La historia se repite con la insistencia de un tiovivo. Los actores son los mismos, iguales las mañas, idénticas las ingenuidades.
A Bolívar, después de triunfar en mil batallas, liberar medio continente, fundar naciones, lo derrotan los representantes políticos de formas económicas que venían desde la colonia, los propietarios de esclavos y tierras.
He allí una enseñanza: no se puede dar por concluída una Revolución, no se derrota a la restauración hasta que la hegemonía de las formas económicas del pasado sean sustituídas por las nuevas.
Esta hegemonía no es un asunto meramente económico, es ante todo un problema de conciencia. La forma económica hegemónica será la forma que sustente la conciencia de esa sociedad.
En la época del Libertador era la forma esclavista, la independencia fue débil frente a los esclavistas, estos permanecieron y obstaculizaron el avance de las transformaciones.
Hoy se engañan los que en Venezuela reducen la hegemonía sólo a un problema de la renta, aquí la conciencia es generada por la periferia a la petrolera. De allí que lo decisivo es cuál forma económica se construye con la renta. Si prestigiamos al capitalismo estimularemos la conciencia egoísta, y ésta indefectiblemente chocará con los intereses socialistas.
Esta Revolución que se planteó soportarse sobre un híbrido capital-Socialismo, sufre hoy los embates del capitalismo que no hemos sabido superar, al contrario, lo estimulamos económica y espiritualmente.
Los partidarios del híbrido necesitan que el capitalismo se “porte bien”, que sea democrático, que no conspire. Pero el capitalismo insiste en decepcionarlos, no cesa en su conspiración, no acepta convivir con el Socialismo que es su enemigo mortal. Veamos.
Hoy en plena campaña democrática por la aprobación de la Enmienda, la oligarquía activa un plan conspirativo: ante el decreto de un diíta feriado, Fedecamaras se alzó como si de un asunto de vida o muerte se tratara. Sus voceros se agarraron de los pelos y se tiraron al suelo. Los oligarcas atentaron contra la Sinagoga buscando excusa para desacreditar a la Revolución y tener motivo para atacar al gobierno que dignamente rompió relaciones con los genocidas sionistas. Cuando todos sabemos que la posición del gobierno no es religiosa, está basada en el humanismo.
El colmillo de la bestia se asoma, uno de sus voceros, Asdrúbal Aguiar, en un artículo en el Universal desestima la posibilidad de Magnicidio y reclama que: “hasta el presente no hay detenidos y menos cuerpos de los delitos de lesa majestad tanta veces denunciados”. ..
Este oligarca haciendo un sutil juego de palabras hace un llamado al Magnicidio, no aguantó sus ganas de derramar sangre noble, no pudo ocultar sus oscuras intenciones.
Los fascistas están aquí: los cacerolazos volvieron, los ataques de la iglesia y fedecamaras se activaron, los estudiantes sifrinos queman la vida y ahora los nazis piden públicamente Magnicidio.
La batalla por la Enmienda es la batalla contra el nazismo-capitalismo, si ellos triunfan, gobernará la bestia, vendrán horas terribles para este pueblo.
¡No podemos fallarle a Chávez!
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