La historia de
la humanidad nos muestra con claridad los principales peligros de una
Revolución: la cultura dominante y el egoísmo. Los dos fuertemente
entrelazados, indispensable su superación para tener éxito. La historia
venezolana es rica en luchas por superar los dos pilares de la dominación.
Veamos.
Nuestra nacionalidad nace como fruto de un
enfrentamiento feroz entre el egoísmo, la cultura de
sumisión a una monarquía, y el intento de buscar nuevas formas de organización
social donde todos existiéramos como hermanos… triunfó el egoísmo y la
sumisión, y el majadero del amor murió, como tantos otros, solo, sin bienes
materiales, pero irradiando luz a los tiempos futuros.
Páez y Santander representan el triunfo de los
pilares de la dominación. Luego la situación mundial disipó el aire fresco de
la Revolución Francesa , la burguesía desechó sus anhelos de fraternidad, y el
capital impuso su ley. El imperio naciente, tal como lo predijo el Libertador,
nos llenó de oprobio y el oro negro signó la nueva cultura de la dominación.
De Gómez para acá la historia es la
adaptación de la nación a los intereses mundiales del capitalismo, el
imperio gringo engulló la soberanía que tanta sangre y sacrificio costó a los
padres fundadores. La sociedad poco a poco se amoldó a la renta, se profundizó
el egoísmo. Este período está punteado por la rebeldía: la generación del 28,
la toma del Cuartel San Carlos, el 23 de Enero de 1958, la épica guerrillera
que le sucedió, el Carupanazo y el Porteñazo, todos heroicos episodios.
La oligarquía ha refinado su forma de dominación, la
dictadura dio paso al engaño democrático, el abuso de la credulidad de la masa
alcanzó cotas elevadas ayudado por los medios de deformación. Así
transcurrió el pacto de punto fijo, cuando la oligarquía parecía infinita en la
manipulación reformista. El egoísmo y la desvalorización lucían eternos.
En estas circunstancias ocurre la Revolución
Bolivariana, y rápidamente enfrenta el reto de construir una nueva
hegemonía. La historia es extraña, la oportunidad de superar al sistema
depredador del hombre y la naturaleza aparece en un país con pocos proletarios,
abundantes marginales, una burguesía parásita, pequeña burguesía colonizada por
la cultura imperial, características opuestas a las esperadas por los clásicos.
Es aquí, contra todo pronóstico, que floreció el árbol
de la fraternidad, del amor. No fueron en vano las gestas del
Libertador, de Zamora, de la generación del 28, las luchas heroicas del 23 de
enero, Fabricio, el Paso de Los Andes, la entrega por fundar un nuevo mundo.
Todo abonó un espíritu solidario que el 4 de febrero surgió en este pueblo y
tiñe al Continente. Somos el Continente de la Esperanza , aquí, con la
imponente carga amorosa que portamos, se pueden superar todas las predicciones.
Somos llamados a estallar los tiempos de la dominación del hombre por el
hombre, a fundar el mundo de la fraternidad, a derrotar el egoísmo y la
cultura de la dominación.
¡Con Chávez habrá Humanidad!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario