Ninguna Revolución triunfa si se confina a los estrechos linderos de sus luchas físicas, al contrario, una Revolución, necesariamente expande su espíritu hasta alcanzar el alma universal.
La Revolución necesariamente es universal, no serlo, confinarse sólo a lo local, la transforma, en el mejor de los casos, en una escaramuza que carece de la altura humana necesaria para fundar nuevos mundos.
La grandeza universal de las revoluciones la entendieron los grandes revolucionarios: Bolívar y su “la Patria es América”. Martí nos dijo “Patria es Humanidad”. Marx nos legó “Proletarios del Mundo Uníos” todos sintieron al mundo palpitar en sus anhelos.
La Revolución Bolivariana, heredera de esta tradición de amor universal, es una Revolución profundamente Internacionalista.
Ahora bien, el internacionalismo más sublime que puede alcanzar el ser humano, que puede alcanzar una Revolución en nuestros días, es el Internacionalismo Socialista.
Sólo se es verdaderamente Internacionalista si se es Socialista, y no se puede ser verdaderamente Socialista sin ser Internacionalistas.
Esta relación indisoluble entre Internacionalismo y Socialismo la han entendido muy bien los oligarcas, por eso los principales ataques de los sifrinos del este son contra nuestra vocación internacional.
Atacan el internacionalismo, saben que eleva el alma de los pueblos y los prepara para tareas nobles, y simultáneamente estimulan el egoísmo castrador. Pretenden así manipular al pueblo para que sea instrumento insensato de su propia destrucción, que cambie el luminoso futuro de una sociedad donde se restituya la relación amorosa y cese la guerra de todos contra todos, por el falso brillo de un espejito inmediatista.
Y atacan el Socialismo porque lo sienten peligro inminente para sus privilegios groseros, saben que una sociedad que acabe con la apropiación del trabajo y la riqueza ajena, acabará con la fuente de sus prebendas mal habidas.
En el mundo de hoy el icono más importante de la Solidaridad Socialista es el Che. Él sintetiza en la epopeya de su vida la más elevada condición humana: luchar contra el imperialismo, construir el Socialismo y ser Internacionalista.
Por eso los revolucionarios siguen su ejemplo, mantienen en sus corazones monumentos espirituales que son indestructibles.
Por eso los oligarcas atacan al Che, por eso la jauría fascista rompe sus monumentos materiales, le temen, lo odian.
Frente a la afrenta al Monumento del Che en el Páramo Mérideño, nosotros proponemos un acto internacional Socialista de desagravio, con delegados políticos y musicales de Argentina, su tierra natal, de Bolivia, su desprendimiento a la gloria eterna, de Venezuela, escenario actual de la lucha contra el fascismo y por la construcción del Socialismo, de América Central, su primer encuentro con el ogro imperial, y por supuesto de Cuba, faro de todos sus sueños.
Este acto será el inicio de una respuesta revolucionaria a la afrenta al Monumento del Che.
Los revolucionarios debemos demostrar que una agresión a nuestros sueños, nuestros monumentos, nuestros símbolos, a nuestros militantes, a nuestros líderes, tendrá una respuesta popular viril. Nada quedará impune.
¡Defenderemos al Che, a Chávez y al Socialismo!
¡Chávez es Socialismo!
¡Irreverencia en la discusión, Lealtad en la acción!
¡A la Reforma, SÍ!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!
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