Siempre que hay una crisis que presagia avance de la Revolución, los oportunistas agarran dos o tres consignas inocuas y corren hacia el centro, ese es su amparo. La posición equidistante es muy cómoda y promete elevación al poder, el equilibrio es atractivo en época de crisis. Pero tiene un problema, es precario, porque no resuelve las causas profundas de la crisis: la injusticia con los desposeídos.
En esta Revolución hay experiencias de estas posturas, la propuesta de diálogo es el ropaje con el que se escabullen hacia el centro, debajo del brazo llevan las ya manidas consignas de los que quieren evitar ir a la raíz de la Revolución, quedarse en el maquillaje. Hablan de las dificultades para sacar la cédula, recoger la basura, los huecos de la calle, la corrupción, etc., son siempre las mismas consignas superficiales, en su momento las usó miquelena. El peligro de estos oportunistas es grande, vale la pena estudiar su modus operandi. Veamos.
Primero, aprovechan una dificultad inflada por los medios de desinformación. Por ejemplo, la dificultad de sacar cédula (su falsía se ve cuando olvidan la Misión Identidad, nunca hubo tanto cedulado en este país como hay con la Revolución) la ponen como meta central de la Revolución, esa es la señal a los oligarcas de que estos personajes no les tocarán su propiedad sobre los medios de producción, de explotación y robo, que su accionar es inocuo.
Algunos incautos los siguen en esa pretensión de intentar arreglar lo superficial sin ir al fondo, se dedican a matar zancudos con escopeta, pierden la oportunidad de impulsar al Socialismo.
Los problemas sociales no se pueden resolver sin el Socialismo, los problemas del humano no tienen solución dentro del capitalismo, el mundo está clamando por el Socialismo, nunca la consigna “Socialismo o Extinción” tuvo tanto valor como en los días que corren, estamos atravesando una crisis total del planeta, que va desde el ambiente hasta las finanzas mundiales, y estos señores plantean al pueblo, a la Revolución, que el problema es que hay mucha cola para sacar la cédula ¡Este pueblo no merece caer en manos de estos microscópicos dirigentes!
Cuando las grandes tareas la responsabilidad nuestra es construir un pueblo con una condición humana capaz de enfrentar los desafíos de la construcción de un mundo que sea viable, que sea posible, que nos salve de la extinción a que inexorablemente nos condena el capitalismo, una sociedad que sirva de ejemplo y guía al resto del continente y del planeta, cuando esos son los retos, estos señores nos quieren reducir a unas metas mezquinas.
La nueva condición humana, la esencia revolucionaria, emana de cambios radicales en las relaciones sociales, sin esos cambios no es posible alcanzar al que el Che llamó el hombre nuevo, y sin ese hombre nuevo el Socialismo será siempre una Esperanza fallida. La Revolución debe ir a esos cambios profundos, lo demás vendrá por añadidura.
¡El Socialismo es Radical!
¡Chávez es Socialismo!
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