Llegar hasta aquí fue labor de muchos que transitaron camino de amores, desencuentros, angustias, valentías, amarguras, desengaños, pero siempre hacia delante, a pesar de las dificultades, siempre hacia delante.
La Revolución Bolivariana alcanza cumbres que sólo imaginaron los revolucionarios anteriores. Ellos lucharon y dieron todos sus instantes a la Revolución porque tuvieron fe en que un día el país recobraría la dignidad, y entonces sería posible que un Presidente mandara a freír monos al imperio más poderoso que ha sufrido la humanidad, se acabaría con el analfabetismo en dos años, que los humildes serían amados por los gobernantes, que los pobres no serían reprimidos, que la salud iría al barrio, que los ciegos recobrarían la visión, que los inválidos caminarían, que sería posible que el petróleo sirviera para mejorar la vida de todos y no para abultar las cuentas de los meritócratas, que sería posible restituir a la sociedad su condición de armonía, que un día estaríamos construyendo Revolución y derrotando al pasado de siglos. Ellos tuvieron fe para luchar por el futuro y sembraron el camino con su vida para hacer posible el sueño que hoy vivimos.
Ahora volvieron del olvido para hacerse recuerdo popular, están en los núcleos endógenos, en los centros de diagnóstico, en el corazón de cada alfabetizado, están aquí entre nosotros, ellos están al lado del Comandante Chávez cuando retira a nuestro embajador de Israel, cuando el Comandante se abraza con Guyen Giap, ellos tambien lo abrazan, acompañaron al Comandante a Stalingrado, y volaron con él al África, ellos están allí cuando compran los Shukoi, y surcan los aires de la patria liberada, y accionan los kalashnikov que la defienden, ellos están en la Bolivia de Evo y del Che, en la Cuba de Fidel, en el ALBA, y crecen junto a la juventud que puede estudiar, y junto al campesino que recobró su tierra, a la familia que tiene casa, y al obrero que trabaja, y junto al militar que no dispara contra su pueblo, están aquí cobijados en nuestra esperanza y en nuestro esfuerzo para construir el mundo que ellos soñaron y que ahora sabemos posible.
Están aquí, presentes a la hora de las definiciones, acompañándonos en las confrontaciones, reforzando la alegría de saber que construimos mundos.
Ellos han vuelto, porque un pueblo parió un líder, y un líder se encontró con el pueblo, y esa conexión amorosa que algunos llaman los poderes creadores del pueblo, hace posible la Revolución. Y no hay mejor homenaje a los revolucionarios de siempre que concretar sus sueños.
Hoy frente a su recuerdo, su ejemplo, sus enseñanzas, debemos reafirmar la voluntad de construir, de defender la Revolución. Siempre estarán con nosotros.
¡Sólo el Socialismo salva el pueblo!
La Revolución Bolivariana alcanza cumbres que sólo imaginaron los revolucionarios anteriores. Ellos lucharon y dieron todos sus instantes a la Revolución porque tuvieron fe en que un día el país recobraría la dignidad, y entonces sería posible que un Presidente mandara a freír monos al imperio más poderoso que ha sufrido la humanidad, se acabaría con el analfabetismo en dos años, que los humildes serían amados por los gobernantes, que los pobres no serían reprimidos, que la salud iría al barrio, que los ciegos recobrarían la visión, que los inválidos caminarían, que sería posible que el petróleo sirviera para mejorar la vida de todos y no para abultar las cuentas de los meritócratas, que sería posible restituir a la sociedad su condición de armonía, que un día estaríamos construyendo Revolución y derrotando al pasado de siglos. Ellos tuvieron fe para luchar por el futuro y sembraron el camino con su vida para hacer posible el sueño que hoy vivimos.
Ahora volvieron del olvido para hacerse recuerdo popular, están en los núcleos endógenos, en los centros de diagnóstico, en el corazón de cada alfabetizado, están aquí entre nosotros, ellos están al lado del Comandante Chávez cuando retira a nuestro embajador de Israel, cuando el Comandante se abraza con Guyen Giap, ellos tambien lo abrazan, acompañaron al Comandante a Stalingrado, y volaron con él al África, ellos están allí cuando compran los Shukoi, y surcan los aires de la patria liberada, y accionan los kalashnikov que la defienden, ellos están en la Bolivia de Evo y del Che, en la Cuba de Fidel, en el ALBA, y crecen junto a la juventud que puede estudiar, y junto al campesino que recobró su tierra, a la familia que tiene casa, y al obrero que trabaja, y junto al militar que no dispara contra su pueblo, están aquí cobijados en nuestra esperanza y en nuestro esfuerzo para construir el mundo que ellos soñaron y que ahora sabemos posible.
Están aquí, presentes a la hora de las definiciones, acompañándonos en las confrontaciones, reforzando la alegría de saber que construimos mundos.
Ellos han vuelto, porque un pueblo parió un líder, y un líder se encontró con el pueblo, y esa conexión amorosa que algunos llaman los poderes creadores del pueblo, hace posible la Revolución. Y no hay mejor homenaje a los revolucionarios de siempre que concretar sus sueños.
Hoy frente a su recuerdo, su ejemplo, sus enseñanzas, debemos reafirmar la voluntad de construir, de defender la Revolución. Siempre estarán con nosotros.
¡Sólo el Socialismo salva el pueblo!
¡Chávez y Fidel son socialismo!
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