Los sistemas de
defensa imperiales son variados, pueden ir desde la bomba atómica en Hiroshima,
la invasión a Granada, los magnicidios al General Torrijos y a Allende, hasta
las armas biológicas que justificaron el degollamiento de Saddam. Son expertos
en operaciones psicológicas y en combinación de métodos, todo apoya a todo, la
fuerza al abuso de la credulidad.
Las operaciones de desestabilización de gobiernos son
legendarias, finas piezas de intrigas, manipulación y engaño, se desarrollan
similares a un ajedrez fatídico, su tablero es el mundo, las piezas se mueven
con precisión de gran maestro. Sus procedimientos vienen desde los días de la
Independencia. El Libertador, desencajado por el asesinato del Abel de América,
Sucre, declaraba con tristeza: "Pueblo han abusado de vuestra
credulidad". Es así, sin disparar un tiro derrotaron al triunfador
en mil batallas. Ya Santander y Páez habían claudicado frente al imperio
naciente.
Los ejemplos son muchos, como envenenaron a Arafat o
la preparación del golpe a Allende: asesinaron al General René Schneider para
facilitar el ascenso de pinochet a la jefatura del ejército. O cómo simularon
el ataque a las Torres Gemelas de New York, como fabricaron el "efecto
Madrid", cómo desprestigian a los movimientos emancipatorios del mundo. O
cómo tienen la santa voluntad de poner a Cuba en la lista de los violadores de
los derechos humanos, o decir que Chávez es narco, etc. La lista es
interminable.
Lo anterior nos autoriza a un ejercicio, a un juego de
guerra para analizar el evento de Amuay. Las investigaciones darán la versión
definitiva, pero podemos pensar, algunos datos ya lo asoman, que fue una
operación de los sistemas de guerra encubierta de los gringos, del mossad, de
los europeos.
El objetivo es el petróleo, el Ministro de Petróleo y
Minería. Hace tiempo que vienen desarrollando una campaña en contra de PDVSA,
todos los días salen falsas noticias atacando a la petrolera, distorsionando
hechos. Buscan crear la imagen de falta de pericia, de desidia en la empresa e
incapacidad de los directivos.
En ese ambiente, previamente fabricado, ocurre el
incidente. Inmediatamente la derecha reacciona pidiendo la renuncia del
Ministro Presidente de PDVSA, no de otro funcionario, sino la de Ramírez.
Actúan golpeando a los costados, buscan debilitar a Chávez, saben que
desquiciando a PDVSA le dan impacto noble a la Revolución.
Si lo que pensamos, junto a mucha gente, tiene una
remota posibilidad de veracidad, entonces ese poquito de probabilidad debe ser
suficiente para por lo menos alertar a la población, movilizar a la gente por
la defensa de la Patria. El pueblo debe entender que sólo con Chávez habrá paz
y dignidad, con los oligarcas la Patria se pierde y, con ella, el honor y el
bienestar material y espiritual. Chávez ya no es Chávez, somos todos nosotros.
Es un deber defenderlo, defendernos en cualquier escenario. El 7 será una
batalla ¡Venceremos! Después debemos mantener el título de Pueblo Libre, dueño
de su destino.
¡Con Chávez!
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