15.5.08

DOS AGUAS

La política venezolana presenta dos aguas, una plácida, serena, y otra procelosa, las dos conviven. En una navega la candidez, la otra es refugio de lo artero.
En el agua plácida apacenta la gran mayoría de la clase política, allí sólo se habla y se preocupan por lo electoral, conseguir la nominación es un delirio nacional, las apetencias son epidemia, las ambiciones saturan la vida, el país se obsesionó de lo electoral. Ahora abundan los émulos de César, un aspirante a alcalde en una pequeña ciudad se porta como un diminuto emperador romano, es capaz de todo por conseguir la candidatura.
Los partidos son iguales, basta ver las declaraciones de sus dirigentes para entender que tras ellas se esconde la ambición mezquina, el cálculo egoísta. Esa es la función que la oligarquía le asignó a las elecciones, distraer a la sociedad de lo importante, sumergirla en la esquizofrenia eleccionaria.
Todo sería desventajoso, pero no peligroso, de no ser por las aguas procelosas, turbulentas, que nos amenazan seriamente.
El imperio ha conseguido construir una santa alianza contra la Revolución y el Comandante Chávez. Alemania y España se plegaron a los planes gringos, pronto lo hará Inglaterra, uribe es un instrumento de la infamia gringa.
Las voces del imperio cada vez son más agresivas y directas contra nosotros, el plan se perfila: tomando como excusa los documentos de las computadoras de Reyes justificarán cualquier agresión, desde la IV flota que para julio estará lista en el caribe, hasta un golpe, ya los medios de deformación están adelantando el trabajo.
Hemos dejado que la parsimonia electoral arrope a las masas, y un pueblo que haya perdido la capacidad de movilización, que no esté tonificado, deja a la Revolución inerme.
Las direcciones políticas nuestras deben hacer un esfuerzo por zafarse de la ilusión de las aguas mansas, de la distracción electoral, y hacer política. Ya hace mucho tiempo que tenemos a las masas desasistidas de política grande.
Las declaraciones de nuestras direcciones son electorales en un noventa y nueve por ciento, y una que otra declaracioncita política como para llenar el trámite.
Es necesario poner al país en zafarrancho de combate, la pelea no puede ser sólo del Comandante, él ha denunciado los planes, y nosotros, sus partidarios, sus partidos debemos oír el llamado, no podemos quedarnos impávidos, como si nada, navegando en la distracción de unas aguas apacibles.
Es cierto que no podemos abandonar las elecciones regionales, nadie lo propone, lo que tenemos que hacer es conectarlas con la agresión que hoy sufrimos, que la gente entienda, que las regionales son un escenario más de la gran confrontación con el imperio y sus lacayos nacionales.
Estamos en una encrucijada definitoria, de la capacidad de las direcciones revolucionarias para jugar cuadro cerrado con el Comandante, de tener altura de miras, de desechar las ilusiones, de prepararse y preparar al pueblo, dependerá el éxito de la esperanza del continente, de la Revolución Bolivariana.
¡Acompañemos a Chávez!

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