Nunca antes unas elecciones fueron tan importantes para el futuro del país. El Comandante Chávez ha colocado el dilema en su exacta dimensión: la patria contra el imperio. Veamos.
Una Revolución es una batalla constante que comienza dentro de nosotros mismos, debe entenderse como un proceso de intensa lucha a todos los niveles, dentro de ella y con los enemigos externos. No es de extrañar, entonces, que la Revolución Bolivariana haya pasado por varias etapas, librado diversas batallas, en todas ha avanzado, se ha depurado, recordemos a Miquelena, evacuado en abril, recordemos a la meritocracia petrolera, evacuada en diciembre, lo que significó que la Revolución tomó control de la industria petrolera y pudo colocarla, por primera vez, al servicio de la causa de los humildes. Las crisis son oportunidad para el avance revolucionario, es por eso que debemos prepararnos para ellas, Revolución que se organiza para los conflictos, es Revolución que triunfa.
Cada nueva batalla, exige del pueblo mayor entendimiento y razón. Para cada confrontación el enemigo se disfraza con nuevas mañas, la confusión y el engaño son sus principales armas. Debemos estar prevenidos, estas elecciones, no son un simple cambio de cara, como estábamos acostumbrados en la república oligarca, ahora se trata de continuar el camino de redención, de esperanzas y de amor que propone el Comandante, o volver a los caminos de miseria y de desprecio que pretenden los candidatos del imperio.
Ahora vamos a unas elecciones en las que los mantuanos oligarcas se ponen la máscara de “buena gente”, amigos de los humildes. ¡Hipócritas! Los que propugnan el sistema Capitalista creador de miseria espiritual y material, no pueden combatir la miseria por ellos mismos creada. Hoy ofrecen Villas y Castillos, cuando en el pasado sólo nos dieron su desprecio.
Su principal arma en estas elecciones es crear la confusión y el desencanto dentro de las filas bolivarianas. Cualquier problema es exagerado, los errores son aumentados, las diferencias ahondadas. Piensan engañar al pueblo diciéndole que para resolver los problemas de hoy, que los hay, deben sacrificar el camino estratégico de redención que hemos emprendido con el Comandante Chávez y la Revolución Bolivariana. Estos mantuanos, agentes imperiales, quieren engañarnos como los españoles engañaron a los indios, dándoles espejitos a cambio de oro y de las tierras de América.
Nunca antes la responsabilidad del voto fue mayor que en estas elecciones. Debemos demostrar, como en abril y diciembre, que somos un pueblo que ha madurado, que sabe escoger entre espejitos y rumbo cierto, entre promesa vana y amor concreto, entre patria y antipatria, entre el Comandante Chávez y los candidatos de Bush. Que somos un pueblo conciente que no se manipula con artificios propagandísticos.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez y Fidel son Socialismo!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario