“Revolución es sentido del momento histórico, es cambiar todo lo que debe ser cambiado”… Así comienza Fidel su concepto de Revolución, nos invita a cambiar, que es lo mismo que llamarnos a comprender, a estudiar, a pensarnos a nosotros mismos.
Sin conocernos, no podemos hacer nada que valga la pena, ya los filósofos desde la antigüedad entendieron que previo a cualquier pensamiento trascendente está el conocerse. Los grandes generales sabían que conocerse y conocer al enemigo es condición indispensable para el éxito en la guerra.
Se desprende de lo anterior, que la Revolución Bolivariana debe encarar con extrema seriedad el estudio, la reflexión. Surge aquí una pregunta ¿Cómo hacerlo?
El asunto tiene varias vertientes: el ejemplo de los dirigentes es fundamental factor educador. Su conducta irradia sobre toda la sociedad, es innegable la influencia del ejemplo de los barbudos de la Sierra Maestra en la nueva cultura que con la Revolución se instauró en esa sociedad. Este pensamiento lo resume Fidel cuando dice: "queremos que nuestros hijos sean como el Che".
Los dirigentes nuestros deben entenderse docentes, profesores, ejemplo de conducta revolucionaria, saber que lo que hagan debe ser soporte de lo que digan, sólo así el discurso tendrá credibilidad. Una acción es más importante que mil palabras, allí está el "Por ahora", que resume una extraordinaria cátedra de ética revolucionaria. Ya decía Martí: "La mejor forma de decir es hacer".
Los dirigentes, su acción, su pensamiento, deben estar respaldados por núcleos de estudios especiales. Deben estimularse los foros temáticos, los simposios de especialistas, todos los temas deben ser tratados, la reflexión debe ser diaria. Se debe crear un ambiente impregnado por el pensamiento, el argumento serio, las ideas deben ser prestigiadas tanto como la acción.
El próximo nivel es socializar ese pensamiento, llevarlo a las grandes masas, a los humildes. Esa es labor de las Escuelas de Cuadros, de las charlas, de los medios.
Por último, es necesario ubicar algunos temas que merecen una profunda discusión. Veamos.
Sólo comprendiendo las bases teóricas de una Revolución podremos entender su evolución. Por allí debe comenzar el estudio. Algunos tópicos serían:
El pensamiento de la Revolución Cubana , como el más avanzado escalón alcanzado por la humanidad. El conocimiento histórico y universal como base del pensamiento revolucionario actual. El papel de la Conciencia del Deber Social en las revoluciones. El Reformismo como aliado y enemigo de la Revolución. El papel de la vanguardia, el papel del líder. La organización política y popular. El internacionalismo indispensable en la construcción socialista. Las necesidades verdaderas y las necesidades creadas. La producción condicionada por las necesidades. Los estímulos morales y los materiales.
Esta sería una formidable estructura de estudio, de trato acertado de lo intelectual, así la Revolución estaría blindada, en condiciones de cumplir el mandato de Fidel, de cambiar, y de tener sentido del momento histórico.
¡Sin Chávez no hay Socialismo, Sin Socialismo no hay Chávez!
Sin conocernos, no podemos hacer nada que valga la pena, ya los filósofos desde la antigüedad entendieron que previo a cualquier pensamiento trascendente está el conocerse. Los grandes generales sabían que conocerse y conocer al enemigo es condición indispensable para el éxito en la guerra.
Se desprende de lo anterior, que la Revolución Bolivariana debe encarar con extrema seriedad el estudio, la reflexión. Surge aquí una pregunta ¿Cómo hacerlo?
El asunto tiene varias vertientes: el ejemplo de los dirigentes es fundamental factor educador. Su conducta irradia sobre toda la sociedad, es innegable la influencia del ejemplo de los barbudos de la Sierra Maestra en la nueva cultura que con la Revolución se instauró en esa sociedad. Este pensamiento lo resume Fidel cuando dice: "queremos que nuestros hijos sean como el Che".
Los dirigentes nuestros deben entenderse docentes, profesores, ejemplo de conducta revolucionaria, saber que lo que hagan debe ser soporte de lo que digan, sólo así el discurso tendrá credibilidad. Una acción es más importante que mil palabras, allí está el "Por ahora", que resume una extraordinaria cátedra de ética revolucionaria. Ya decía Martí: "La mejor forma de decir es hacer".
Los dirigentes, su acción, su pensamiento, deben estar respaldados por núcleos de estudios especiales. Deben estimularse los foros temáticos, los simposios de especialistas, todos los temas deben ser tratados, la reflexión debe ser diaria. Se debe crear un ambiente impregnado por el pensamiento, el argumento serio, las ideas deben ser prestigiadas tanto como la acción.
El próximo nivel es socializar ese pensamiento, llevarlo a las grandes masas, a los humildes. Esa es labor de las Escuelas de Cuadros, de las charlas, de los medios.
Por último, es necesario ubicar algunos temas que merecen una profunda discusión. Veamos.
Sólo comprendiendo las bases teóricas de una Revolución podremos entender su evolución. Por allí debe comenzar el estudio. Algunos tópicos serían:
El pensamiento de la Revolución Cubana , como el más avanzado escalón alcanzado por la humanidad. El conocimiento histórico y universal como base del pensamiento revolucionario actual. El papel de la Conciencia del Deber Social en las revoluciones. El Reformismo como aliado y enemigo de la Revolución. El papel de la vanguardia, el papel del líder. La organización política y popular. El internacionalismo indispensable en la construcción socialista. Las necesidades verdaderas y las necesidades creadas. La producción condicionada por las necesidades. Los estímulos morales y los materiales.
Esta sería una formidable estructura de estudio, de trato acertado de lo intelectual, así la Revolución estaría blindada, en condiciones de cumplir el mandato de Fidel, de cambiar, y de tener sentido del momento histórico.
¡Sin Chávez no hay Socialismo, Sin Socialismo no hay Chávez!
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