El imperio y
sus rastreros ya no tienen escrúpulos. Intentan perturbar el clima de paz que
vivimos y la construcción de un país donde todos vivamos como hermanos,
donde delincuencia, robo y asesinatos no tengan sentido porque todos
tendremos un lugar digno en la sociedad. Ese es el futuro que nos propone
Chávez.
Pero la fracción fascista se fortalece, capta
nuevos secuaces y sigue las instrucciones del norte. La orden es salir
de Chávez, aplastar el ejemplo, reducir el país a condición de colonia,
apoderarse del petróleo y condenar a la población a la miseria espiritual y
material.
Ya la oposición tiene el plan listo, lo desarrolla
aceleradamente, van a las elecciones pero no con espíritu democrático, al
contrario, el 7 es para ellos oportunidad para crear confusión y desplegar
su violencia.
La paz que hoy tenemos debemos defenderla, vamos hacia
la paz verdadera, la que emana de la justicia social, hacia la erradicación de
la miseria espiritual y material.
Ante la amenaza que asoma en el horizonte es urgente
fortalecer la vanguardia. El pueblo bolivariano, chavista, necesita vanguardia
a todos los niveles, sólo así tendrá profundidad estratégica en la lucha contra
la burguesía.
Esta lucha es prolongada, infinita, y el núcleo de
vanguardia debe garantizar la continuidad en el combate. Cuando las masas
retroceden, ella resguarda la fe en el triunfo, organiza, combate el desánimo,
estimula y moraliza la nueva ofensiva. Cuando las masas van al combate la
vanguardia modula el ataque, lo hace efectivo, evita las celadas.
Los vanguardistas deben ser, como decía el Che, los
"mejores entre los buenos", los primeros a la hora del sacrificio,
voluntarios para lo más difícil y los últimos a la hora de los privilegios. Su
labor es política: producción de teoría y de práctica organizativa, debe ser
ejemplo que guíe y dé confianza a la masa.
Sin vanguardia un pueblo está indefenso, sale a la
calle, pelea, pero sus acciones son incapaces de contener a la oligarquía, se
diluyen en un motín.
Dejar las respuestas al espontaneísmo es una
barbaridad, un crimen, condenarnos a la derrota. Sólo a ilusos pequeños
burgueses se les ocurre privar al pueblo, a la Revolución, de su vanguardia, e
impedir que el pueblo genere su sistema nervioso. Este es uno de los mayores
logros de la oligarquía: organizarse ella y lanzar teorías que impidan la
organización popular, la creación del verdadero poder popular, que es el tejido
social nacional.
Es la hora de la vanguardia, es urgente la
consolidación del Comando Antigolpe, debe salir con
urgencia a la tarea de dar organicidad y estructura nacional a toda la
organización que ya existe. Debemos combatir en el plano electoral, triunfar
por amplio margen, y simultáneamente debemos prepararnos para preservar la paz
en caso de que los oligarcas concreten el ataque que ya anuncian.
Sólo la movilización, la organización, la vanguardia,
podrán detener las perturbaciones a la paz y preservar el sueño que
concretamos.
¡Con Chávez, el Socialismo, PDVSA Resteaos!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario