Las
Revoluciones parecen sumergidas en un círculo infernal, en un ritornelo
macabro, siempre regresan, la restauración las sucede.
Lo anterior puede parecer exagerado, sin embargo, es
definitivo, si revisamos la historia nos encontraremos con que la humanidad
no ha podido superar al capitalismo, a él se aferra con insistente necedad.
La Revolución de Lenin terminó en manos de aquel siniestro personaje, Yeltsin.
La obra de Mao se hundió en manos de los capitalistas salvajes que son los
dirigentes de la China de hoy. Allende fue sustituido por pinochet y en Chile
se desató una crueldad que nadie sospechaba existía en el fondo de las
apariencias constitucionales... y así podemos seguir contando a todas las
Revoluciones, la que no se ha restaurado enfrenta graves peligros.
Para nosotros es muy importante, de vida o muerte,
estudiar este fenómeno ¿Por qué el capitalismo se restaura en medio de las
Revoluciones? Comentemos.
Los revolucionarios confrontan un inmenso obstáculo:
son hijos, creación del sistema que pretenden superar, por tanto, en ellos
habita la tradición, las costumbres, la lógica, la manera de pensar, de valorar
del capitalismo.
Es así, las Revoluciones han sido muy eficaces en
su primera fase, en la toma del poder y en las medidas iniciales. En esta etapa
son acompañadas del fervor de las masas que presienten cambios profundos,
radicales, revolucionarios. En las etapas posteriores, aparece el obstáculo
mayor: la cultura capitalista, que surge, retoña, desde sus bases psicológicas
y culturales que permanecen intactas.
Surgen los lujos de los dirigentes, claudican frente a
los signos de poder del capitalismo, el tener se impone frente al ser, así el
ejemplo se difumina, la referencia moral se confunde con los códigos del
pasado. Los errores cometidos en la construcción de las relaciones materiales
producen en la masa necesidades que, a su vez, reclaman más capitalismo. En ese
instante los dirigentes atrapados ya por la lógica del pasado se ven impelidos
a hacer concesiones, entonces, la Revolución ha sido atrapada por la cultura
capitalista, es sólo cuestión de tiempo para que ésta reclame el poder
político.
La defensa de la Revolución , o mejor, la superación
definitiva del sistema capitalista dependerá de los valores nuevos que se
socialicen, de las necesidades que de allí surjan, del sistema de valorización.
Esa es la principal batalla de la Revolución , todos los otros logros quedan
subordinados a este cambio cultural, sin él todas las conquistas serán
pasajeras, espejismos.
El Socialismo no puede sucumbir a las necesidades
ficticias que sustenta el capitalismo, que pretende valorar al humano por la
cantidad de mercancías superfluas que es capaz de consumir. El Socialismo
no puede sustentarse sobre la fragmentación espiritual y material. La Revolución
tiene que ir a la raíz del cambio, y la raíz del cambio, siguiendo a Marx, es
el hombre. La Revolución tiene que cambiar al hombre, que no es otra cosa que
cambiar sus relaciones sociales a fondo.
¡Con Chávez!
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