1.11.08

EL CLIMA

El clima electoral lo eclipsa todo, el mundo parece girar alrededor de las candidaturas, todos se mueven afanosos tras los votos. El verbo se hizo dueño y señor de la realidad. Vivimos días de arrebato.
Después vendrá la resaca o la euforia del triunfo, entonces el país volverá a la realidad, la magia estará concluida y nos encontraremos con el país que el hechicero electoral sacó del sombrero de copa.
Todos enfrentaremos nuevos desafíos. Ellos, los oligarcas, compondrán sus fuerzas para yugular a la Revolución. Nosotros los revolucionarios avanzaremos y defenderemos al proceso. La confrontación entre oligarcas y pueblo, que surge desde el mismo inicio de la nacionalidad, seguirá su curso, se agudizará.
El año 2009 será un año decisivo, crucial, la Revolución debe dar un salto, transformarse en algo superior, romper la cáscara de la institucionalidad, de la ética oligarca, será hora de crear una nueva institucionalidad revolucionaria, una nueva ética, impregnar al pueblo de una nueva moral, de nuevos valores revolucionarios, o inevitablemente la Revolución se desgastará en el batallar con las armas melladas de la oligarquía, diseñadas para construir espíritus oligarcas.
Es necesario cambiar las reglas oligarcas del juego, por leyes revolucionarios, salir del campo enemigo y jugar en el campo revolucionario.
La Revolución debe prepararse para las batallas que se avecinan. Esas batallas sólo las puede dar, las puede ganar, la ideología revolucionaria. Si a la confrontación vamos dirigidos por la ideología vacilante y ambigua de la pequeña burguesía, cosecharemos derrotas.
La ideología pequeño burguesa es incapaz de derrotar al capitalismo, porque lo cuestiona, pero teme superarlo, por eso evita dar los pasos necesarios para avanzar, y ya sabemos que una Revolución que no avanza pierde apoyo de las masas y perece inevitablemente.
Es necesario ir al encuentro de la ideología revolucionaria, la que nos guié en los cambios profundos, radicales, cambios que sustenten una explosión de pasión y cultura revolucionaria, indispensables para tensar las fuerzas sociales alrededor de la Revolución. Es necesario superar la visión burocrática del proceso.
La confrontación puede adquirir diversas manifestaciones, desde la militar hasta la lucha soterrada, aquella que no se percibe, pero que va silenciosamente derribando cabezas que son incomodas a los planes contrarrevolucionarios, tomando posiciones, ensanchando las zonas conservadoras, al reino del burocratismo. Sin olvidar la labor de los medios, que difunden valores que apuntalan el capitalismo, a la “no-sociedad”.
El clima electoral no debe hacernos olvidar la preparación para el futuro. La organización debe ser vanguardia en lo electoral, y seguir siendo vanguardia después de lo electoral. Las direcciones deben ser direcciones de lo electoral y direcciones después de lo electoral, para eso debemos prepararnos.
Debemos obtener triunfos electorales que se transformen en fortaleza para la confrontación que necesariamente continuará. Nunca debemos olvidar que el enemigo oligarca no descansará en sus ataques mientras la Revolución avance. No bajar la guardia.
¡Con Chávez en las elecciones y después de las elecciones!

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