El debate de los escuálidos resultó huero, le faltaba algo, todos se guiaban por un manual básico, repetían la primera lección del manual gringo: “cómo ser un buen candidato”. La vestimenta, las poses, los espasmos de intensidad, todo indicaba que habían asimilado muy bien las instrucciones de los asesores gringos… Pero faltaba algo, aquello no tenía sustancia.
Faltaba el gringo o la gringa del departamento de estado, faltaba el dueño, el patrón, el que decidirá qué hacer y qué no hacer en un supuesto gobierno oligarca. Por eso lo que hablaron en el debate tenía un tufito a paja. Intentemos imaginar qué diría el dueño gringo.
No es difícil, es suficiente observar los movimientos de los del norte, el reacomodo de la geopolítica. Es indudable que los países desarrollados del norte tienen graves problemas económicos, pugnan por mantener la hegemonía, protegen sus mercados, necesitan energía barata y confiable, para conseguir ese alimento para su complejo industrial no se detienen ante nada.
Salta a la vista, lo comprende hasta un niño, que el petróleo de la Faja es para ellos un objetivo militar, lo han estudiado, lo conocen muy bien, al dedillo, tienen grandes tanques pensantes investigando esa riqueza. Se deduce entonces que no se detendrá su voracidad porque saquemos más votos en octubre, pensar así sería de ilusos, los requerimientos geopolíticos seguirán su rumbo y no se detendrán por elecciones.
No debemos hacer análisis como si tratáramos con unos “demócratas”, esos demócratas no existen, sólo existe un imperio voraz, dispuesto a todo por conseguir energía, y sólo existen sus secuaces con cédula nacional y pasaporte gringo, que no tienen más principios que los intereses de monstruo del norte.
Nuestros análisis, los planes, las acciones deben contemplar los problemas tácticos, pero siempre inscritos en el objetivo estratégico. Lo peor que podemos hacer es sumergirnos en el clima electoral burgués, considerar a las elecciones un objetivo estratégico, y olvidar la preparación para otro tipo de agresiones.
Nuestro objetivo estratégico es preparar al pueblo para las difíciles situaciones que ya se asoman en el horizonte, subirle la moral, la Conciencia del Deber Social, del Deber Patria, emocionarlo en las tareas de la Revolución, despertar la pasión sagrada de los que defienden su Patria.
No podemos conformarnos con la pelea tradicional de las elecciones burguesas. Es necesario explicar al pueblo que en octubre se decide el destino, la existencia de la Patria. No se trata de una elección común, esa decisión influirá sobre el futuro de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos. Allí se resolverá si le dejaremos un país, o una colonia destartalada, si podrán estudiar, sanarse, amarse, en definitiva, ser felices, o si su vida estará signada por la esclavitud frente a los capitalistas internacionales que todo lo venden y todo lo compran, si seremos una sociedad donde el dinero lo determina todo y el que no pueda consumir no existe, o seremos un pueblo dueño de su destino.
¡Con Chávez!
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