pequeño, de la dádiva. Proponerles, como pregona Fidel, “razones sagradas por las cuales luchar”, devolverles la fuerza espiritual de los que se saben protagonistas de una epopeya definitiva, que decide el futuro de esta sociedad y de la humanidad toda.
¡Chávez es Garantía!

9.11.10

EL PUEBLO ESPERA

El pueblo espera por las instrucciones de sus líderes, de la clase rectora de esta Revolución. Es necesario que se señale con precisión el camino que debemos recorrer hacia la sociedad prometida, sus peligros, sus tentaciones, sus desviaciones, y también sus virtudes, sus atractivos y su urgente necesidad.
En resumen, es hora de darle al pueblo la razón más importante para luchar: el futuro de sus hijos y de los hijos de sus hijos, de la humanidad.
Vivimos una hora estelar, llena de posibilidades, pero también de peligros: podemos ir hacia el Socialismo, pero también, en el intento, terminar en un tenebroso período fascista. El enemigo oligarca mueve sus piezas para yugular a la Revolución Bolivariana, en el mundo las condiciones se dan, o mejor, exigen una embestida final del monstruo imperial.
Ya la fachada dulce de un Obama afrodescendiente, ecuánime, se disolvió. En las últimas elecciones aquel pueblo manipulado, narcotizado, votó (los que pueden votar) por las opciones más reaccionarias, llevándose así las ilusiones, las fantasías de cambio, de otra relación con el mundo. Las agresiones del imperio tienden a recrudecerse: la derecha, ahora gobierno, exigirá la cabeza de los líderes mundiales que desentonan en el cuadro de la dominación. Fácil es barruntar que vienen por este pueblo rebelde, soberano, y por su líder.
Es hora de que la Clase Obrera, encontrada con su ideología, dé un paso al frente en la defensa de la posibilidad socialista, comience a ser protagonista real del proceso. Para eso es necesario que se desprenda de las prácticas del pasado, que se incline sobre la costumbre, la tradición, supere el economicismo, la batalla mezquina, y emprenda la inmensa tarea de ser rectora de los cambios socialistas.
Que contribuya a hacer de las socializaciones soporte de la Conciencia del Deber Social. Su conducta, su prédica, sea ejemplo de integración de la economía y de la sociedad, ejemplo de una nueva relación entre los humanos.
Sin duda, de ese salto de la Clase Obrera depende en gran medida el destino de la Revolución. Si los obreros persisten en las prácticas del pasado, confinados de mil maneras a los intereses mezquinos de sus centros de trabajo, si sólo se mueven por reivindicaciones materiales, olvidando las metas estratégicas, si de alguna manera y con cualquier excusa lesionan el liderazgo de Chávez, si lesionan la unidad en torno al Comandante, entonces, seguro, la nube oscura de la reacción oligarca cubrirá nuevamente a la nación.
Si en cambio, los obreros dan el salto apoyándose en los avances políticos y económicos, si los impulsan, le dan el vigor de la Clase a las socializaciones, la entrelazan con la conciencia revolucionaria, con la organización social, defienden con prioridad al gobierno revolucionario, refuerzan la unidad en torno al Comandante Chávez y al Socialismo, hacen suya las consignas ¡irreverencia en la discusión lealtad en la acción! ¡Con Chávez todo sin Chávez nada!, entonces la Revolución será invencible, y la Revolución mundial, la humanidad tendrá renovadas esperanzas.
¡Chávez es Garantía!

8.11.10

LENIN

Difícilmente se encuentra en la historia un caso de odio tan fuerte por parte de las clases dominantes, como el odio a Lenin y al Partido Comunista de la Unión Soviética, al Partido Bolchevique. Recordemos que la oligarquía, los capitalistas, tienen un agudo olfato para detectar y odiar a sus verdaderos enemigos. Veamos.
¿Qué hizo Lenin? ¿Por qué ese odio?
Lenin le dio concreción al sueño de tomar el cielo por asalto: antes de Lenin la posibilidad revolucionaria era remota. Existía la teoría, el Marxismo, y se sabía que el capitalismo era un robo: la apropiación por parte de una pequeña elite del trabajo de toda la sociedad.
Además se pensaba que eran los obreros quienes serían los sepultureros del capitalismo. Se tenía una idea mecánica de la evolución de la sociedad, esta sería por etapas inviolables.
De esta manera los países poco desarrollados deberían evolucionar hasta un capitalismo fuerte, desarrollado, con un proletariado abundante, y sólo cumplida esta etapa se podía pensar en hacer la Revolución.
Se justificaba así el apoyo y estímulo a la burguesía como motor de ese desarrollo indispensable y previo a la Revolución Socialista.
La Revolución estaba reservada a un área muy pequeña del planeta, a los países desarrollados, a Europa, el resto, el noventa por ciento del mundo, estaba destinado a permanecer bajo la tutela capitalista ¡lo dictaba la teoría revolucionaria!
Es decir, el Marxismo devino, y esto es paradójico, en un dogma reaccionario.
Lenin construyó la teoría del eslabón más débil, decía que el capitalismo es uno solo, y es posible que la Revolución estalle en el eslabón más débil. Rompía así el cepo ideológico, le devolvió el vigor revolucionario al Marxismo.
Ya esto era razón suficiente para ganarse el odio de las clases apropiadoras. Pero hizo más Lenin, construyó el instrumento necesario para dirigir ese estallido, para dirigir la Revolución, construyó al Partido en la práctica y en la teoría, instrumento indispensable de la Revolución.
Ya estos dos aportes a la Revolución, teoría y organización, son razones suficientes para ganarse el odio de las clases apropiadoras, para ganarse el rechazo del capitalismo.
Pero hizo más Lenin: ¡hizo una Revolución! Demostró que es posible hacerla, él es el padre de la primera Revolución triunfante contra el capitalismo, del primer intento serio de construir el nuevo mundo, de construir el Socialismo. Dirigió la Revolución Soviética, le dictó rumbos, derrotó a los reformistas internos y a las agresiones de todas las naciones capitalistas de la época que se unieron contra el ensayo revolucionario.
Por eso el odio visceral que Lenin y el Partido Bolchevique suscitan a los oligarcas, a los contrarrevolucionarios, a los reformistas. Lo atacan con saña, lo han convertido en un anatema, en algo que descalifica, en una grosería.
Cuando el imperio, los capitalistas, los reformistas, los contrarrevolucionarios, acusan a algo o a alguien de Leninista, o de seguidor del Partido Bolchevique, indudablemente esa acusación indica que allí hay posibilidades revolucionarias, que ellos le temen.

7.11.10

EL HERMOSO RETO DE LA CLASE OBRERA VENEZOLANA

No existe en todo el planeta una posibilidad de superar al sistema capitalista y construir una sociedad viable, salvadora de la humanidad, como la que tienen los obreros venezolanos.
O dicho con más precisión, la única oportunidad que tiene la humanidad de sortear el futuro de extinción que nos propone el capitalismo depende del comportamiento, está en las manos de los obreros venezolanos. Veamos.
El reto es hermoso, es un privilegio estar en la primera trinchera de la batalla por salvar al planeta. Pero, es difícil, muy difícil, implica una revolución en el alma de los obreros, de cada uno y de todos. Veamos.
Los humildes tienen siglos de enfrentamiento con los apropiadores del trabajo ajeno, primero, contra esclavistas, terratenientes, latifundistas, y luego contra el capitalismo que es otra forma de esclavitud.
En este enfrentamiento los obreros han perfeccionado estructuras y conductas que le permitieron sobrevivir durante siglos. Podemos decir que el explotado se acostumbra a la explotación, se percibe, tiene consciencia de explotado, se defiende sólo dentro de los linderos de la explotación… no la cuestiona, no tiene horizonte de su superación.
Sus luchas se limitan a intentar sufrir menos, a rasguñar alguna conquista económica, todo esto es comprensible. En esa situación están los obreros del mundo, desde China, hasta los Estados Unidos, en todos los países los obreros luchan por mejoras económicas, desde hace siglos… y siempre, generación tras generación están sumergidos en la misma miseria material y espiritual.
Aquí en Venezuela con el arribo de Chávez, y esto hay que decirlo sin mezquindades, que es el líder revolucionario más importante de estos dos siglos, se abrieron las compuertas para la comprensión del papel histórico de los obreros: superar el sistema capitalista.
Los obreros no pueden liberarse de la esclavitud moderna luchando sólo por reivindicaciones económicas. La Clase Obrera no se puede liberar del trabajo explotador sin superar el sistema explotador, al capitalismo. Es decir, no es posible liberación parcial de los obreros, esa liberación sólo es posible si transforma a toda la sociedad.
Ese es el papel histórico de los obreros, cuando ellos caen en cuenta de eso, cuando eleva sus miras más allá de lo parcial, de lo individual, de lo reivindicativo, cuando se elevan y disputan la dirección de la sociedad, entonces, se está construyendo clase consciente, y es el pilar fundamental de la Revolución. En ese momento, tiene algo que decir al resto de la sociedad, puede dirigirla con su prédica basada en el ejemplo.
Esta importancia vital de la Clase Obrera no es extraña a sus enemigos, éstos la combaten desde distintos frentes, desde teodoro y velásquez agentes del capitalismo explotador, que buscan distraer su lucha fundamental. Pasando por los que proponen un llamado “control obrero” que los confina a los límites mezquinos de la fábrica, impidiendo que alcancen la visión del cambio de sistema, hasta los dirigentes obreros a la vieja usanza, en el fondo complemento de la explotación.
¡Chávez es garantía!