La canalla oligarca enfila todo su
odio fascista, sus frustraciones, contra el Ministro Ramírez. Es indignante la
ola de insultos, de atropellos, de ataques, de que es objeto hoy. La oligarquía
ha mostrado su talante fascista y sin que medie otra consideración que su odio,
su venganza, sus viles intereses, lo linchan espiritualmente.
¿Por qué Ramírez? ¿Por qué ahora?
Ramírez
representa la lealtad al Comandante Chávez, al Socialismo, al pueblo humilde.
Por tanto, es objetivo de los que quieren truncar a la Revolución , posponer
nuevamente el sueño de Bolívar. Planifican decapitar a Chávez primero
debilitando, mutilando su entorno. Usan una vieja estrategia de guerra: cortar
las vías que lo nutren en todos los aspectos. Recordemos Berruecos, allá
asesinaron al Abel de América.
El imperio, las agencias de inteligencia extrajeras,
no se equivocan a la hora de escoger sus objetivos, ya el Che le
recordaba en carta a Hart, que el imperio tiene fino olfato a la
hora de identificar a sus enemigos. El sabe dónde golpear.
Al Ministro le cobran su lealtad al Comandante, puesta
a prueba en las horas difíciles del sabotaje petrolero, y también frente a las
seducciones del poder, siempre leal. Le cobran que asistió a Chávez en la
recuperación de la PDVSA herida por la agresión imperial, aquella jornada de
glamoroso triunfo civil y militar, de obreros y pueblo humilde, no la perdonan
los meritocratas, están allí en la oscuridad acechando, esperando una
oportunidad para la venganza, los mueve el rencor.
Olfatean con acierto que Ramírez estará en la primera
línea de los decisivos combates que se avecinan, y con él los obreros que lo
sienten de su lado. No hay duda, el Ministro es un obstáculo en los planes de
la oligarquía.
Más allá de las consideraciones políticas es bueno
hacer consideraciones humanas. Rafael es Socialista de nacimiento, vale decir,
es un hombre bueno, toda su vida ha estado involucrado en la batalla por un
mundo mejor para todos. En su cuna bebió la leche de la clandestinidad, en su
niñez se nutrió de Revolución con los cuadros políticos que vivían en su casa,
santuario de los perseguidos, cuartel de los combatientes. Es de los que sale a
la contienda con el lema de los espartanos: "con el escudo o sobre el
escudo", es de los que saben que en una "Revolución se triunfa o se
muere si es verdadera".
El Ministro Ramírez no está solo, lo acompaña el
sentimiento amoroso de lo mejor de este pueblo, de los obreros, de los hombres
de buena voluntad. Lo seguiremos acompañando junto a Chávez, iremos con ellos a
concretar el sueño de Bolívar, Zamora, de Fabricio, y tantos otros que han
pagado el precio de la lealtad al sueño de construir un mundo mejor para todos,
de ser Socialistas, anticapitalistas, antiimperialistas.
De esta nueva agresión Rafael saldrá fortalecido,
dispuesto a seguir pagando el precio que la oligarquía impone a los que son
fieles a la lucha contra ella.
¡Con Chávez Siempre!
¡Saludos hermano, Hasta la Victoria Siempre!
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