Nos atrevemos a afirmar, que una de las necesidades más importantes en una guerra es determinar quién es el enemigo, conocer sus armas y artimañas.
En cada Batalla se debe identificar al enemigo y estudiarlo a profundidad, de no hacerlo, de errar este requisito previo, las victorias huyen y se comprometen las guerras.
Nosotros en Venezuela estamos empeñados en una lucha frontal contra el imperio capitalista y sus lacayos nacionales, ese es el enemigo.
El enfrentamiento nos ha enseñado que el capitalismo es uno solo a la hora de proteger sus intereses estratégicos, es por eso que no establecemos diferencias sustanciales entre aznar y zapatero, o entre bush y su sucesor.
Hemos aprendido que en esta guerra el imperio capitalista no cesará hasta ver aplastado el ejemplo que significa la Revolución Bolivariana y el Comandante Chávez.
Y hemos aprendido que el imperio cada vez afina más sus embestidas, disfraza más su ataque, se oculta, se disimula.
Ahora, con motivo de la consulta por los ajustes a la Constitución del 99, el enemigo se refugia en las grietas de nuestros errores y omisiones, y allí agazapado confunde y manipula nuestros miedos ancestrales. Así nos habla de la pérdida de las cosas pequeñas, de los cubiertos de la mesa, de la casa, hasta de las habitaciones, de la patria potestad, del pequeño negocio, es decir, de las cosas que nos aferran a la vida, sin ningún pudor inventan diez mil miedos.
Nosotros debemos identificar al enemigo, sus mañas, y tenemos dos grandes tipos de enemigos. Veamos:
El enemigo externo, es visible, fácilmente identificable, se presenta ahora disfrazado de constitucionalista, olvidando cuánto se opuso a esta Constitución del 99, como le dio golpes y saboteos. A veces aparece como pacífico, a veces llama a la violencia, siempre sigue las órdenes de bush.
El otro enemigo somos nosotros mismos: nuestra alma intoxicada de siglos de dominación, de costumbres petroleras, de individualismo, de egoísmo estimulado, de rechazo a la organización, de consumo derrochador, de necesidades ficticias, de triunfo fácil y pequeño, de conformismo. De eso estamos hechos, y ese es el gran aliado del enemigo externo.
Debemos derrotar al enemigo externo y también al enemigo que llevamos por dentro. Construir con el barro del pasado una nueva cultura, de la sensatez, de la fraternidad, de la organización, del sentido social, romper con los patrones del pasado.
En ese empeño tienen gran papel los líderes de la Revolución , que deben ser ejemplo y guía.
A pocos días de las elecciones nada es más importante que ganar ampliamente y derrotar las pretensiones de los enemigos de siempre, que hoy nos quieren confundir con miedos y mentiras para quitarnos el derecho a decidir nuestro futuro.
Es necesario votar "SI" para seguir avanzando, para salvar a la Revolución y al Comandante Chávez, pero sobre todo para salvar a la esperanza de que podemos construir un mundo mejor.
¡Defenderemos a Chávez y al Socialismo con el "SI" en la calle!
!Irreverencia en la discusión, Lealtad en la acción!
!A la Reforma, SÍ!
!Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!
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