Se puede afirmar, sin ningún temor, que “sin teoría Revolucionaria no hay práctica revolucionaria” o, lo que es lo mismo, “sin teoría no hay Revolución”. La afirmación del viejo Lenin no pierde vigencia.
La oligarquía y sus adláteres conocen la fuerza de la teoría revolucionaria, y de mil maneras intenta separar a las revoluciones de su teoría, muchos cuentos de camino aplican con este fin.
Cuando una Revolución está en dificultades, debe revisar la teoría. Siempre que algo falla en una Revolución, examínese la teoría. Se puede afirmar categóricamente, que las fallas de una Revolución tienen su origen en debilidades teóricas.
Nuestra Revolución Bolivariana sufrió un duro revés en diciembre, y para superarlo es necesario ajustes en la teoría, debemos revisar los extravíos teóricos que sustentan los errores.
El primer extravío fue olvidar que la Revolución es ante todo un asunto de conciencia, la batalla revolucionaria se escenifica en la conciencia, en el alma colectiva.
El segundo extravío fue olvidar que los desarrollos capitalistas, sean del tamaño que sean, son generadores de conciencia capitalista, por lo tanto producen acciones egoístas y antisocialistas. De allí que cuando el Estado Revolucionario estimula formas económicas capitalistas, está acumulando conciencia egoísta que tarde o temprano le sacarán los ojos.
La derrota de diciembre tiene su fundamento en estos extravíos, en descuidar la formación de conciencia amorosa Socialista, y estimular centros generadores de conciencia egoísta, centros egoistógenos. Las otras causas que se aducen para explicar la caída de diciembre tienen su origen o son potenciadas por estos extravíos: la basura, la inseguridad, el desabastecimiento, nunca serán motivo para que un Pueblo con Conciencia Socialista entregue a la Revolución, al contrario, se une para enfrentar las adversidades.
¿Ante la derrota de diciembre qué debemos hacer los revolucionarios?
La derrota es una señal de emergencia y en época de emergencia, medidas de emergencia.
Primero, tomar medidas llenas de verdad, la Revolución es siempre un acto de sinceridad. Debemos, sobre todo los dirigentes, ser autocríticos, reconocer frente al Pueblo nuestros extravíos, llamar a la unidad, a la conciencia Socialista, explicar la grandeza e importancia vital para la humanidad de la Revolución , convocar al Pueblo para lo grande, desechar lo mezquino.
Segundo, ¡es urgente oír al Pueblo! Para eso proponemos una Brigada Presidencial Especial de Contacto directo con El Pueblo, formada por unas centenas de voluntarios. Caras nuevas, que vayan a los centros de trabajo, a los barrios, a los sitios donde esté la gente, para conversar con ella, explicar la grandeza de la Revolución , y que la gente transmita sus inquietudes directamente al Comandante. A la par, implementar otros sistemas de comunicación del Pueblo con Chávez, buzones presidenciales, mensajes de texto, líneas 800, oficinas, cartas al Comandante, etc. El Pueblo movilizado hablando con su Presidente, millones de mensajes fortaleciendo la conexión amorosa, reencontrándose.
Tercero, una gran Misión Conciencia, una batida fuerte y extraordinaria por la conquista de la Conciencia del Deber Social.
Cuarto, es necesario, al más alto nivel, un grupo de dirección colectiva que apoye al Comandante.
¡Chávez es Socialismo!
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