La movilización de la masa Bolivariana en las elecciones del 15 de febrero a las mesas de votación es colocada por el Comandante Chávez como primer requisito para el triunfo. Es necesario entonces estudiar bien a la movilización.
La movilización tiene dos componentes principales: el ¿por qué? y el ¿cómo? Es decir, cuál es la motivación para que la gente se movilice y cómo se moviliza.
De estos dos componentes el más importante es el motivo, lo que genera la necesidad en el individuo de movilizarse. El "por qué" es el componente principal.
Un individuo, un pueblo bien motivado, con razones sagradas para movilizarse, es capaz de implementar El Paso de Los Andes, ese es el tamaño de la gesta de hoy.
En contraste, un individuo, un pueblo desmoralizado, blandengue, calculista, sin razones que lo motiven, entrega a su líder y a su causa por cualquier frivolidad.
De aquí se desprende la necesidad de motivar la movilización, a la par que la planificamos. El "cómo" debe girar alrededor del "por qué". Más valen las ideas y las razones que las Patrullas y los Comités.
En estos pocos días que nos quedan debemos hacer hincapié en las razones más sagradas que nos motivan a votar por la Enmienda.
El Comandante es la principal de estas razones: eso lo sabe la oligarquía, de allí su empeño en que no pase la Enmienda, se trata de cerrarle el paso al Comandante y a todo lo que él representa: a la causa más noble del pueblo, al futuro, al Socialismo, a la Revolución.
Debemos apoyar al Comandante sin ningún complejo. Una Revolución, siempre encarna en un líder, en él se identifica el proceso y el pueblo que lo ejecuta. Así líder y pueblo vibran al unísono, avanzan juntos, aciertan y se equivocan juntos, su suerte es una sola.
Este pueblo, esta Revolución, no es posible sin el liderazgo del Comandante Chávez, tiene una gran responsabilidad consigo misma y con el resto de la humanidad.
La Revolución tiene muchos logros, pero uno que los supera a todos, sin dudas, es haber colocado en la esperanza mundial la posibilidad del Socialismo.
Antes de la Revolución Bolivariana el mundo estaba sumergido en la desesperanza, nos hicieron creer que el capitalismo era el fin de la historia, la humanidad no tenía más opción que transitar el camino del infierno que nos propone el capitalismo.
La Revolución devolvió la Esperanza a este pueblo preterido, pero también a la humanidad toda. Revivió la posibilidad del Socialismo. Sólo el Socialismo puede resolver los problemas del mundo, sin el Socialismo el destino de la humanidad es la extinción.
El pueblo debe entender esta verdad y el compromiso que tenemos de preservar la posibilidad socialista, de preservar al Comandante. Esa es la principal razón motivadora de la movilización.
El 15 de febrero debemos ir a votar SÍ para ratificar nuestro amor por el líder, a demostrar que somos un pueblo leal con sus líderes y con sus causas.
¡Chávez!
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