Es insuficiente calificar el referéndum del 2 de diciembre próximo como una simple elección. Ese día será el encuentro, tal vez violento, pero siempre frontal y decisivo, de dos visiones del mundo. Será una de esas excepcionales batallas que deciden el destino de generaciones y continentes.
En las luchas de los humildes por su redención ocurren estos momentos definitorios, a veces se avanza en la emancipación de los Pueblos, a veces los humildes son derrotados en su empeño.El éxito o fracaso depende de muchos factores. Puede suceder que el Pueblo pelee sin líder, sin organización, sin metas, sin ideas transformadoras, entonces, sus luchas están destinadas a ser meros fuegos artificiales, que indican fuerza, pero no pasan de ser fulgor precario. Tal fue el caso del 27 de febrero de 1989 , cuando una descomunal energía popular pasó como una tolvanera por los escalones más primitivos de la lucha de clases: el individualismo.
Pero puede suceder que el Pueblo de a luz un líder, que se organice alrededor de ideas transformadoras, que tenga conquistas que defender, metas sagradas por las que luchar, caminos que transitar, sueños que concretar. Entonces la batalla de los humildes se eleva a los escalones más excelsos de la existencia humana: la Revolución. En esos momentos el Pueblo lucha unido y es relámpago invencible. En la Venezuela de hoy, vivimos uno de esos escasos momentos en los que confluyen ideas revolucionarias, Pueblos con alto grado de conciencia, y un líder que sintetiza el momento histórico.
Esas son las inmejorables condiciones con las que vamos al 2 de diciembre. La aprobación de la Reforma es una batalla donde derrotaremos las pretensiones internacionales y de lacayos nacionales de truncar el camino hacia la construcción de un mundo mejor, donde derrotaremos con los votos y con el alma combativa que heredamos de Bolívar a los que pretendan abusar de nuestra credulidad. La Reforma no es simplemente una elección, es una batalla que nos propone la historia en la que debemos demostrar nuestra convicción de avanzar hacia el futuro, sin las cadenas de un pasado que ya no tiene nada que ofrecernos.
Hagamos uso del privilegio de entrar en combate por la construcción de un mundo mejor. Ayer, la historia nos convocó para la Independencia , hoy las circunstancias nos convocan para la defensa del Comandante Chávez, de la Revolución Bolivariana , de la necesidad de construir el Socialismo, de la certeza de liberarnos del capitalismo en cualquiera de sus versiones, y continuar en el camino hacia la construcción de un mundo donde el hombre no sea lobo del hombre, donde impere el amor.
Estamos atravesando uno de esos momentos donde la vida deja de ser la búsqueda de lo mezquino, de lo efímero, de lo transitorio, y el horizonte abarca la inmensidad de la trascendencia histórica. Es hora de cruzar Los Andes para ir en busca de Bolívar. Es tiempo de volver a la quebrada del Yuro para decirle al Che que remontamos vuelo junto a su ejemplo. Martí nos espera en Dos Ríos. La historia abrió su libro y pide nuestro alegato.
¡Chávez es la Reforma!
!Defenderemos a Chávez y al Socialismo con el SÍ en la calle!
!Irreverencia en la discusión, Lealtad en la acción!
!Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!
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