La Revolución
Bolivariana necesita con urgencia vital una Revolución dentro de la clase
obrera. Veamos.
En Venezuela vivimos la rara oportunidad de poder
avanzar hacia el Socialismo. Esto es sin duda un milagro en este planeta
narcotizado por los vapores del capitalismo, que se debate en medio de una
crisis, incapaz de percibirla terminal. Con la clase obrera de los países
desarrollados espiritualmente colonizada, un mundo en el que el fascismo surge
como el arma para solventar la crisis. En resumen, un planeta sin esperanzas,
sin visión de futuro, carcomido por la inmediatez.
La posibilidad de ir hacia el Socialismo es un bien
que estamos en el deber de mantener, de esta posibilidad depende el destino de
la vida.
En esta situación, ¿cuál debe ser el papel de la
clase obrera? Lo primero es la superación de su condición de clase subordinada
a otras ideologías y su elevación a clase con un proyecto para toda la
sociedad. Aquí surge otra pregunta, ¿cuál es el proyecto que pertenece a la
clase obrera?
Esta clase, explotada por el capitalismo, no puede
liberarse de esa explotación sin superarlo, ese es el proyecto de la clase
obrera: el Socialismo, única manera de superar al capitalismo. El Socialismo
supone la Propiedad Social de los Medios de Producción administrados por el
Estado Nacional, sólo de esta manera será posible que la sociedad tome control
de su economía, eleve la Conciencia del Deber Social y el trabajo sea para el
beneficio de todos, de la sociedad toda. Sólo así se liberarán las
potencialidades sociales e individuales, dejará de haber explotación, de
acuerdo al precepto cristiano "de cada quien según su capacidad, a
cada quien según su necesidad". Dar este salto social es la
esencia del proyecto de la clase obrera.
La clase obrera, por su existencia, por su manera de
ganarse la vida, es la clase llamada a tomar conciencia de la necesidad del
Socialismo, a entenderlo, a conducir a la sociedad a esa meta, es decir, a
transformarse en clase para sí, en clase motora de la Revolución.
Desgraciadamente no ha sido así, tenemos una clase
obrera poderosa en el combate, pero flojita en la dirección de ese combate, las
metas se las impone la lógica del capitalismo o los intereses políticos de
otras clases. No ha podido superar el economicismo, el reivindicativismo, esa
ha sido la medida de los objetivos de sus batallas, esa es la conducta del
grueso de su dirigencia.
No es fácil cambiar la calidad de las luchas obreras,
es más cómodo seguir actuando como desde hace siglos: sumidos en lo inmediato,
guiados por la zanahoria delante. Es más fácil de comprender, por ejemplo, un
aumento que compre la tranquilidad del sistema de explotación que entender la lucha
por cambiar el sistema.
La clase obrera está en el deber de apoyar con su
ejemplo, con su crítica y con su lealtad, trascendiendo cualquier
reivindicación subalterna, al Comandante Chávez, posibilidad de la construcción
del Socialismo.
¡Con Chávez y los obreros conscientes!
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