Si toda la gloria del mundo, al decir de Martí, cabe en un grano de maíz, también toda la gloria del mundo cabe en el yate Granma.
Aquel 25 de noviembre un yate construido para navegación recreativa, se preparaba para una de las travesías más importante de la historia, un viaje que cambiaría al mundo, una nueva era se iniciaba. Un yate transformado en templo albergaba a los 82 héroes que ofrendaban su vida por el bien de la humanidad.
La travesía del Granma, su efecto sobre el destino del planeta, autoriza a decir que es una de las hazañas más importantes de la humanidad. La travesía del Granma es una cátedra de Revolución.
El Comandante Almeida comienza así el libro donde relata la épica:
"Estos mismos pensamientos traen a mi memoria la imagen de Fidel, el líder y jefe de nuestro Movimiento, que con su perseverancia, tenacidad, inteligencia y dotes de organizador, nos ha preparado e inculcado la confianza y la seguridad en las posibilidades de éxito de nuestra misión, ha despertado en cada uno de nosotros al guerrero que aguarda el momento para medir sus fuerzas con el enemigo y derrotarlo.
Este será un episodio inolvidable en nuestras vidas, cuyo curso dio un cambio radical a partir del 10 de marzo de 1952 y se reafirmó más desde la preparación y el ataque al cuartel Moncada aquel 26 de Julio".
La primera enseñanza nos la brinda el Comandante Almeida: El líder es pilar fundamental en una Revolución, la lealtad es condición ineludible.
La Revolución Cubana forjó su Socialismo en la Sierra, pero antes el Moncada y el Granma fueron embriones. Los tres hitos forman la estructura inicial del Socialismo capaz de resistirlo todo, el asedio de un imperio y también la caída del campo socialista. Los tres hitos tienen características comunes.
Son actos de una vanguardia que resume el decoro de toda una sociedad, lo arriesga todo para redimir a su pueblo. En ellos se manifiesta la condición primera de la nueva sociedad, la fraternidad, la relación amorosa, el sentido de sociedad, el saber que la suerte del todo y la del individuo está relacionada.
La convivencia que suponen los tres episodios, el compartir cada vez con más intensidad el día a día, fue consolidando la mentalidad de grupo, el saberse parte de una empresa y de un destino común, fue la gran escuela de este núcleo original del Socialismo.
Esta convivencia, que fortalece los lazos de la fraternidad, debería estar en los programas de formación de todas las escuelas de cuadros revolucionarios. Ser práctica común de las patrullas de vanguardia, consejos, de los movimientos sociales. El Granma debe tener millones de réplicas.
La vida en colectivo, la percepción en la práctica de la necesidad del trabajo de cada uno para el éxito de la empresa común, la reflexión sobre las dificultades, los egoísmos y también las muestras de altruismo que surgen en esas convivencias son invalorables lecciones que prefiguran la sociedad socialista.
¡Con Chávez!
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