El Comandante Chávez llamó la atención a los partidos aliados, y ese llamado produjo un forcejeo de argumentos que indudablemente es la expresión de la lucha interna en la Revolución. Esta situación merece estudio.
En Venezuela, debemos reconocerlo, dado la falta de rigor teórico, la lucha interna toma carácter pueril, se esgrimen armas de lo cotidiano, se habla de la forma, del método, de las maneras, y así se esquiva el fondo, el análisis de los proyectos que sustentan el forcejeo.
En esta situación es saludable revisar las ideologías que se mueven en el paisaje político y, a partir de allí, deducir lo que impulsa las divergencias. Veamos.
Primero encontramos la propuesta socialista auténtica que se afila cada día más buscando la adaptación de la esencia socialista a nuestra realidad. Amplía el soporte material del espíritu socialista: la hegemonía de la Propiedad Social de los medios de producción, entendiendo por esta hegemonía la que se entrelaza a la Conciencia del Deber Social.
Frente a esta propuesta de Socialismo auténtico nos topamos con una serie de evasivas que postulan formas de propiedad nosocial en sus diferentes variantes, todos los días inventan un nuevo adjetivo para driblar al Socialismo auténtico.
También actúa, muy a la sordina, una poderosa corriente francamente capitalista, sustentada en la acumulación reciente de capital, esta corriente está estrenando nuevos intereses y crea nexos en su nuevo ambiente.
El forcejeo que ahora se manifiesta en lo político y que después de noviembre tendrá una mayor expresión, es proyección de estos proyectos.
No se puede entender lo que está pasando en el interior de la Revolución, ni los acontecimientos que vendrán, sin relacionar la economía y la política, los proyectos y su expresión política.
El cuadro que hoy vemos es el preludio de un más nítido mapa que inevitablemente se configurará después de la contienda electoral de noviembre, que traerá nuevos reagrupamientos, alejamientos, profundizaciones, y llevará a mayores definiciones de los campos en pugna.
En noviembre debemos derrotar las pretensiones del enemigo externo, los oligarcas no deben ganar terreno, de esas elecciones debe salir fortalecido el Comandante Chávez, es necesario votar por sus candidatos.
En noviembre la batalla es entre el enemigo externo y el Socialismo auténtico representado por el Comandante Chávez.
Sería un error pretender en noviembre saldar cuentas simultáneamente con el enemigo externo y a la vez con las manifestaciones internas extraviadas, la batalla interna debe postergarse.
Dar la batalla en lo interno daría como resultado el debilitamiento del Comandante, y esto traería como consecuencia un debilitamiento de la opción socialista, que sería fácil presa de la macabra alianza de los antisocialistas de todos los pelajes y todas las ubicaciones.
Los socialistas, los Chavistas, los revolucionarios, debemos votar por los candidatos de Chávez, el fortalecimiento del Comandante es el fortalecimiento del Socialismo auténtico y está por encima de cualquier otra consideración.
¡Con Chávez es con lo que Chávez decida!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario