Difícilmente
encontraremos en la historia de las intervenciones imperiales una tan bien
planificada como esta que enfrentamos. La inteligencia imperial se luce en esta
confrontación, operan en las brumas electorales, en la legalidad oligarca que
arrastramos y, desde allí, preparan el zarpazo.
Se aprovechan de un fenómeno extraño que ocurre en las
Revoluciones Pacíficas (ya lo detectaron con Allende): son los
revolucionarios los más celosos guardianes de la legalidad oligarca que
heredaron, parecen hipnotizados por las reglas que durante tantos años los
burgueses le impusieron a la sociedad. En contraste, las clases dominantes
no tienen más consigna que los intereses del capital, se mueven entre la
legalidad y la ilegalidad con la agilidad del esgrimista y el caradurismo del
estafador. Veamos.
Van a unas elecciones y no reconocen al árbitro, al
contrario, lo desprestigian y dan por descontado el fraude. De antemano no
reconocen el resultado de las elecciones, preparan frente a nuestras narices la
"Rebelión de Octubre", sus voceros aprestan a su base, no para el
reconocimiento democrático sino para aceptar el golpe que preparan. Los viajes
a los centros paramilitares de Colombia, Israel, Miami, España, señalan con
claridad los componentes del plan.
Cada día dan un paso para el desconocimiento de esta
legalidad, en esencia oligarca, que es su propia legalidad. Cada día dan un
paso para cerrar en sus filas las ilusiones democráticas.
Ahora aparecen los voceros de las corrientes más
fascistas del imperio propagando el golpe definitivo a las elecciones: dice
diego arria, vocero autorizado del imperio, que el voto en octubre no es
secreto, que se puede saber por quién votó cada uno y ese conocimiento será
usado para retaliación. Con ese miedo vacían la candidatura de capriles.
Es una orientación de los halcones y zamuros del
norte, quieren reforzar, vigorizar, la salida cruenta. Ya captaron a ramos
allup, “el paladín del diálogo”, ahora aparece como conspicuo golpista.
Los bolivarianos, los hombres honestos de este país,
ante la amenaza real de llevarnos a una guerra, debemos unirnos alrededor de la
única posibilidad de paz, alrededor del Comandante Chávez y del Socialismo.
Es necesario actuar, la Patria agredida lo reclama, no
es posible presenciar pasivos cómo se cierne sobre el país la amenaza fascista
imperial. Es indispensable la unidad militante. Que alguien dé el primer paso y
se convoque la construcción de un bloque antiimperialista, de defensa de la
soberanía, del Socialismo y del Comandante.
Es urgente movilizar al pueblo alrededor de consignas
antiimperialistas. Esa es la única manera de detener el golpe que cada día se
acerca, de prepararnos si se atreven y también de explicar a la masa la
importancia de estas elecciones en las que se juega el destino de la Patria ,
su existencia.
Los campos están delimitados, ya no hay dudas. En el
lado de allá triunfaron los halcones, la candidatura de capriles quedó como
algo simbólico, como un adorno, un trámite que es necesario cubrir, ya están
disputándose la junta de gobierno…
¡Con Chávez habrá Patria y Paz!
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