LA OPOSICIÓN, QUE SIGUE INSTRUCCIONES DE LA EMBAJADA gringa, está desarrollando una campaña para tratar de identificar al Comandante Chávez con la guerra. Siguen el Formato Nicaragüense, es importante desarmar la patraña. Los revolucionarios debemos entender que estamos en una guerra de cuarta generación, en la que la información y la desinformación son armas fundamentales. Ellos con sus medios tratan de desinformar, y nosotros tenemos el deber de informar y formar a la población.
Ellos acusan al Comandante de ser la guerra. Veamos.
Nunca el Comandante ha dicho que la guerra es buena, ni deseada. Lo que repite es que este país, la Patria de Bolívar, no se puede invadir sin pagar un alto precio.
El Comandante dice que: la única paz verdadera es la paz con justicia, que hablar de paz sin justicia es un engaño. Y aquí está la clave del problema. Expliquemos.
El Comandante Chávez al plantearse el Socialismo, que es la integración de la sociedad fragmentada por el Capitalismo, lo que hace es tomar el único camino que conduce a la justicia y por tanto a la paz. Los que hablen de paz dentro del Capitalismo, son unos engañadores, no hay paz dentro del Capitalismo, porque no hay justicia. Dentro del Capitalismo, la inseguridad no tiene solución, y las grandes mayorías están condenadas a la exclusión. Por tanto, impulsar el Capitalismo es impulsar la guerra, la verdadera guerra.
Pero, los pueblos que toman el camino de su redención, los pueblos que emprenden Revolución, tienen, necesariamente, que vencer la resistencia del imperio y de sus lacayos, que llegan a las mayores crueldades para defender sus privilegios. Basta recordar a Allende, o nuestro abril y diciembre, para entender de lo que es capaz el imperio.
Y ya sabemos, la historia lo dice, que el imperio fascista sólo se detiene en sus planes invasores cuando se encuentra con pueblos dispuestos a pelear por su Patria, a defender cada centímetro de su suelo. La única manera de disuadir al imperio es que entienda que la agresión no será una operación fácil. Un país desarmado es una invitación a la invasión. De allí la necesidad de la compra de material militar, que por lo demás es sólo defensivo, y por eso el empeño de los gringos y sus lacayos de sabotear estas compras.
La situación es clara: pueblo que emprende el camino de su redención, el camino de construir la paz con justicia, es atacado tarde o temprano por el imperio y sus cipayos, y la única manera de disuadirlos es mostrándole la decisión de que esa afrenta a la Patria les saldrá muy cara. Los que quieren que nos desarmemos, no quieren a la Patria, no quieren a su Mamá.
¡Chávez es la paz, ellos son la guerra!
¡Chávez es Chávez!
Ellos acusan al Comandante de ser la guerra. Veamos.
Nunca el Comandante ha dicho que la guerra es buena, ni deseada. Lo que repite es que este país, la Patria de Bolívar, no se puede invadir sin pagar un alto precio.
El Comandante dice que: la única paz verdadera es la paz con justicia, que hablar de paz sin justicia es un engaño. Y aquí está la clave del problema. Expliquemos.
El Comandante Chávez al plantearse el Socialismo, que es la integración de la sociedad fragmentada por el Capitalismo, lo que hace es tomar el único camino que conduce a la justicia y por tanto a la paz. Los que hablen de paz dentro del Capitalismo, son unos engañadores, no hay paz dentro del Capitalismo, porque no hay justicia. Dentro del Capitalismo, la inseguridad no tiene solución, y las grandes mayorías están condenadas a la exclusión. Por tanto, impulsar el Capitalismo es impulsar la guerra, la verdadera guerra.
Pero, los pueblos que toman el camino de su redención, los pueblos que emprenden Revolución, tienen, necesariamente, que vencer la resistencia del imperio y de sus lacayos, que llegan a las mayores crueldades para defender sus privilegios. Basta recordar a Allende, o nuestro abril y diciembre, para entender de lo que es capaz el imperio.
Y ya sabemos, la historia lo dice, que el imperio fascista sólo se detiene en sus planes invasores cuando se encuentra con pueblos dispuestos a pelear por su Patria, a defender cada centímetro de su suelo. La única manera de disuadir al imperio es que entienda que la agresión no será una operación fácil. Un país desarmado es una invitación a la invasión. De allí la necesidad de la compra de material militar, que por lo demás es sólo defensivo, y por eso el empeño de los gringos y sus lacayos de sabotear estas compras.
La situación es clara: pueblo que emprende el camino de su redención, el camino de construir la paz con justicia, es atacado tarde o temprano por el imperio y sus cipayos, y la única manera de disuadirlos es mostrándole la decisión de que esa afrenta a la Patria les saldrá muy cara. Los que quieren que nos desarmemos, no quieren a la Patria, no quieren a su Mamá.
¡Chávez es la paz, ellos son la guerra!
¡Chávez es Chávez!
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