Cada vez que
los pueblos intentan redención aparecen los heraldos negros, los enviados del
fascismo. Todos tienen una marca que los agrupa: el odio. Se les ve en la
frente, en los ojos, la mirada los delata, no pueden ocultarla.
Capriles porta la marca del fascismo con el orgullo
del ku klux klan, se sienten destinados a proteger su raza, su clase. Ahora,
por las necesidades electorales, intentaron ocultarla, engañaron un tiempo con
su disfraz de mansos, pero no aguantaron, volvió el colmillo fascista. Su base
disociada necesita sangre, promesa de crueldades, es lo que poleo llama “mano
dura”, por eso empezaron los ataques frontales al Comandante, y se irán
agudizando a medida que se acerque el 7-O. Se repliegan a su base tradicional,
la fascista del Este. Perdieron esperanza de engañar a los humildes, el disfraz
de ovejita no les funcionó.
La coherencia regresa al campo oligarca. En esta época
una propuesta económica capitalista se corresponde con el fascismo, la molicie
no es propia de un plan de robo masivo como el que necesita el imperio en estos
países, ellos requieren petróleo regalado, sangría de las reservas
internacionales, que la economía nuestra sea soporte de la de ellos, para eso
necesitan calmar las protestas, someter la rebeldía, necesitan fascismo.
El paisaje político se aclara cada minuto, los campos
se definen. Por un lado los fascistas, junto a ellos lo peor de los
oportunistas, miopes que cavan su propia sepultura, ayudan a entregar la Patria
a los verdugos que los llevarán al cadalso. En el otro lado de la contienda,
los que luchan por mantener la esperanza de cambio profundo, la posibilidad
socialista, se agrupan alrededor de Chávez y de la Patria. Se oponen al
fascismo porque son profundamente humanistas, el ser humano es el centro de
todos sus afanes, el amor su guía, la vida su altar. Saben que la soberanía
sólo es posible si es socialista, los países capitalistas en cualquiera de sus
variantes, necesariamente, caerán en las redes del unánime imperio capitalista
mundial.
Ese es el enfrentamiento de hoy: Socialismo o pérdida
de la Patria , y con ella sacrificio de la esperanza de felicidad, de
bienestar, de vida. Es necesario, urgente, vital, que comencemos desde ya
una Gran Misión Conciencia Venezuela.
Más allá de nuestra voluntad vienen días de
dificultades materiales, la economía mundial cruje, el capitalismo se retuerce
en un mundo que le queda pequeño y lo ahoga, su necesidad de crecimiento sin
límites es su propia condena a muerte, su dinámica, su lógica es su propio
sarcófago. Inevitablemente recibiremos los embates de esta crisis, la gran
ventaja que tenemos es la posibilidad de resistir unidos.
El Socialismo, "de todos por el bien de
todos", es la fórmula para superar cualquier dificultad. La posición
egoísta, capitalista, la de capriles, es el “sálvese quien pueda”, condenar a
las grandes mayorías a llevar sobre sus hombros las penurias, es suicida.
¡Con Chávez!
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