La Revolución Bolivariana atraviesa una fuerte turbulencia política, las contradicciones se tensan al máximo y ya emergen por todos los poros del tejido político: Muller, Ameliach, rumores y contra rumores ocupan las páginas de los diarios nacionales. Por otro lado, el imperio no ceja en su objetivo desestabilizador, sus dólares tiñen de blanco las manos de la oposición, que preparan nuevas acciones. La Revolución pelea en sus propias entrañas y contra el enemigo imperial.
Es así, el rumbo de la Revolución está en juego, es de esperar confrontaciones de todo tipo con las oligarquías, y es el Pueblo nuestra fuerza principal en esas confrontaciones.
Frente a esta situación, los bolivarianos, estamos eludiendo el ejercicio de la política grande, y reducimos nuestro accionar a las estadísticas burocráticas: uno dice por allá que va a construir miles de organismos comunales, otro dice que pronto aparecerán miles de batallones, el de más acá lanza una pedrada a la iglesia y deja pasar incólume el fondo de su planteamiento.
El ejercicio de la política se reduce cada vez más a vernos el ombligo, y poco a poco nos vamos alejando de la masa, que es la fuerza principal, y ese es el error más grande que una Revolución puede cometer. Es un crimen de lesa Revolución dejar al Pueblo al margen de la política.
Ahora bien, si los revolucionarios bolivarianos planteamos la confrontación sólo en el campo burocrático, es decir, quitando aquí, recortando allá, moviendo acullá, entonces, corremos grave peligro de que la Revolución tuerza su rumbo.
De allí que es de vida o muerte para la Revolución zafarse del ejercicio burocrático, e incorporar el Pueblo a la política.
El Pueblo debe estar informado de todo, debe ser conciente de la etapa que atravesamos, para dónde vamos, la grandeza de nuestros objetivos, qué enemigos enfrentamos, y alrededor de eso movilizarse.
Es necesario que la dirigencia política revolucionaria recupere la conexión con el Pueblo, es deber de ésta informar hasta el exceso al Pueblo, dotarlo del conocimiento para que pueda discutir y entender todo: por qué compramos aviones y helicópteros, y por qué AK. De las diferentes posiciones que existen dentro del gobierno frente a los grandes problemas fundamentales para arribar al Socialismo, por ejemplo, la guerra de cuarta generación, el período de transición hacia el Socialismo, la Propiedad Social, la Vanguardia, la Conciencia y la Reforma Constitucional.
Sólo el Pueblo informado puede movilizarse, y al movilizarse hacer suya a la Revolución, y sólo el Pueblo movilizado es parte activa de la política de su Revolución y será garantía de éxito.
Una Revolución de espaldas al Pueblo está momificada, no tiene vida.
En la tarea politizadora debemos involucrar a todos los revolucionarios y a todos los organismos. Que nadie se comporte como si de santa paz se tratara, es suicida pensar que los enemigos de la Revolución no están trabajando día y noche, adentro y afuera para yugularla.
¡Chávez y Pueblo movilizado son Socialismo!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes de la Humanidad!
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