Al principio fue la conciencia, y la conciencia se hizo Revolución, la esperanza se convirtió en posibilidad y empreñamos el camino.
No hay dudas, vivimos época de Revolución, que es lo mismo que decir, vivimos época de generación y concreción de ideas revolucionarias.
Tenemos, hemos construido, la oportunidad maravillosa y única de dirigir el destino, de ser dueños de nuestro futuro, y marcar rumbos al continente y al mundo.
No podemos fallar, no nos está permitido.
Entramos en una etapa crucial, donde lo decisivo será la claridad de las ideas: la batalla se pierde o se gana dependiendo de las ideas, ellas serán las armas.
Hay una idea que es básica, que es fundamental para tener éxito en la faena de crear nuevos mundos:
La Revolución es, tiene como fin último, la integración, el rescate de la sociedad fragmentada por el capitalismo.
En otras palabras, es recuperar la relación amorosa de los humanos entre sí, y de estos con la naturaleza. O rescatamos las relaciones amorosas, o el capitalismo con sus relaciones egoístas acaba con la especie humana y con el resto de la vida del planeta. De eso no hay dudas, la afirmación es corroborada por la ciencia y por el pensamiento de los más lúcidos.
Recuperar la relación amorosa es la misión de la Revolución Bolivariana, de la Revolución Socialista. No se puede ser Socialista sin tener como tarea este rescate. Ahora bien, cómo hacerlo, dónde está la viga maestra de la construcción que pretendemos.
La respuesta es categórica: No se puede construir el Socialismo sin sustituir la propiedad nosocial de los medios de producción y sin construir la Conciencia del Deber Social. Expliquemos.
La sociedad está fragmentada porque tiene como fundamento ético y moral al egoísmo, porque su base económica también es el egoísmo, que no es otra cosa que el absurdo de la propiedad nosocial de los medios de producción. En otras palabras, el egoísmo en lo espiritual tiene como fundamento económico a la propiedad nosocial de los medios de producción.
Fácilmente comprendemos que la esencia de la integración social, es la conciencia del deber social, equivale a decir, la conciencia de la pertenencia a la sociedad, la conciencia de que la existencia del individuo está entrelazada con la existencia de la sociedad, que por ella y para ella existimos, que por ella somos uno, y para ella somos todo. Y esa conciencia no es posible mientras persista la hegemonía de la propiedad nosocial de los medios de producción, esto es, mientras el trabajo del hombre sea apropiado por otros hombres y no sea patrimonio de toda la sociedad.
La sociedad será cómo sea la relación entre los hombres, y la relación entre los hombres será como sea la relación de los hombres con el trabajo y con las cosas.
¡Lo que atente contra el Socialismo es ilegal!
¡La batalla se pierde o se gana dependiendo de las ideas, ellas serán las armas!
¡Propiedad social para construir el Socialismo!
¡Conciencia social es Socialismo!
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