En la discusión de la reforma afloran las diversas corrientes que intervienen en la batalla por la hegemonía de la Revolución. Las corrientes se reconocen por su posición ante el artículo 115, el que habla de la propiedad. En este artículo están incluidas la Propiedad Social administrada por el Estado, propia y necesaria para el Socialismo, y también están incluidas las diversas formas de propiedad nosocial, propia y necesaria para el capitalismo. Revisemos las distintas posiciones.
En el campo de los que defienden la propiedad privada encontramos:
Unos bolivarianos que no explican las diferencias que hay entre ser propietario de una casita, de un carrito, o de un escaparate, y ser propietario de un medio de producción, es decir, de la Polar, o de una de las grandes haciendas del Guárico o de Portuguesa.
Así, cuando defienden a la propiedad privada de los bienes de uso la meten en el mismo saco con la propiedad de los medios de producción. En realidad no están defendiendo la propiedad de uso, están defendiendo la gran propiedad de los medios de producción. A esta postura limitan su discusión del 115. De esta manera no llegan ni a reformistas, se colocan del lado del capitalismo.
Otros bolivarianos elaboran una chapucería de conceptos alambicados, enredan algo que es muy sencillo: no hay sino dos tipos de propiedad, social y nosocial, y el Estado Revolucionario no es propietario, administra lo que a toda la sociedad pertenece.
Esta confusión, que es muy publicitada por los medios enemigos, es para apuntalar la propiedad nosocial de los medios de producción, para impulsar al capitalismo.
En el campo enemigo claramente visible, el de la oligarquía, encontramos varias vertientes, todas están de acuerdo con oponerse a la reforma, lo hacen porque adversan todo lo que signifique Chávez. En este bando encontramos los siguientes matices:
Los que están disociados y parten lanzas de forma similar a las lanzas de la guerra fría, o el macartismo, el mismo que acusó a Cháplin de comunista, estos fanáticos difunden mentiras y tratan de manipular el miedo.
También se encuentra a los profetas del desastre, que se revisten de un aroma juicioso que recuerda a la farsa de los técnicos de COPEI, dicen que si aprobamos la reforma el país se hundirá, vendrá una inflación galopante, que el país se desmembrará y hasta que no saldrá más el sol.
En el campo del Socialismo encontramos:
Los bolivarianos que defienden la Propiedad Socialista, Propiedad Social administrada por el Estado. Lo hacen frontalmente, convencidos de que la ambigüedad en este campo sólo trae debilidad, y la debilidad trae envalentonamiento del enemigo y desconcierto en las filas revolucionarias.
Aquí cabe recordar la enseñanza de Jesús: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, es decir, que los socialistas defiendan al Socialismo y los capitalistas al capitalismo. Solo hay dos posiciones.
¡Chávez es Socialismo!
!Irreverencia en la discusión, Lealtad en la acción!
!A la Reforma, SÍ!
!Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!
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