MADURO ES REPRIMIDO EN EL AEROPUERTO de New York. Horas antes, al Comandante Chávez lo hostigaban en la iglesia donde daba una charla. Inmediatamente después, el departamento de estado gringo ofrece disculpas, y todo queda reducido a una rueda de prensa de nuestro canciller, bordeado por Chaderton y Árias Cárdenas, algunas declaraciones del embajador de Venezuela en el norte, y los llamados de Lina Ron.
¿Qué significan los incidentes de New York?
El embajador Brownfield nos dice que la culpa fue de su departamento de estado y pide disculpas. Es como decir, olvidemos el incidente y sigamos adelante. Los lacayos del imperio, como siempre, se arrastraron en su entrega. Algunos bolivarianos hicieron chistes, y los episodios parecen confinarse a las protestas diplomáticas.
Nosotros pensamos que el imperio no da puntada sin dedal, que aquí no hay pieza suelta, que aquellos incidentes fueron unas sondas militares que les proporcionaron valiosa información al enemigo. Veamos.
Como consecuencia del fracaso estruendoso de la candidatura de rosalito, el imperio aceleró sus planes más cruentos: magnicidio, desestabilización, acciones terroristas, etc. Todo con el objetivo de crear una situación en la que se pierda la gobernabilidad y se requiera un reacomodo, un nuevo pacto en el ejercicio del poder, que trunque el sueño revolucionario y bolivariano de ir hacia el Socialismo.
Para el desarrollo de sus planes, es importantísimo probar la capacidad, la velocidad, la forma de respuesta del pueblo bolivariano, y eso es lo que investigaban con los incidentes de New York. Es importante entonces analizar cuál fue nuestra respuesta, para corregir errores, afincar fortalezas y prepararnos mejor para la agresión que ya se está desarrollando. Revisemos los hechos.
Primero, se ataca al Comandante Chávez en el corazón del imperio, la reacción fue principalmente diplomática, con nula movilización popular y escasa información. La respuesta fue débil, con el pueblo divorciado del problema.
Después, se ataca al Canciller Maduro, nuevamente la respuesta fue diplomática y nula la movilización, nuevamente el pueblo permaneció al margen de los sucesos.
La conclusión, la puede sacar hasta un niño: frente a una agresión a nuestros líderes principales, la movilización fue lenta, casi nula. Por lo tanto, es necesario decirlo con valentía y corriendo los riesgos de las reacciones mojigatas, los incidentes de New York indican que estamos perdiendo capacidad de movilización, no estamos organizados para respuestas más allá de lo electoral, a la hora de una emergencia, la movilización quedará al peligroso azar de lo espontáneo.
Es urgente que frente a la enseñanza de los incidentes de New York, nos declaremos en emergencia, liberémonos del espejismo electoral que nos hace creer que todo se reduce a los números. Profundicemos la formación de conciencia, la información, la batalla de ideas. Hagamos un plan de emergencia, nombremos un Estado Mayor de Movilización Política. Corrijamos esta falla que nos deja vulnerables frente a un enemigo que nos ataca.
¡Movilización o Muerte!
¡Chávez es Chávez!
¿Qué significan los incidentes de New York?
El embajador Brownfield nos dice que la culpa fue de su departamento de estado y pide disculpas. Es como decir, olvidemos el incidente y sigamos adelante. Los lacayos del imperio, como siempre, se arrastraron en su entrega. Algunos bolivarianos hicieron chistes, y los episodios parecen confinarse a las protestas diplomáticas.
Nosotros pensamos que el imperio no da puntada sin dedal, que aquí no hay pieza suelta, que aquellos incidentes fueron unas sondas militares que les proporcionaron valiosa información al enemigo. Veamos.
Como consecuencia del fracaso estruendoso de la candidatura de rosalito, el imperio aceleró sus planes más cruentos: magnicidio, desestabilización, acciones terroristas, etc. Todo con el objetivo de crear una situación en la que se pierda la gobernabilidad y se requiera un reacomodo, un nuevo pacto en el ejercicio del poder, que trunque el sueño revolucionario y bolivariano de ir hacia el Socialismo.
Para el desarrollo de sus planes, es importantísimo probar la capacidad, la velocidad, la forma de respuesta del pueblo bolivariano, y eso es lo que investigaban con los incidentes de New York. Es importante entonces analizar cuál fue nuestra respuesta, para corregir errores, afincar fortalezas y prepararnos mejor para la agresión que ya se está desarrollando. Revisemos los hechos.
Primero, se ataca al Comandante Chávez en el corazón del imperio, la reacción fue principalmente diplomática, con nula movilización popular y escasa información. La respuesta fue débil, con el pueblo divorciado del problema.
Después, se ataca al Canciller Maduro, nuevamente la respuesta fue diplomática y nula la movilización, nuevamente el pueblo permaneció al margen de los sucesos.
La conclusión, la puede sacar hasta un niño: frente a una agresión a nuestros líderes principales, la movilización fue lenta, casi nula. Por lo tanto, es necesario decirlo con valentía y corriendo los riesgos de las reacciones mojigatas, los incidentes de New York indican que estamos perdiendo capacidad de movilización, no estamos organizados para respuestas más allá de lo electoral, a la hora de una emergencia, la movilización quedará al peligroso azar de lo espontáneo.
Es urgente que frente a la enseñanza de los incidentes de New York, nos declaremos en emergencia, liberémonos del espejismo electoral que nos hace creer que todo se reduce a los números. Profundicemos la formación de conciencia, la información, la batalla de ideas. Hagamos un plan de emergencia, nombremos un Estado Mayor de Movilización Política. Corrijamos esta falla que nos deja vulnerables frente a un enemigo que nos ataca.
¡Movilización o Muerte!
¡Chávez es Chávez!
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