Es sano, de
trecho en trecho, elevar la visión, abarcar el planeta en el análisis, superar la mentalidad de aldea. Así como una vacuna
contra lo que decía Martí del aldeano vanidoso que ignora el paso de los
cometas y al gigante de siete leguas. Veamos.
El primer dato importante son las inmensas
dificultades económicas que padece el planeta capitalista, la crisis asoma por
cualquier agujero, países llamados emergentes, pretenciosos de potencias,
sufren las contradicciones del capitalismo. Allí está China,
hasta ayer libre de sospechas de crisis, dando señales de caída, Europa es un
lamento, los gringos se mantienen saqueando al mundo. El petróleo, en su
derrumbe, señala que la economía mundial cruje.
Las tragedias ecológicas son noticia diaria de primera
página, y como estaba previsto atacan a todo el mundo, desde los ricos del
norte hasta el empobrecido sur, nadie se escapa, la naturaleza pasa factura a
una especie que viola los pactos de la armonía.
Pero donde el paisaje planetario aparece con patéticas
líneas es en las ideas. Parece que la humanidad agotó su creatividad, que
renunciamos al pensamiento, ya no pensamos en profundidad, el mundo narcotizado
deambula sin rumbo, sin más horizonte que el día a día.
No aparece con fuerza una idea, una esperanza, que
saque a la humanidad de la estupidización del capitalismo. El
mundo se mueve entre la tragedia de asesinatos sin sentido, atentados
esquizofrénicos, y la vanidad de los gobernantes que no son capaces de salir de
la lógica de una vida suicida.
La locura toma cuenta de la vida. Nos consumimos sin
esperanzas en una existencia sin sentido y, lo peor, pensamos que tiene que ser
así, que no hay otra forma. Adoramos fetiches, la violencia es cultura, se hizo
música, baile, valor, nos convertimos en agresores de nuestro entorno, de
nosotros mismos.
Hay que evitar que pan y circo sustituyan a la
sensatez, debemos rescatar la historia, vivimos sin pasado, el fascista de ayer
hoy aparece como demócrata. El absurdo debe ser execrado, "la razón debe
volver a tener razón".
El Paraguay es una señal de la locura y la estupidez:
un presidente sufre un golpe de Estado, y desde su casa forma otro gobierno
para fiscalizar a los golpistas, y además dentro de unos meses se presentará a
nuevas elecciones, entretanto, los gobiernos serios piden sanciones, cuando lo
que deben pedir es psiquiatras.
La humanidad tiene que volver a la racionalidad, las
ideas, los argumentos, la razón, deben dirigirnos. Debemos superar las
manipulaciones de los medios, la televisión, la radio, la banalidad de los
mensajes, esto es requisito indispensable para la supervivencia de la especie.
La Revolución Bolivariana tiene una gran reto en esta
situación mundial, tenemos la responsabilidad de construir una alternativa al
capitalismo, al mundo esquizofrénico que hoy vivimos, sólo esa meta dará
sentido a todos los esfuerzos.
¡Venezolanos Chavistas!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario