La Humanidad presenta dos contradicciones principales. Una, la contradicción interna entre el capital y el trabajo, entre los trabajadores y los oligarcas. La otra, la contradicción externa entre la Humanidad y la Naturaleza.
Marx nos decía que la historia de la lucha de clases, es la historia de la humanidad, y no estaba equivocado, esa lucha ha sido el motor del movimiento social. Hasta hace cincuenta años no se vislumbraba otro tipo de contradicción, era dentro de la sociedad donde radicaba el eje del problema que había que resolver: acabar con la explotación del hombre por el hombre.
La sociedad capitalista ha desarrollado una contradicción más importante que la contradicción obreros-capitalistas, es una contradicción que amenaza con llevarnos a la extinción, es la contradicción capitalismo-naturaleza. Veamos.
La sociedad capitalista expolia de tal manera a la naturaleza, que el daño que le infringe rompe los equilibrios ecológicos fundamentales y nos conduce inexorablemente a la extinción de la vida.
Los científicos más importantes del planeta certifican la extinción progresiva de la vida planetaria, las especies desaparecen a ritmo acelerado, los bosques se transforman en desiertos tras la explotación indiscriminada.
La agresión brutal ha alcanzado a la atmósfera: las emanaciones de gas carbónico, provenientes de combustibles fósiles, han modificado la composición atmosférica, y esto ha ocasionado el aumento del efecto invernadero, que produce el aumento de la temperatura del planeta.
De esta manera el fino equilibrio del clima se altera cada día más, trayendo consigo extinción de vida, aumento de calamidades atmosféricas, huracanes, tormentas, radiaciones a niveles de destrucción, aguas marinas que se elevan y amenazan con sumergir ciudades y hasta países enteros.
El capitalismo tiene mil maneras de amortiguar la contradicción obrero-oligarca, usa los medios de deformación para crear cadenas psíquicas que son efectivísimas para mantener esclavizado al trabajador, cuando éstas no funcionan usa la violencia. Con esa contradicción, trabajador enfrentado al dueño de los medios de producción, hemos vivido durante milenios.
Pero el capitalismo no tiene manera de detener la agresión contra la naturaleza, ni de controlarla. El daño es importante e irreversible. El daño que se causa a un bosque tarda siglos en recuperarse, si es que se puede recuperar.
La carrera hacia la destrucción es mucho más rápida que la tibia compensación ecológica que propone el capitalismo.
Es urgente, de vida o muerte, resolver la contradicción humano-naturaleza, pero esto no es posible sin superar el capitalismo que la origina. La contradicción se puede resolver de dos maneras: con la extinción de la vida, o con la instauración del Socialismo.
El Socialismo dejó de ser una meta de los desposeídos para ser una meta de toda la humanidad. Es necesario agrupar alrededor de la causa socialista a todos los hombres de buena voluntad.
Los venezolanos tenemos una gran responsabilidad en esta lucha, es aquí que se dan las condiciones que señalan el camino Socialista, no podemos fallarle a la humanidad.
¡Chávez es Esperanza Socialista!
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