Todo lo que la humanidad ha creado como cultura está a punto de desaparecer: la poesía, la música, las imágenes, todo será tragado por la nada. El único sonido que poblará al planeta será el viento, aullando lamentos por la estupidez de la especie más “inteligente” creada por la evolución de la vida.
Estupidez, porque todo el daño ecológico que hoy sufre el planeta, y que de seguir llevará a la extinción de la vida, es producto de la actividad del hombre, es atribuible directa o indirectamente a la actividad desquiciada del humano.
Podemos decir, con pesar y vergüenza, que el humano del capitalismo es una enfermedad mortal para la vida del planeta, para la biosfera.
Aquí surge una pregunta:
¿Cómo la humanidad ha llegado a esta situación terrible?
Para buscar la respuesta es necesario auxiliarnos con la historia: La humanidad aún vive en la selva caracterizada porque una fracción de la humanidad se apropia del trabajo social. El fraude es milenario, recordemos que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases, en las que unas clases privilegiadas se apropian del trabajo de las clases trabajadoras.
Esta situación dolosa tiene como fundamento la propiedad nosocial de los medios de producción. La apropiación del trabajo ajeno sólo es posible si existe propiedad nosocial de los medios de producción.
Este fraude, esta apropiación del trabajo ajeno, además del significado material, tiene su correspondiente en la cultura, en la espiritualidad, que lo justifica y lo perpetúa.
Esta ética, esta cultura que alcanza su mayor desarrollo con el capitalismo, se basa en el axioma de: “Si da lucro es lícito, si da lucro está justificado”. Todo debe ser medido por este aforismo, no importa si la sociedad es perjudicada, si el ambiente y la naturaleza sufren.
Al principio el hombre depredaba a los hombres, el hombre era lobo del hombre, unos se lucraban del trabajo ajeno. Las fuerzas productivas no se habían desarrollado a niveles capaces de impactar con fuerza destructora a la naturaleza. Con el desarrollo de las fuerzas productivas el hombre no sólo es lobo del hombre, sino que es ahora verdugo de la naturaleza.
¿Siendo el peligro de extinción una realidad que nos acosa cada día más, cuál es la solución?
La respuesta es tajante:
O la humanidad supera la prehistoria, supera al Capitalismo, o la vida planetaria se extingue. Hoy el dilema de la humanidad no es Socialismo o Barbarie como lo planteó Rosa Luxemburgo, el dilema es Socialismo o la Nada.
Sólo el Socialismo tiene la fuerza moral para desintoxicar a la humanidad, para llevarla a cambiar radicalmente su manera de producir y de consumir. Para sanarla.
El Socialismo es en esencia la redención espiritual de la humanidad, que hace posible los cambios en la manera de vivir, de relacionarse los hombres entre sí, y de estos con la naturaleza, para restituir la armonía entre el mundo de las cosas y el mundo del humano. En resumen, para hacer viable a la especie, para conquistar su sobrevivencia.
¡Chávez es Esperanza Socialista!
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