9.10.08

TEMBLAR

El Che nos legó una útil medida de la calidad revolucionaria. En carta de respuesta a una señora que le preguntaba si tendrían nexos familiares, le responde: “Si ud. es capaz de temblar cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante”.
Allí afirmaba que la condición revolucionaria, la conciencia revolucionaria, se conoce por su expresión práctica, que es la práctica el criterio para conocerla, la única manera de evaluarla.
En otras palabras, el hombre es revolucionario sólo si actúa como revolucionario, son las acciones revolucionarias las que califican y educan al revolucionario.
Lo mismo cabe para los pueblos, sólo los pueblos y las clases que actúan como revolucionarios son revolucionarios.
Y, siguiendo las enseñanzas del Che: la acción primigenia del revolucionario es vibrar de indignación frente a la injusticia, eso lo califica.
La Revolución Bolivariana ha tenido importantes avances, allí están los números que indican progreso: la erradicación del analfabetismo es un logro importantísimo de la Revolución , nos sacó de la prehistoria. La asistencia médica es ejemplo hermoso de lo que puede hacer una sociedad en Revolución. Los esfuerzos en alimentación, en vivienda, son encomiables.
Donde la Revolución ha dado muestras fundamentales de altruismo, ha sido en la política internacional. La cooperación con el Caribe, Centroamérica y el resto del continente es muestra clara del humanismo revolucionario.
Pero, es pertinente una pregunta:
¿Por qué el apoyo a la Revolución no es rotundo, por qué las muestras de que el entusiasmo revolucionario ha mermado, dónde está la falla?
Lo primero es aceptar la situación, en estos momentos la política del avestruz es más dañina que nunca.
Aceptado esto, podemos comenzar a corregir la situación. Nosotros creemos que hemos descuidado la fibra revolucionaria del pueblo, no la hemos tonificado, hemos descuidado la educación. La práctica revolucionaria la sustituimos por acciones burocraticas.
Ahora la basura en una esquina es más importante que el magnicidio o que el recalentamiento global. La gente tranca una calle por pequeñeces, nunca por un objetivo altruista. La vista no se eleva del piso.
No hemos aprovechado las oportunidades de vibrar de indignación frente a la injusticia. Así la pasión, que es el motor de toda acción humana y más de la Revolución , se apaga, y con ella la fe.
Es necesario angustiarse, relanzar las campañas educativas con el desespero del naufrago, ir a la práctica revolucionaria, temblar de indignación por lo grande, impregnar al pueblo de la angustia y de la pasión de saberse heredero de los libertadores, y de tener tarea semejante.
Oportunidades de temblar de indignación frente a la injusticia existen: el intento de magnicidio es una. La marcha inexorable hacia el extinción de la vida planetaria debe estremecer al pueblo, el secuestro de los cinco héroes cubanos, es otra.
Reúnanse a los mejores entre los buenos en Destacamentos de Vanguardia, y comience la acción, el ejemplo revolucionario.
¡Chávez es Esperanza Socialista!

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