La embajada gringa ha diseñado una muy inteligente estrategia de ataque a la Revolución y al Comandante Chávez:
Conocedores del gran arraigo popular del Comandante, intentan engañar al Pueblo humilde que lo apoya, para que, sin percatarse, le dé un duro golpe. Pretenden abusar de la credulidad de los humildes.
Es la misma táctica que usaron contra El Libertador, contra Miranda, contra el Che: confundir, manipular, engañar, así han conseguido siglos de dominación.
Ahora intentan separar a la Reforma del Comandante Chávez y de la Revolución Bolivariana , de esta forma, dicen: sería posible apoyar a Chávez y rechazar la Reforma, ¡Mentira!
La mentira la repiten los heraldos negros de la embajada gringa: teodoro, baduel, julio borges, globovisión, todos dicen lo mismo, siguen un guión diseñado por los expertos gringos. No atacan de frente, saben que así su derrota será inevitable.
Pero nunca falta un bocón, esta vez le tocó a dieterich, que ya se desenmascaró como un vocero antichavista. Él muestra el verdadero objetivo de separar a Chávez de la Reforma , cuando nos dice: “si la Reforma no gana con suficientes votos es necesario hacer unas elecciones generales”.
Confiesan así que ven la suerte de Chávez ligada a la reforma.
La Reforma y Chávez, son un solo corazón, inseparable, impensables uno sin la otra. La Revolución no es divisible en el tiempo ni en el espacio. Así como no se puede amar solo una parte de la Patria, tampoco se puede ser revolucionario sin apoyar las acciones de la Revolución, o apoyarlas a medias.
Una Revolución es un cambio radical que necesita ante todo La Lealtad del Pueblo, la confianza del Pueblo en su líder, que es confianza en sus acciones. No es posible “estar” con el líder, pero dejarlo solo frente al enemigo a la hora de apoyar sus proposiciones. Eso es deslealtad, y con deslealtad sólo se construye lo despreciable.
Los revolucionarios somos leales en la acción e irreverentes en la discusión. Es decir, votamos "SI" en apoyo al Comandante, esa es la acción leal. Después discutimos a fondo, irreverentemente, pero entre revolucionarios, sin darle chance al enemigo oligarca, sin darle ventaja y, sobre todo, sin exponer al Comandante a una derrota que en definitiva será de todos nosotros.
En resumen, no se puede ser chavista sin votar "SI" a la reforma, no se puede ser chavista y quitarle el apoyo en los momentos decisivos, no se puede ser chavista y hacerle el juego a la oligarquía.
Este Pueblo convocado a faenas heroicas similares a las de la Independencia, no puede dejarse engañar por patrañas tan tontas como esa de separar a Chávez de su acción.
Este Pueblo, que derrotó a los gringos en abril y en diciembre, no se confundirá con las patrañas de Duddy, el embajador especialista en “revoluciones sucias”.
El 2 de diciembre vamos a derrotar a los gringos y a sus oligarcas nacionales lacayos. Ese día nos ganaremos el derecho a seguir construyendo nuestro destino, con aciertos y triunfos, y también con errores, pero que son nuestros errores, que ya sabremos corregirlos.
¡Chávez es la Reforma !
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