Con cinismo extremo, el imperio declara guerra contra los países del ALBA. Veamos.
El discurso de Bush el pasado 24 de octubre es, además de un insulto a la soberanía de los pueblos del mundo, una declaración de guerra contra los países del ALBA.
El mandatario se refirió directamente a Cuba, pero la violación grosera a la soberanía de ese país es también un mensaje a los pueblos y gobiernos que en este continente se le enfrentan.
Cuando incita a la desobediencia de los militares, está mandando un mensaje a Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua. Cuando habla de formar un fondo para subsidiar la felonía interna, lacaya del norte, está hablándole a los Leopoldo López, María Corinas, Julios Borges, a los “comandos” de la resistencia, a los rosales.
El plan contra Cuba es el mismo que están aplicando aquí: ofrecer dinero para comprar mentalidades débiles, lo dicen con descaro, incitar a la desobediencia militar, dar seguridad a los traidores.
Ahora bien, lo que dijo Bush es sólo la parte visible del plan que tienen contra nosotros, contra los países del ALBA, la parte más importante del plan está oculta, y hay que deducirla. Deduzcamos.
Si los gringos montaron un escenario con lo más ruin de la traición Cubana, con Negroponte, su mayor agente de la intervención, y allí Bush lanza esa amenaza descarada, sin el mínimo miramiento por el derecho internacional, sentando un precedente de violación de la legalidad que le dificultará cualquier aprobación de los organismos internacionales, pasando por encima de la OEA y de la ONU, significa claramente que más allá de esas palabras tienen montado un plan agresivo y de rápido desenlace contra estos gobiernos.
Y el plan lo esboza en su discurso. Veamos.
Le habla a los militares, quiere decir que andan por allí susurrando y comprando mentalidades débiles. Habla de disturbios que no deben ser reprimidos, quiere decir que los están preparando. Habla del apoyo de otros países a su asalto a nuestra soberanía, quiere decir que van a apoyar físicamente a la traición.
El discurso de Bush es una declaración de guerra, y así debe ser asumido por nosotros, no es solo un anuncio de agresión a Cuba, es un anuncio directo de agresión contra nosotros.
Frente a esto, debemos prepararnos: las movilizaciones por la aprobación de la reforma deben ser también movilizaciones antiimperialistas y por la defensa de la soberanía de las naciones del continente.
Repetimos nuestra propuesta de un gran acto internacional en desagravio al Che por la destrucción de su monumento en el Páramo Merideño, que sea también contra el imperio, por el internacionalismo y por la defensa de la soberanía de las naciones.
Que el imperio sepa que esta nación no está dispuesta a rendirse frente a nadie. Por más poderoso que sea el imperio, nunca será más fuerte que un Pueblo decidido a defender su derecho a existir.
¡Con Chávez y el Socialismo Venceremos al Imperio!
!Irreverencia en la discusión, Lealtad en la acción!
!A la Reforma, SÍ!
!Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!
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