3.7.12

REFORMISMO: EL OPIO DE LOS PUEBLOS (Martes 03-07-2012)


Decía un clásico que si no existiera el reformismo la Revolución sería un hecho mundial. Y tenía razón: el reformismo es el principal enemigo de las Revoluciones, actúa como un narcótico, como el vaho de la anaconda, embobece a los procesos, les impide que hagan lo necesario para su defensa, los paraliza y luego los engulle.
La Revolución, pacífica o no, debe crecer a saltos, dando mazazos contra la fortaleza de la moral, la legalidad y la materialidad oligarcas.
Uno de esos mazazos fue el 4 de febrero. Otros porrazos al orden burgués fueron las Misiones: emocionaron a  la sociedad,  la gente comprendió que algo nuevo, humano, estaba pasando. El  poco a poco, la transición larguísima, la acción aislada de la emoción de las masas, puramente burocrática, no es el centro del impulso revolucionario.
La Revolución perecerá si se diluye, si se aposenta en la costumbre, si la carga de caballería se transforma en ralenti, y es sustituida por la parsimonia del reformismo que sólo rasguña la superficie del muro capitalista.
El reformismo no permite que la Revolución se fortalezca en las masas, impide su organización, las priva de la vanguardia, las deja al garete, incapaces de construir estrategia y, lo que es peor, el reformismo asesina la emoción revolucionaria. Todo se hace por inercia, los maquillajes reformistas igualan a todos en la lucha política, se diferencian por la cantidad, su esencia es la misma.
La Revolución pacífica que convive con el reformismo afronta grave peligro de quedar empantanada. Al dejar de dar mandarriazos al muro oligarca, baja la guardia, pierde la emoción que es su combustible, se desliza al patíbulo.
El Socialismo sólo es posible si moviliza constantemente a la sociedad, si la impacta y la conmueve. Si por el contrario se empantufla, se detiene en el equilibrio funesto del híbrido capital-socialismo, será atrapada imperceptiblemente por el pasado, y un día despertará transformada en el escarabajo capitalista. La metamorfosis de Kafka cobrará realidad.
La Revolución Bolivariana vive momentos magníficos, hemos avanzado mucho para llegar a territorios de cambios definitivos, ahora podemos dar zancadas hacia el Socialismo.
Se avecinan pruebas para el pueblo y para la Revolución. Será necesario reafirmar el espíritu de la Independencia , el del Paso de Los Andes, el del 4 de febrero, abril y diciembre. Al pueblo y a sus dirigentes se les exigirá la conducta de los grandes, de los próceres que fundan mundos.
Es necesario conmocionar a la sociedad, dar un nuevo cachiporrazo al ya derruido muro oligarca. Podría ser el Trabajo Colectivo Voluntario, como ola social, todos movilizados alrededor de dar de sí según su capacidad. Con el espíritu socialista de fraternidad, unidos en la tarea de construir "todos por el bien de todos", sin esperar más recompensa que la satisfacción bolivariana del deber cumplido, del bien común. Así se educará la sociedad en la nueva relación humana solidaria, base del Socialismo, y así seremos capaces de resistirlo todo, de resolverlo todo.
¡Con Chávez!

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